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Mónica Puig: La magia de Dodger Stadium y un encuentro con Benito

Cuando uno piensa en Los Ángeles, es claro que lo primero que piensas es en el Océano Pacífico, tiendas lujosas y Hollywood. Pero a solo veinte minutos de Santa Monica, hay algo más histórico que Rodeo Drive o el 'Walk of Fame', y se trata del maravilloso Dodger Stadium.

El estadio de mayor capacidad en el béisbol es un espectáculo por sí solo. Con 56,000 asientos, uno piensa que se ve enorme, pero no es el caso. Con espacios abiertos en el campo central y las montañas de fondo, hay una intimidad que se siente por todas partes. Lo más curioso de todo es que el estadio se construyó como un hoyo, ¡de arriba para abajo! Uno siempre llega a estadios y el primer instinto es mirar así arriba a todos los asientos qué hay, pero aquí en Los Ángeles, es todo lo opuesto y créeme, ¡es impresionante!

Es mi primera vez trabajando como periodista fuera del tenis y entré por la puerta ancha, con una visita a Dodger Stadium y tenía que aprovechar para explorar un poquito.

Mi primera parada fue en el palco de prensa y déjame decirte, la dedicación, el esfuerzo, el talento y sobre todo la paciencia (más tarde les digo por qué) de estos profesionales es otra cosa. Pude conocer a nuevos amigos y colegas, también pude disfrutar del juego de futuras estrellas, pero más que todo, tuve una gran oportunidad de aprender de los duros de la industria del béisbol.

Luego, fui por las tienditas del estadio para ver todo que se puede comprar: ¿a quién no le gusta hacer un poco de shopping? Había camisas, jerseys, gorras... ¡DE TODO! Pero lo que sí compre y era un 'MUST', es el famoso Dodger Dog.

Cuando uno piensa en comida en un juego de béisbol, la mente se va directamente a un buen hot dog con ketchup, mostaza y un poco de 'relish' y no decepcionó. ¡QUE RICO! Me lo comí enterito y valió la pena porque sabía que la noche iba a ser larga.

¿Recuerdas cuando hablaba de paciencia? Pues, les cuento porque lo dije. Todo periodista quiere la mejor entrevista con los mejores atletas, personajes, artistas... en fin. Antes de llegar al estadio, me enteré de la posibilidad que había de hacer una entrevista con quizás la estrella más grande de la música urbana: sí, ¡hablo de Bad Bunny! La entrevista no vino fácil y con razón, todo el mundo quiere un poco del tiempo de Benito Martínez.

Junto al crew de ESPN (que son unos fenómenos) esperamos toda la noche, hablando con publicistas, haciendo el corre-corre para poder entrar al terreno de juego para poder hablar con él y por fin lo pudimos lograr. Aunque fueron solo tres preguntitas, quedó de show.

No pude casi ni dormir después por todo lo que pasó anoche, pero esto solo empieza. Mañana comenzamos con el Home Run Derby y luego el martes con el Juego de Estrellas.

Y si algo he aprendido, es que por cada esquina en Dodger Stadium, hay magia.