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David Schoenfield | ESPN 4y

El juego de carreras de Christian Yelich y otras lecciones del Manual de Bill James

Hay muchas cosas que ocurren durante la Serie Mundial - y siempre hay otro partido al que hay que estar atento hasta el final - lo que causa que muchas jugadas pequeñas pero importantes se pierdan en el escenario grande. Dos jugadas, que quedaron olvidadas rápidamente ante la maestría de Stephen Strasburg, la brillantez de Anthony Rendón, el cuadrangular de Howie Kendrick y el gran esfuerzo de Max Scherzer, ayudaron a darle la Serie Mundial a los Nacionales.

En el Juego 6, los Nationals tenían ventaja 3-2 en la baja de la quinta entrada, pero Strasburg estaba sufriendo un poco ya que los Astros colocaron corredores en segunda y tercera con un out. El bullpen comenzaba a moverse. Strasburg ponchó a José Altuve con tres lanzamientos, pero Michael Brantley le conectó una recta en conteo de 1-1:

Brantley la conectó duro - a 102.7 mph - pero justo a las manos del torpedero Trea Turner, quien estaba jugando en el lado de la segunda base en una formación especial, pese a que Brantley no es un bateador al que se le suelan hacer muchas formaciones. Mucha atención se llevó el ponche a Altuve - abanicó con un swing fuera de balance a una curva en conteo de 0-2 que pegó en la tierra - pero si la pelota bateada por Brantley hubiese pasado, los Astros habrían tomado ventaja de 4-3 y ¿quién sabe cómo se habría desarrollado el resto del partido?

En el Juego 7, los Astros tuvieron a Scherzer contra las cuerdas temprano, con varias pelotas bateadas duro. Yuli Gurriel abrió la segunda entrada con cuadrangular y Yordan Álvarez y Carlos Correa le siguieron con sencillos duros. Robinson Chirinos conectó elevado al intentar tocar, y Josh Reddick conectó rodado mientras los corredores se movían. George Springer luego abanicó a una recta en conteo de 3-0:

De nuevo, la pelota fue bateada duro: 105.2 mph. De nuevo, los Nationals estaban en una posición defensiva perfecta, con Juan Soto cayendo sobre sus rodillas para atrapar la línea que estaba por caer. Si esa pelota caía al suelo, el partido se ponía 3-0 a favor de los Astros y quién sabe cómo se habría desarrollado el resto del juego.

Durante la temporada regular, los equipos batearon para .635 con pelotas con una velocidad de salida de 100 mph o más. En la Serie Mundial, los Astros batearon .521 y los Nationals .517. Eso fue algo dañino en especial para los Astros, ya que tuvieron 48 pelotas en juego a más de 100 mph en comparación con apenas 29 de los Nationals. Pero en toda la serie vimos a los Nationals en el lugar correcto y ejecutando grandes jugadas defensivas (en particular Anthony Rendón). Eso no fue por accidente.

Al observar la Serie Mundial (o toda la postemporada), me causó mucha confusión el que algunas personas sigan pensando que utilizar la formación especial a la defensiva es una mala estrategia. Los Nationals no reciben mucho crédito en comparación con los Astros por su uso de la analítica, pero la Serie Mundial les sirvió como un gran escaparate para mostrar su defensa.

Al revisar la nueva edición de "The Bill James Handbook", no es sorpresa el enterarme que una vez más las formaciones especiales a la defensiva aumentaron a lo largo del béisbol:

2017: 26,705 formaciones
2018: 34,669 formaciones
2019: 46,758 formaciones

En el libro, Baseball Info Solutions estima que 1.33 carreras fueron salvadas por cada 100 hits, o un total de 622 anotaciones fueron salvadas en todo el béisbol en 2019 - cerca de 21 por equipo.

¿Cuál es el impacto de la formación especial? A Freddie Freeman le hicieron la mayor cantidad de formaciones de cualquier bateador (bateadores zurdos en general enfrentan más formaciones) con 459 apariciones en el plato con una formación especial. Bateó .227 en rodados y líneas cortas con formación especial y .667 sin una. Anthony Rizzo fue el segundo bateador con más formaciones recibidas y bateó .219 ante la formación y .333 sin ella. Cody Bellinger fue el tercero en esa lista y bateó .279 versus .600.

