Sobran las palabras

Por DAN LE BATARD
ESPN The Magazine
(Traducido por Angel Rodríguez)


LA REVISTA: Vladimir Guerrero en la portada de ESPN The Magazine (ESPN)
La súper estrella más anónima en el deporte bebió de charcos cuando era un niño porque no tenía agua ni electricidad. Entonces empeoró la situación. Un huracán tumbó el techo de la casa de su familia dejando sólo un cuarto intacto. Ahí fue donde los siete miembros de la familia se juntaron, compartiendo dos camas y la lecha y azucar que estaban distribuyendo los servicios de rescate. Vladimir Guerrero no olvida ese olor y todas esas moscas. Dos décadas más tarde, todavía tiene el sabor en la boca de esos charcos y lleva ese sabor hasta la caja de bateo cuando ya está cansando de entrenar.

La súper estrella más anónima en el deporte tenía que trabajar de niño en los campos dominicanos sembrando tomates, melones y cebollas y usaba los minutos de descanso para hacer un desayuno con el pan que le daban y con lo que podía sacar de la tierra.

Ahora se ríe de eso, rodeado ahora con todos los lujos de un jugador de las Grandes Ligas. Se ríe del burro que le mordió una pierna o cuando fue arrastrado por todo el campo cuando intentó ordeñar una vaca. La familia necesitaba que Vladmir trabajara y faltó mucho a la escuela, dejándola de forma definitiva después del quinto año. Su madre dice ahora, "me sentí muy mal por eso, pero teníamos que comer. La tormenta no mató a nadie en nuestro pueblo, pero la falta de comida tras el huracán mató a muchos". Tampoco ayudó a la causa que la escuela del pueblo tuvo que ser utilizada como refugio para los que quedaron sin casa por tres años y que la bicicleta de la familia tenía que ser usada para encontrar comida y no para encontrar otra escuela.

La súper estrella más anónima en el deporte puede ser el hombre más confiado del mundo cuando entra a la caja de bateo, donde está tan seguro de su talento que no pierde el tiempo estudiando los videos o los reportes de los lanzadores. Sin embargo, Guerrero no tiene la misma confianza cuando sale del diamante. Por eso es que no le gusta dar entrevistas. También es la razón por la cual ha recibido el apodo de "El Mudo" desde niño. Es tan penoso, hasta con los niños, que muchos piensan que es arrogante y distante.

"Si no fuera un jugador de Grandes Ligas, no sé dónde estaría en estos momentos", dice Guerrero. "No sé cómo hacer otra cosa".

Guerrero también se siente inseguro porque nunca aprendió a hablar inglés. Pero ahora está demasiado cómodo para cambiar eso, a pesar de las peticiones de los directivos de los Expos, porque le gusta su vida simple - tranquilo para usar sus propias palabras. Hablando español en una cuidad donde el francés y el inglés dominan le permiten a Guerrero esconder lo penoso que es, creando una barrera entre él y el exceso de atención.

¿Fama? "No me interesa", indica Guerrero con una sonrisa. "Trae muchos problemas." A Guerrero le gusta ser la súper estrella anónima.

Esperen un segundo. No se puede escoger si eres famoso o no, como si estuvieras pidiendo algo de un menú en un restaurante, y especialmente en esta cultura cuando tienes talento atlético sin limites. No, la fama te llega si te gusta o no, a veces hasta a la fuerza. Guerrero, de 26 años, ha jugado en el béisbol profesional ya diez años, entonces, ¿cómo es que los detalles de su vida se han escapado de la máquina publicitaria de las Grandes Ligas?. Y, especialmente, hoy en día cuando conocemos todo de las vidas de los deportistas. Pero todo lo que sabes de Guerrero está limitado a lo que sucede dentro del diamante.

