Cañeros de Los Mochis es el 'caballo negro'

Las series de playoff semifinal ya han comenzado en la Liga Mexicana del Pacífico y conforme avanza el tiempo, los Cañeros de Los Mochis se siguen consolidando como el "Caballo Negro" de la competencia. El equipo del que nadie esperaba en primer lugar que calificase a la postemporada, está ya a la mitad del camino en lo que se refiere a tratar de meterse a la gran final.

¿Cómo es posible que un equipo que comenzó ganando uno de sus primeros once juegos, que ocupó el último lugar del standing en la primera mitad y que calificó de verdadero "panzazo" hasta el último día de la temporada regular esté ahora a punto de disputar la serie por el campeonato?

La respuesta a esa cuestión que más de uno se está realizando ahora, tiene que ver con movimientos de altas y bajas, estrategias y cambios de actitud que han resultado claves en la organización que dirige Mario López Valdez.

COMIENZO ATERRADOR

Cuando arrancó la campaña hace ya tres meses, el equipo verde estrenaba manager en la persona de Mario Mendoza, un hombre que ya había demostrado capacidad para manejar novenas no con grandes nombres pero sí con jugadores de calidad hace un par de temporadas con los Yaquis de Ciudad Obregón. La base mexicana del conjunto mochiteco contaba entre otros con los futuros miembros del Salón de la Fama Matías Carrillo y Alonso Téllez, dos de los mejores bateadores de la pelota mexicana, además de elementos de la talla del intermediarista Miguel Flores, el receptor Manuel Cazarín, el jugador de cuadro Pedro Meré y el artillero antesalista Ramón Orantes. Por supuesto los extranjeros se irían integrando poco a poco, pero al tratarse como casi un hecho el regreso del hawaiano Benny Agbayani, resultaba una interesante y atractiva mezcla de talento nacional con ofensiva importada.

La temporada comenzó con los Cañeros cayendo en los dos juegos inaugurales frente a sus "odiados" rivales: los Algodoneros de Guasave. Fueron derrotas bien cerradas, ya que el primer encuentro se perdió por 6-7 como visitantes en diez entradas y en el segundo, cayeron en casa 2-3 en once trepidantes episodios. Al término de éstos dos primeros cotejos, no había siquiera la más mínima señal de alarma, por la forma en como llegaron las derrotas.

Trece días después, la situación había cambiado radicalmente. Tras los partidos de inauguración, Mochis ganó uno de tres en casa ante Mexicali, fue barrido en Mazatlán y en Culiacán y comenzó perdiendo el primero de la serie ante Hermosillo, por lo que la marca del equipo era de 1-10, ocupando evidentemente el sótano a siete juegos y medio del líder Mexicali.

Vino el primer movimiento estratégico por parte de la oficina verde: Mario Mendoza no era el indicado para dirigir la nave, así que Juan Francisco Rodríguez tomó su lugar. Este manager representa mejor que nadie a la nueva generación de estrategas mexicanos y lo ha demostrado ya en varias ocasiones, sólo que es un hombre a quien no le gusta figurar ni llamar la atención, por lo que el movimiento pasó casi desapercibido.

Pero Rodríguez, con el amplio conocimiento que ya tiene de la pelota nacional, comenzó pronto a realizar los ajustes para que el equipo levantara durante la segunda vuelta. El horrible principio no bastó ya para sacar a los Cañeros del sótano durante la primera mitad, pues terminaron con foja de 11-23 a diez juegos y medio del lugar de honor.

Esta situación trajo consigo el que los verdes obtuviesen apenas tres puntos y la situación lucía sumamente comprometida para lograr la calificación, pero cuando la vuelta final arrancó con una barrida a domicilio ante los propios Algodoneros de Guasave, todos en Mochis sabían que el equipo estaba listo para pelear.

LOS MOVIMIENTOS CLAVES

Cuando arrancó el calendario regular, la rotación de los Cañeros estaba integrada por Obed Vega, Pat Strange, Jason Middlebrook, Edgar Lizárraga y Ricardo Osuna. De esos tres lanzadores, sólo Vega y Middlebrook pudieron conseguir victorias, pero Osuna por el contrario, en cinco salidas registró igual número de derrotas. Los ajustes del nuevo manager enviaron a Vega y a Lizárraga al bull pen. Osuna y Strange salieron del equipo y ante la desafortunada partida de Middlebrook, el que mejor estaba funcionando, Rodríguez se vio forzado prácticamente a integrar una nueva rotación de abridores.

Para su fortuna contaba ya con los servicios de Rafael Díaz, hombre de probada calidad con ésta misma organización y que se instaló como abridor desde el 30 de octubre. La directiva se apuntó golpes maestros al traer de Mazatlán a Juan Jesús Álvarez, un veterano conocedor de la pelota mexicana y de los bateadores contrarios que llegó una semana después, el 7 de noviembre y también al norteamericano Bronswell Patrick, que arribó al club en el arranque de la segunda mitad, pero que junto con los dos anteriores, comenzaron a formar un respetable 1-2-3 en la rotación de inicialistas.

