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Detroit necesita que Javy Báez recupere su magia

Es muy fácil encontrar la principal razón para que los Detroit Tigers se encuentren entre los peores equipos de las Grandes Ligas, justo cuando entramos al tercer mes de la temporada: Detroit no ha bateado. Punto y bolita.

Una alineación cargada de bateadores que han sido exitosos por la mayor parte de sus carreras, no ha podido ejecutar a la altura de su reputación. Y por razones obvias, entre todas las malas actuaciones de los Tigers sobresale la del carismático torpedero puertorriqueño Javier Báez.

Báez, quien se ganó el apodo de "El Mago" tanto por sus habilidades defensivas como por sus genialidades corriendo las bases o manejando el madero, firmó un contrato de $140 millones de dólares por seis años en el mercado de agentes libres para ayudar a Detroit a dar el salto al próximo nivel.

"Báez era una gran necesidad para nosotros, por su guante y por su bate", dijo el gerente general de los Tigers, el cubano Al Ávila, antes del primer juego de la temporada. "La vara ha subido. Queremos ganar y creemos que con las adquisiciones que hemos hecho, podemos llegar a los playoffs este año" agregó Ávila en conversación con ESPN Digital.

La realidad es que Detroit no ha lucido hasta ahora como un equipo de playoffs ni Báez como el hombre que los va a cargar.

Báez bateó de 4-2 con dos carreras impulsadas el domingo, pero no pudo evitar que los Tigers fueran barridos por los New York Yankees en el Bronx el fin de semana. En la temporada, el boricua batea .198 (167-33) con tres jonrones y 15 carreras impulsadas en 43 partidos.

Detroit tiene foja de 21-33, a 10 juegos de los Minnesota Twins en la división central y a seis juegos de distancia del último comodín para los playoffs de la Liga Americana, después de dos meses completos de la temporada.

Entre los 161 bateadores calificados de Grandes Ligas (que tienen las apariciones necesarias para aparecer entre los líderes de porcentajes), Báez es número 157 en OPS (.539) y OBP (.234) y el número 149 en bateo.

Peor aún, Báez ha recibido seis bases por bolas y se ha ponchado 46 veces y las métricas de última generación muestran que está bateando más rodados y menos elevados que anteriormente en su carrera, lo que ha reducido sus oportunidades de pelotas del parque. Su porcentaje de batazos fuertes (28%) es el peor de su carrera.

Un dos veces Todos Estrellas y ganador del Guante de Oro hace dos años, Báez promedia 29 boletos y 179 ponches por cada 162 partidos, pero también 27 jonrones, 15 robos y 87 carreras impulsadas. Tristemente, de no recuperar el toque pronto, las proyecciones indican que terminaría con la peor temporada de su carrera.

Cuando Báez conectó su tercer jonrón de la temporada, el 22 de mayo contra los Cleveland Guardians en el Progressive Field, cortó una racha de 23 partidos sin mandar una pelota fuera del campo, la cuarta peor de su carrera y la más larga desde julio del 2017.

Una molestia en el pulgar derecho, que ocurrió nada más y nada menos que en el primer partido de la temporada, afectó el inicio de la carrera de Báez en Detroit. El torpedero bateó de 4-2, incluyendo el hit ganador en la novena entrada, en su debut y .316 en sus primeros cinco choques con el uniforme de los Tigers, pero entonces tuvo que ser colocado en lista de lesionados, una semana después del arranque de las acciones.

Con el guante, Báez tiene dos carreras salvadas a la defensa, que no es exactamente malo, pero que lo ubica muy lejos de las 31 que consiguió en el 2019 y por detrás de las seis que tuvo hace dos años. Jugando en dos posiciones y dos equipos diferentes en el 2021, Báez terminó con tres carreras salvadas en 2B y tres en el SS.

La carrera de Báez se ha caracterizado por largas rachas, positivas y negativas y los Tigers, que son últimos de las ligas mayores en OPS (.596), jonrones (30) y carreras anotadas (150), necesitan con urgencia que su pelotero más caro se meta en una seguidilla positiva, para no quedar fuera de competencia antes de que la temporada llegue a la mitad del calendario.

Y no es que "El Mago" sea el único miembro de Detroit con el motor dañado. El antesalista dominicano Jeimer Candelario batea .181 con cinco cuadrangulares, el intermedista curazoleño Jonathan Schoop lo hace para .192 con la misma cantidad de jonrones, mientras que el inicialista Spencer Torkelson, quien comenzó el año como serio candidato al Novato del Año, batea .191 con cuatro vuelacercas.

El bateador designado venezolano Miguel Cabrera, quien juega la que muy bien podría ser la penúltima temporada de una carrera legendaria, ha sido por mucho el mejor jugador ofensivo de los Tigers, a los 39 años de edad. Cabrera batea .301 con tres jonrones, 19 impulsadas y 14 anotadas y lidera el club en promedios de bateo, OBP (.345), Slugging (.393) y OPS (.738).

Pero mientras Cabrera, Candelario y Schoop saldrían de los libros de los Tigers después de la temporada próxima, Báez (cuyo salario promedio anual es 23,3 millones) está amarrado con el conjunto hasta el 2027, lo que hace que sea casi obligatorio el retorno de su magia.