FELIZ EN MONTREAL
Vladimir Guerrero está tranquilo en Montreal
(AP)

Guerrero logró tres temporadas consecutivas con más de 30 jonrones, 100 impulsadas y con un promedio sobre los .300 antes de cumplir los 25 años. Ken Griffey Jr. nunca logró esa hazaña. Tampoco A-Rod, ni Joe DiMaggio, ni Ted Williams, ni Jimmie Fox. Puedes argumentar que Guerrero es el jugador más electrizante en las Grandes Ligas y que es el jugador más completo en las Mayores, sin tener que pedirle discuplas a Ichiro o A-Rod. Entonces en la era de MTV, ¿cómo es posible que el pasado y el presente de esta súper estrella han sido omitidos?.

De todos los aspectos de la historia de Guerrero - la educación que sólo llegó al quinto año, el hecho que sigue viviendo con su madre, el talento que lo pone en una clase muy aparte - el más interesante es que tan pocas personas conocen estos detalles.

No puedes culpar esto a que Guerrero está jugando en Montreal. Han habido grandes estrellas en los Expos, desde Rusty Staub y Gary Carter hasta Andre Dawson, Tim Raines y Larry Walker, pero sólo hay una diferencia entre éstos y Guerrero. El tiene más talento que todos estos jugadores, y por mucho. Y claro habla mucho menos el inglés que los históricos de los Expos.

Los logros de Guerrero dentro del diamante dejan a todos sorprendidos. "No sé cómo él hace algunas de las cosas que hace. Quiero saber cómo lo hace", ha dicho su compatriota Sammy Sosa. Hay corredores que saca en las bases con un tiro desde la zona de advertencia en los jardines. Es la combinación de poder y velocidad que convierte roletazos entre el campo corto y el segunda base en triples. Y son los batazos que conecta ante los lanzamientos que van picando al plato.

"Él es uno de las maravillas de este mundo", comentó el receptor de los Expos, Michael Barret. "Nos deja fascinado con lo que puede hacer. A veces hace contacto con lanzamientos que el resto de los jugadores no podemos ni tocar". Al escuchar esto, el primera base Lee Stevens añade, "debes estar hablando de Guerrero, ¿no? Él le ha pegado a bolas malas más duro de lo que yo puedo hacer contacto con un strike".

Guerrero nunca usa guantes de batear y es sumamente agresivo en el plato, tirándole a todo tipo de lanzamiento sin poncharse. Guerrero explica la forma en que puede hacer esto de la misma manera que explica todo el resto de su vida - de forma simple. De niño Guerrero jugaba un juego donde tenías que hacerle un swing a todo lo que venía al plato. "No ves...es fácil", me dice.

Sí, claro Vladimir, pero de niño no estabas tratando de hacer contacto con un slider de 84 millas por hora tirado por Robb Nenn. Es imposible poder explicar como el genio de Guerrero ha salido de su niñez, es mejor simplemente observarlo en acción.

Guerrero tiene la colección más completa de talento que hemos visto desde que cayó el avión donde iba Roberto Clemente. Bueno, quizás no lo hemos visto porque sólo 53 partidos de los Expos fueron transmitidos el año pasado en Montreal. En el 2000, cuando Guerrero registró números de .345 con 44 jonrones y 123 impulsadas, la única forma de escuchar a los partidos de los Expos en inglés era através del internet.

"Si estuviera jugando en otro Mercado ya estarían hablando de él como un futuro Salón de Fama y comparándolo con los mejores de todos los tiempos", afirma el piloto de los Expos, Frank Robinson, una de las leyendas de las Grandes Ligas. "Cada día me quedo más asombrado de lo que puede hacer. Ningún lanzador se puede sentir cómodo cuando se enfrenta a Vladimir. Es uno de los mejores jugadores que he visto jugar en mi vida".

Robinson recuerda haber hablado con Guerrero un total de seis veces esta temporada y siempre de através de un traductor. Esa es la cantidad de intercambios que existen entre el piloto de los Expos y su mejor jugador. Como comparación, Robinson dice que hay veces que puede hablar con un jugador seis veces cuando está tomando prácticas de bateo. Robinson cree que algunas cosas se pueden perder en la traducción y por eso prefiere dejar pasar muchas cosas. Por ejemplo, hace poco Guerrero cometió un error en los jardines y Robinson quería saber lo que estaba pensando cuando hizo la jugada, pero Robinson consideró que Guerrero pensaría que lo estaba castigado y prefirió evitar esa situación.

