ARLINGTON, Texas -- Si vas a enfrentar a Los Ángeles Dodgers más vale que evites los errores, si pretendes eliminarlos en una serie de campeonato.
Y esa fue la diferencia entre los Dodgers y los San Diego Padres, que regalaron demasiado, aguantaron hasta donde pudieron, pero al final pagaron con la derrota 5-1 en el primer juego de su Serie Divisional de la Liga Nacional.
Entre nueve lanzadores de los Padres se combinaron para dar 10 bases por bolas a los Dodgers, de las que se derivó el empate 1-1 en la quinta entrada, una antes de que se viniera el rally de cuatro anotaciones, también con ayuda de los pasaportes y un error, con las que el partido quedó sentenciado.
“Así es casi imposible ganarle a un buen equipo como ellos”, reconoció el manager de los Padres, Jayce Tingler. “Hay que anotar cuando tienes oportunidad contra ellos y tienes que ser cuidadoso con la manera en que lanzas”.
Además, habrá que sumar que los Padres perdieron a su pitcher abridor cuando apenas había completado una entrada, debido a una recaída de la lesión en el codo derecho de lanzar que sufrió en la última semana de temporada regular y que le impidió jugar en la ronda de comodines.
Tampoco es que los Dodgers hayan tenido una noche perfecta a la ofensiva. Anotaron su primera carrera en la quinta entrada y pegaron su primer hit en la sexta.
Dejaron 11 corredores en las bases en un partido en el que apenas conectaron cuatro hits y entre los dos equipos, que fueron los dos más ofensivos de la Liga Nacional, se combinaron para siete.
“Este es un grupo que no se rinde”, dijo Cody Bellinger. “Sabíamos que era cuestión de tiempo. Obviamente queríamos anotar antes, pero enfrentamos buenos brazos hoy. No siempre es fácil y es un buen triunfo de equipo”.
El pitcheo abridor de los Dodgers también comenzó titubeante, pero pudo salir de problemas cuando se necesitó. Walker Buehler sólo estuvo cuatro innings en la loma, igual que en su salida anterior en la ronda de comodines. Regaló cuatro bases, que incluso en la segunda entrada llenaron las almohadillas, aunque alcanzó a salir gracias a un par de los ocho ponches que regaló.
“Las cosas por momentos se aceleraron, pero fui afortunado de sacar algunas buenas pitcheadas que me permitieron salir de la entrada sin carreras”, dijo Buehler.
Después llegaron cuatro relevistas, que se combinaron para lanzar cinco entradas con pelota de sólo un hit, sin pasaportes y seis ponches.
El abridor Dustin May (1-0), convertido en relevista en esta serie, lanzó dos entradas perfectas con tres ponches; siguió el mexicano Víctor González, a quien le conectaron el único sencillo que aceptó el bullpen angelino.
Blake Trainen les dio una entrada y un tercio sin el mínimo problema, antes de que llegar Kenley Jansen a terminar el partido en dos tercios de inning, también de manera perfecta.
“La manera en que Walker pudo salir de esa entrada nos dio un empujón fuerte”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. “Pero después la manera en que trabajó nuestro bullpen, como ha hecho toda la temporada, nos dio la oportunidad de ganar”.
Los Padres también desperdiciaron sus oportunidades. Además de que dejaron una casa llena en la segunda entrada cuando apenas tenían un out y antes de que Jurickson Profar se ponchara, igual que Trent Grisham, dejaron otros tres corredores en los senderos y batearon un imparable en siete turnos con hombres en posición de anotar.
Bellinger, Corey Seager y Max Muncy produjeron por los Dodgers. Para los Padres, Austin Nola empujó su única carrera.
Clayton Kershaw (1-0, 0.00) será el abridor del segundo partido de la serie este miércoles por Los Ángeles, mientras que San Diego aún no anunciaba el martes por la noche a su lanzador.