El libro está lleno de datos como ese. Las primeras 50 páginas incluyen dos ensayos largos de Bill James, uno relacionado al Salón de la Fama y una mirada profunda a algunos arreglos sugeridos al juego para provenir que se lo trague los cuadrangulares, los ponches y los partidos de tres horas de duración. Es un ensayo divertido con algunas ideas lógicas (cambiar las reglas para el uso de relevistas, evitar que los bateadores se salgan de caja de bateo), junto con algunas ideas traídas por los pelos (aumentar el grueso de los bates, implementar la regla de decretar out al bateador si conecta foul con dos strikes).

En última instancia, James afirma que MLB debería establecer una meta para lo que desea exactamente. Él sugiere juegos de 2 horas, 30 minutos (la duración promedio de los partidos fue de ma's de tres horas en 2019); 0.75 jonrones por juegos (fue 1.39 en 2019); 6.5 ponches por juego (8.8 en 2019). El números se pueden argumentar, pero James tiene razón al decir que el actual objetivo nebuloso del "ritmo de juego" de MLB no establece una meta clara.

De todos modos, la esencia del libro son las cantidades de datos, incluido el registro de por vida de todos los jugadores activos, en caso que prefieran verlos en un libro en vez de entrar a Baseball-Reference.com. Un par de datos más interesantes:

Christian Yelich es bueno en todo: La sección del corrido de bases es una de mis partes favoritas del libro, al atender una parte subestimada del juego. Los jugadores se desglosan por el valor de una base robada y el valor del corrido de bases (como pasar de primera a tercera con un sencillo o de primera al plato con un doble). Yelich tuvo una ganancia neta de 43 bases, empatado con Jonathan Villar con la mejor marca. Yelich se fue de 30-en-32 como robador de bases pero además tuvo una ganancia neta de 17 en los senderos.

Si quitamos las bases robadas de la ecuación, el mejor corredor de bases lo fue Adam Eaton con un más-26, seguido de Danny Santana y Niko Goodrum con más-23, y Mike Trout -- sí, él es bueno en eso también - con más-22.

Los peores corredores de base: Josh Donaldson con menos-30, Josh Bell y Jonathan Lucroy con menos-27 y Wilson Ramos con menos-26. Donaldson tiene un rating positivo en su carrera, pero quizás las lesiones de la pantorrilla lo han hecho ir más lento o al menos han limitado su agresividad. Pasó de primera a tercera en apenas cinco ocasiones en 36 oportunidades (el promedio de MLB es 28%) y de primera al plato en cero ocasiones en seis oportunidades. Pero además se le acreditaron 12 outs en las bases - fue sorprendido siete veces en los senderos cuando solo un solo jugador más fue sorprendido cuatro veces.

De hecho, los mejores equipos en las bases lo fueron Diamondbacks, Brewers y Rangers, con los Marlins en el fondo de la lista. Los Nationals se ubicaron sextos en ganancia neta con más-71 mientras que los Astros llegaron en el puesto 21 con más-2, pese a que ellos fueron descritos a lo largo de la postemporada como un equipo agresivo en las bases, algo que claramente no es el caso, al menos en la temporada regular 2019.

Eficiencia de equipo: Esta es una categoría que se nutre de las carreras anotadas esperadas y permitidas en comparación con las carreras reales, lo que se traduce a victorias esperadas y victorias reales. ¿Cuál es el segundo equipo menos eficiente en las mayores? Los Astros, quienes debieron haber ganado 115 partidos en vez de 107. Los Astros anotaron 34 carreras menos que las esperadas y permitieron 33 más que las esperadas. Lo raro del asunto es que tuvieron OPS de .855 con corredores en posición de anotar versus .840, aunque no fueron igual de buenos con dos outs y corredores en posición de anotar (promedio de .239, OPS de .796). El corrido de bases promedio influye también en esta ecuación.