"Lo puedo perjudicar, entonces prefieron dejar pasar muchas cosas", explica Robinson. "No le puedo enseñar nada de esta forma. No lo puedo ayudar con las aspectos sicológicos del béisbol. Es frustrante. El se sentiría mejor y yo me sentería mejor si pudiera comunicarme mejor con él, pero no puedo. Él esta sólo".

¿Conoces algo de su vida personal, Frank?

"No", responde Robinson.

¿Has leído o visto algo por la televisión que te pueda ayudar comunicarte con Vlad?

"No", dice Robinson.

Robinson pasa todos los días con Guerrero y no lo conoce. ¿Entonces cómo podemos nosotros conocer algo de él?

***

El cerrador de los Filis de Filadelfia, José Mesa está gritando. Mesa es un hombre alto y le está gritando a los periodistas que lo rodean en una combinación de inglés y español. Le está diciendo a los reporteros que no quiere hablar, que sólo se le acercan cuando algo malo le ha sucedido.

Quizás este no sería el mejor momento para presentarte a Mesa como periodista. Pero hablas su idioma. Eso puede cambiar todo para un jugador latino. No tienes que ligar con los temas traducidos y puedes entrar a su mundo con sus propias palabras.

Entonces te acercas a Mesa segundos después de haberle gritado a medio mundo. ¿Y sabes que pasa? Su reacción cambia por completo cuando escucha unas palabras en español. La poca confianza que ha tenido con la prensa durante años se disuelven en unos segundos. Esto me ha pasado con otros jugadores que tienen la reputación de ser difíciles, jugadores como Juan González, Pudge Rodríguez, Manny Ramírez, Benito Santiago y Orlando Hernández. Su idioma es como una canción de la que ya conocen las letras y puede construir un puente que cruza la desconfianza con la prensa.

Entonces Mesa no sólo sonrie y te permite unos minutos. Se para, te extiende la mano y te lleva a su vestuario donde te saca una silla para que te sientes.

"¿Vas a escribir algo sobre Guerrero no?" me dice. "Ya era hora que alguien escribiera de él. Oye, José."

Mesa le está haciendo señales al relevista José Santiago para que se una a la conversación. "¿Cómo le tirarías a Vladimir esta noche", le pregunta Mesa.

La pregunta hace a estos dos lanzadores reirse a carcajadas.

"Le haces el lanzamiento y entonces empiezas a orar", finalmente me dice Mesa. "Dile qué lanzamiento le vas a tirar y ponte de rodillas en el montículo para comenzar a orar. Porque puedes hacer un lanzamiento que pica antes de llegar al plato y él todavía va a hacer buen contacto. Todos los bateadores tienen deficiencias, pero Guerrero no creo que tenga deficiencias".

Dice Santiago, "¿sabes lo que nosotros hacemos cuando hablamos de cómo enfrentar a los bateadores de los Expos? Vamos uno por uno hasta llegar a Vladimir y todos decimos 'dale la base, si te deja'. No hay forma de tirarle. No se ha inventado un lanzamiento que lo pueda retirar".

A ORAR
Según José Mesa, los lanzadores le tiran a Guerrero y rezan
(AP)

Muy pocas veces vas a escuchar a profesionales en el mundo del deporte hablar de un compañero de esta forma. Las normas en los vestuarios es que respetes a tu rival, pero no lo respetes demasiado.

Muchas veces, el jugador latino se siente incómodo con su domino del lenguaje o con el periodista y sólo da unas declaraciones prefabricadas a la prensa. De vez en cuando tienes a alguien como Sosa que te da una sonrisa, pero al final del día sólo sacas un esqueleto de sus personalidades.

