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Con Vólquez se rompió una regla no escrita del béisbol

Una de las llamadas reglas no escritas del béisbol dice que cuando un lanzador lleva varios innings de trabajo sin permitir hits nadie debe dirigirle la palabra en el dugout para no romper la magia.

Pero el dominicano Edinson Vólquez no cree en eso y se pasó todo el tiempo el sábado hablando en la cueva con sus compañeros, hasta que completó el primer no hit no run de su carrera.

Vólquez estaba más preocupado por su tobillo que por la hazaña que estaba a punto de concretar y es que en la misma primera jugada del partido, el boricua Raymond Fuentes soltó rola sobre la raya de primera base, bien fildeada por Justin Bour, que provocó un choque entre el corredor y el pitcher que entró a cubrir la base para completar el out.

"¿Cómo está vaina?", le preguntaba en español el antesalista Derek Dietrich. "¿Qué es lo que es?", volvía a preguntar, haciendo gala de su curso intensivo de español dominicano.
"Después de los primeros innings ya no queríamos hablarle, pero entonces era él el que insistía en conversar con nosotros", contó el tercera base de los peces.

"Yo no soy supersticioso en ese sentido. Al contrario, si veo que estoy acercándome a un no-hitter como que me vuelvo loco y me da por hablar con todo el mundo", contó el héroe de la jornada sabatina.

"Después del cuarto inning lo que me preocupaba era el tobillo. Por un lado me decía a mí mismo que debía mantenerme en el juego, que la cosa no era tan grave. Pero por otro lado, hubo un punto que me llegó a doler bastante y pensé en salir del partido", reconoció el dominicano, séptimo lanzador de su país en conseguir un no-hitter.

"Luego de sacar el séptimo inning fue que me convencí de lo que estaba haciendo y sentí que lo conseguiría", añadió Vólquez, para quien, aunque parezca mentira, este no es el hecho más memorable de su carrera.

"Yo diría que este es el segundo momento más emocionante de mi carrera. Estuve en el 2015 con Kansas City y ganar una Serie Mundial no tiene comparación con nada", recordó el quisqueyano.

Vólquez le dio gran parte del crédito de su hazaña a su compañero de batería, J.T. Realmuto.

"Yo no tenía ni que pensar. Tuvimos una comunicación perfecta y yo sólo tenía que tirar lo que él me pidiera. Fue uno de esos días en que el cambio y la curva me caían donde me pedía J.T. y la recta también tenía buen movimiento", dijo el serpentinero, quien en el transcurso de la semana consiguió sus dos primeras victorias de la temporada con el uniforme de los Marlins.

"La defensa también estuvo increíble. La jugada que hizo Dee Gordon en segunda, Riddle en el campocorto...ese doble play me ayudó mucho también".

La gerencia del equipo reconoció la hazaña de Vólquez y le obsequió como recuerdo la tabla del montículo del Marlins Park, tras lanzar el sexto juego sin hits ni carreras en la historia de la franquicia.