El record de Bruce Bochy como manager: Bochy se retiró - al menos como manager de los Gigantes - y es divertido ver cómo ha cambiado la estrategia desde que tuvo su primera oportunidad con los Padres en 1995. Utilizando el 1996 como comparación (ya que el 1995 fue una temporada acortada), echemos un vistazo:

Intentos de robo de base
1996: 200 (máximo de por vida: 241 en 1999)
2019: 75 (mínimo de por vida)

Esto se puede atar al personal, pero hubo 3,239 bases robadas en 1996 en todo el béisbol y 2,280 en 2019, el menor promedio por juego desde 1971.

Intentos de toques de sacrificio
1996: 73 (máximo de por vida: 102 en 2010)
2019: 37 (mínimo de por vida)  

¿Para qué tocar? Todo el mundo tiene un bateador de poder en estos días. Los Padres del 1996 no tocaron mucho, con apenas 17 toques de sacrificio de sus jugadores que no son lanzadores. Los Gigantes del 2019 tuvieron apenas 6.

Pitchouts
1996: 65 (máximo de por vida)
2019: 4 (mínimo de por vida: 2 en 2018)

El pitchout está muerto.

Boletos intencionales
1996: 47 (máximo de por vida: 64 en 2013)
2019: 26 (mínimo de por vida)

Nota: A.J. Hinch de los Astros no tuvo ni un pitchout ni un boleto intencional en la temporada regujlar. Pero sí otorgó un boleto gratis a Juan Soto en la Serie Mundial.

Apariciones en relevo
1996: 411 (mínimo de por vida: 369 en 1998)
2019: 587 (Máximo de por vida)

No hay sorpresas aquí.

El Yankee Stadium fue un... ¿estadio de lanzadores? Los Yankees y sus rivales batearon 297 jonrones en la carretera... y solo 257 en casa. El libro le da al Yankee Stadium un factor de jonrones de 91 para el 2019, lo que significa que bajó un 9 por ciento en jonrones (sin embargo, todavía está sobre el 110 por ciento en un periodo de tres años). Su índice de anotación de carreras es más bajo aún: 82. (Yankee Stadium tiene un número muy bajo en dobles y triples).

El factor más bajo de jonrones le corresponde al Oracle Park de San Francisco con un 69 para el 2019 (y 68 en tres años). Uno se pregunta que podría significar eso para Madison Bumgarner si se fuera de los Giants. Consideren sus números de ERA en las pasadas dos temporadas:

2019
Local: 2.93
Visitante: 5.29
2018
Local: 1.63
Visitante: 4.97

Hombres de RBI: El público en general no ha perdido por completo el interés en las remolcadas, pero se han ido dando cuenta que muchas veces la estadística está impulsada por oportunidades que son mucho más prevalentes que hace 20 años atrás. De todos modos, muchos narradores suelen describir a alguien como un "buen chico de remolcadas". El libro de James tiene una categoría llamada "porcentajes de RBI", que toma en cuenta los corredores en base. (El bateador también recibe crédito, por ejemplo, por conectar un sencillo con corredor en la inicial, aunque no haya una remolcada).

Anthony Rendón lideró las mayores con 126 RBI y además fue un buen chico de remolcadas, ubicándose sexto en porcentaje de RBI con puntuación de .462. José Abreu lideró la Liga Americana con 123 RBI, aunque se ubicó en el puesto 49 en porcentaje de RBI con .407 (bueno, pero no grandioso).

Los cinco mejores: Nelson Cruz (.486), Mike Trout (.472), Will Smith (.467), Mitch Garver (.464) y Christian Yelich (.463). Los peores son los malos bateadores y los chicos que no conectan jonrones: Billy Hamilton (.159), Travis Shaw (.171), Bubba Starling (.175), Jeff Mathis (.175) y Gordon Beckham (.176), quien, sí, todavía está por los alrededores.

De todos modos, estas son algunas de las mejores muestras del libro. Échenle un ojo. Es una inversión divertida.

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