Puedes creer que en los 18 años que lleva el programa de entrevistas de ESPN, Up Close, nunca se ha realizado una entrevista con un jugador latino en español. Siempre se espera que un jugador latino trate de hablar el inglés. Lo que entonces sucede es que historias como la que acabo de observar entre Mesa y Santiago nunca saldrán a luz pública. Siempre quedarán relegados a esta esquina del vestuario.

"Olvídate de Barry Bonds, Sammy Sosa y todos los jonrones", le dice Mesa a Santiago. "Vladimir y A-Rod son los dos jugadores más completos en las Grandes Ligas. Tienes que poner a Vladimir entre los primeros. Pero A-Rod por lo menos tiene algo de ayuda. Vladimir está sólo. Si pones a Vladimir en los Yankees, él te va a pegar 50 o 60 jonrones e impulsar 200 carreras.

Dice Santiago: "Ese tipo no es de este planeta. Es un extraterrestre".

Mesa se ríe.

"Te digo", afirma Mesa. "El propio diablo tendría miedo lanzarle a Guerrero".

***

La mayoría de los Expos están sentados viendo la televisión en el vestuario. Todos se están riendo - blancos, negros, hispanos, australianos y japoneses. Pero Guerrero está sentado en la cueva, dos horas antes del partido observando a los Filis mientras que toman prácticas de bateo. No puede entender porque todos sus compañeros están perdiendo su tiempo viendo la televisión. Y por eso se queda fuera.

"No es un tipo muy social", comenta Lee Stevens. "A todos nos cae muy bien, pero no es social. El problema con el idioma lo hace muy difícil. Cuando jugué en Japón estaba perdido y sólo. Y yo tenía a dos traductores que siempre estaban conmingo. Cuando regresé de Japón me dí cuenta por lo que los jugadores latinos tenían que atravesar. No tenía ni idea lo difícil que era para ellos".

Una de las razones por las cuales no se ha contado la historia de Guerrero es porque no hay nadie que lo pueda hacer. Los Expos, que cuentan con nueve jugadores en su plantilla nacidos en países de latinoamerica, no tienen a un periodista que habla español cubriendo el equipo. Y la mayoría de los equipos de Grandes Ligas no tienen a un periodista hispano siguiendo al equipo - raro ya que más de 25 por ciento de los jugadores en las Mayores son hispanos.

Hasta algo tan simple como la fama parece que se pierde en las traducciones. El talento de los jugadores hispanos se pierde porque muchos de los jugadores no pueden expresarse de la forma necesaria para fomentar la máquina publicitaria.

¿Sabías que el dominicano Miguel Tejada, en su tercera campaña en las Mayores, tiene mejores números en jonrones y carreras impulsadas que Derek Jeter? ¿O que el boricua Juan González tiene más premios de MVP que Ken Griffey Jr? ¿O que el cubano Orlando Hernández ha tenido más éxito en la postemporada que Randy Johnson, Roger Clemens o Greg Maddux? ¿O que el dominicano Manny Ramírez ha logrado mejores estadísticas durante los últimos cuatro años que Jason Giambi?

Muchos pueden decir que si un jugador hispano quiere sobresalir en este país, entonces debe aprender el idioma. Pero eso no es tan fácil como muchos creen. Como Guerrero, muchos de los jugadores hispanos llegan a este país a los 16 años y sin una educación básica. No es fácil adaptarse a esta cultura a los 16 años. Pregúntale a Luis Castillo de los Marlins quien activó la alarma de incendios en un hotel cuando jugaba en las menores porque pensaba que era la máquina donde salía el shampoo.

Entonces la prioridad para los jugadores hispanos es sentirse cómodo con sus alrededores y tratar de enfocarse en llegar a las Mayores. Llegar a las Grandes Ligas, y no el inglés, te ayudará a darle de comer a tu familia en tu país. Los jugadores hispanos en las ligas menores se sienten más cómodos con los compañeros que están en la misma situación que ellos. Y si pasas todo tu tiempo con otras personas que hablan tu mismo idioma, no vas a aprender inglés. Hasta ahora, recordando que solo se sentía cuando llegó a este país, Guerrero invita a los latinos de otros equipos a su apartamento en Montreal, donde su madre le cocina un plato de arroz con frijoles. Y a los que les da pena aceptar la invitación, Guerrero le prepara un plato y se los lleva al campo.

