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Checo y Max cambiaron las curvas de la pista por las del beisbol

Acostumbrados a tomar curvas desde los 90 a los 250 kilómetros por hora y rectas de más de 320 km/h, los pilotos de Red Bull, Max Verstappen y Sergio Pérez, las cambiaron por mansos lanzamientos al plato.

Invitados por los Miami Marlins para lanzar la primera bola en el juego del miércoles frente a los Arizona Diamondbacks, los pilotos de Fórmula 1 soltaron el brazo, lo que se pudo, en una de las primeras actividades del fin de semana del primer Gran Premio de F1.

Con los consejos de Jesús Aguilar, Avisail García y Miguel Rojas, Checo y Max se calzaron el guante e iniciaron el calentamiento, y aunque lo suyo no es el beisbol, lograron encontrar la distancia y rango suficiente para no pasar un momento embarazoso en el montículo.

Las 'carrocerías' de pilotos y peloteros eran contrastantes, ya que mientras Checo y Max podrían ser unos muy espigados jardineros o shortstops, los jugadores de los Marlins perfectamente dan la talla de un linebacker de la NFL. Pero la admiración era mutua y se dio el consabido intercambio de franelas, abrazos y fotos.

Al círculo de consejeros se sumó la estrella del futbol, Kaká, quien inmediatamente llevo la plática al campo pero del balompié.

Llegó el momento de la verdad y primero Max Verstappen con un tiro abierto y de un bote cumplió la misión, mientras que Checo lo hizo con un flotadito directo al guante de Aguilar.