Faltaban entonces dos piezas para complementar el staff, una de las cuales estaba también ya con el equipo y era abridor indiscutible: el ligamayorista Víctor Álvarez, que venía de un verano de debut en el mejor béisbol del mundo con Los Angeles Dodgers.

El quinto resultó ser Alonso Beltrán, quien había formado parte del cuerpo de relevistas pero respondió perfectamente al llamado de Rodríguez para iniciar juegos.

Con esos lanzadores como base, la segunda parte fue completamente diferente para los Cañeros y dicha rotación ha resultado tan positiva, que para el arranque de la postemporada el manager sólo realizó un ajuste, sentando a Alonso Beltrán para irse con cuatro abridores solamente.

LA ARTILLERÍA EXTRANJERA: DE AGBAYANI A PICKERING

Por supuesto el radical cambio en el equipo se dio gracias a los ajustes en la loma de los disparos, pero no habría tenido tanto éxito de no haber existido también movimientos claves en cuanto a los jugadores extranjeros.

El desfile resultó caudaloso y la afición del Emilio Ibarra Almada se dio tiempo para conocer infinidad de caras nuevas y valorar toda clase de prospectos de diferentes organizaciones estadounidenses.

Los Cañeros tuvieron entre otros a Glen Barker, Roberto Colina, John Cotton, Michael Frick, Andy Hazlett, Jasón Middlebrook y Pat Strange, pero el golpe más doloroso fue la salida del ídolo Benny Agbayani, a quien la gente le dio una calurosa recepción en su temporada de regreso y tras batear para .322 con 10 home runs y 33 carreras producidas en 50 juegos, tuvo que abandonar la nave.

Parecía el golpe fatal del que los verdes no se levantarían para lograr calificar, pero aparecieron los James Lofton, los Rontrez Johnson, los Jayson Bass y los Calvin Pickering, que realizando un gran trabajo a la ofensiva, consiguieron el importantísimo segundo lugar que se necesitaba en la vuelta complementaria, sólo superado por los Yaquis de Ciudad Obregón y el equipo mochiteco lograba agónicamente el último día de calendario regular, su clasificación a los playoffs.

HERMOSILLO: LA CAÍDA DE UN GRANDE

Una vez en la postemporada, por la forma como el equipo arribó a la misma, nadie daba un clavo por ellos. Enfrentaban además a uno de los grandes favoritos: los Naranjeros de Hermosillo con todo y Vinicio Castilla, Erubiel Durazo y sus brazos estelares como Edgar González, el pitcher campeón de efectividad con 1.89, la experiencia de Ángel Moreno y el experimentado Gil Heredia.

Los Cañeros no se amilanaron y sorprendieron desde el mismo primer juego, derrotando a los naranjas por 4-2 en el mismísimo Héctor Espino. El norteamericano Bronswell Patrick lanzó ocho sólidos episodios admitiendo dos carreras sucias con cinco ponches para ganarle la batalla a Edgar González, que terminaba así el año con una mala nota. La novena entrada la retiró Antonio "El Cañón" Osuna, quien llegó al equipo para hacerse cargo de los últimos outs y desde el momento de su arribo ha resultado intransitable.

Juan Jesús Álvarez falló en el segundo juego y con la serie empatada a una victoria por bando, los Cañeros fueron a casa con la firme intención de no regresar a la capital de Sonora... y lo lograron.

Basados en el pitcheo, los verdes ganaron tres juegos seguidos a las huestes de Dereck Bryant para consumar una de las grandes sorpresas en la historia de la liga.

Rafael Díaz le ganó el tercero a Gil Heredia con siete entradas de tres hits y el segundo salvamento de Osuna. Víctor Álvarez se lució derrotando a Steve Randolph en el cuarto con seis entradas de tres carreras y el tercer rescate de Osuna, para que en un juego dramático que terminó a favor de Mochis por 3-2, el abridor Rafael Díaz finalizara en labores de relevo apuntándose el salvamento que les daba la victoria en la serie. Se debe hacer notar que Patrick inició el juego por Cañeros y no lo hizo mal, pues en seis episodios sólo admitió una carrera limpia, pero Chris Wright también se lució por Hermosillo y el partido se decidió al final con triunfo en relevo para David Domínguez.

EN BUSCA DE LA FINAL

Basados también en su gran serpentina, los Cañeros han comenzado ganando en su semifinal ante los Venados de Mazatlán. Mochis tampoco es considerado favorito en esta serie, pero conforme transcurren los innings, el equipo de Juan Francisco Rodríguez sigue consolidándose como el "caballo negro" de la competencia y está cada vez más cerca de la serie por el campeonato, buscando un título que se les ha negado desde 1984.

¿Será éste el final de 19 años de ayuno?

GUILLERMO CELIS es comentarista y analista de béisbol de ESPN2 y columnista de ESPNdeportes.com.

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