"Cuando llegue a Albany en mi primer año, me pasé todo el tiempo llorando", comentó Guerrero. "Pero cuando llegue a las Mayores ya tenía miedo. Había muchos latinos. Había cuatro puertorriqueños, cuatro dominicanos, un colombiano. No necesitaba aprender el inglés. A veces pienso que debo aprender".

Si hubiera jugado en Nueva York (y quién sabe, si los Expos son eliminados, Guerrero podría terminar en el Bronx), o si se expresara como A-Rod, ¿sería Guerrero la cara más famosa en las Grandes Ligas? No se sabe. Existe el problema de su personalidad, que según Mesa "es penoso en cualquier idioma". A Guerrero no le gusta hablar, y cuando habla no dice mucho. Hasta su madre dice, "no es una persona abierta". A Guerrero le preocupa que suene tonto, entonces por eso puede hacer cosas como ignorar a un grupo de niños que lo están esperando para que le firme una pelota o bate. Sin embargo, Guerrero se pasa más de una hora firmado pelotas en el vestuario, donde lo puede hacer solo. Guerrero no está asociado con ningún producto, y no quiere patrocinio de ningún producto, a pesar de que esto le está costando millones de dólares.

"Yo quiero hacer este trabajo bien, y eso todo", dice Guerrero. "Sólo quiero salúd, el béisbol y mi familia y estoy tranquilo. Me quiero quedar como soy. Estoy con las mismas personas con las que me crié - los mismos amigos, tías, tíos, primos y abuelos. Eso es todo lo que necesito".

Guerrero tiene un contrato de 28 millones de dólares que se vence en el 2003, cuando podrá sacarse la lotería como ningún otro jugador ha podido. Sin embargo, se mantiene fiel a sus raices. ¿Y que de la casa que fue derrumbada por el huracán? Guerrero la ha renovado y le ha hecho otros dos pisos para que su madre pueda vivir allí durante los meses que no está con él en Montreal. Ella estaba fuera de la casa 11 meses al año ya que trabajaba como criada en Venezuela. Ella mandaba todo su dinero a sus hijos con sus fotos para sus niños no se olvidaran de ella. Ahora, a Guerrero le gusta tenerla cerca. Por eso construyó su propia casa al lado de la casa de su madre. Ahora su madre sólo tiene que gritarle de su puerta para que venga a comer.

Guerrero se acuerda cómo era vivir en su barrio de niño. Todos los niños del barrio tenían que compartir los nueve guantes que los dejó el ex campo corto de los Gigantes, José Uribe. "Mi pueblo tenía muchos niños y muy pocos jugadores de Grandes Ligas", bromeó Guerrero. Por eso todos los inviernos, Guerrero y su madre regresan a Nizao Bani con maletas llenas de ropa, bates y guantes para donar a sus vecinos. Él era uno de esos niños en la calle que estaba pasando hamrbe. Él llegó a un campo de los Expos con dos zapatos diferentes y salió con un contrato de 2,100 dólares. Guerrero está construyendo un estadio para los niños en su barrio, donde entrena para la campaña, Guerrero también hace otro tipo de trabajo cuando está en Nizao Bani.

"Cuando llego a casa yo siembro las cebollas, para recordar cómo se sentía", dice Guerrero. "¿Puedes creer que el burro ese que me mordió todavía está vivo? Todavía hago muchas de las cosas que hacía de niño. Pero, por lo menos no tengo que beber de los charcos".

La súper estrella más anónima en el deporte puede caminar por cualquier calle en los Estados Unidos y nadie lo reconoce.

¿Y qué era lo que decía Santiago, que Guerrero era un extraterrestre?

Sabes, quizás Santiago tiene razón.

- Publicado en la edición del 8 de julio de 2002 de ESPN The Magazine

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