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De estadios de béisbol y Series del Caribe: El problema de República Dominicana

El Estadio Cibao es uno de los cinco escenarios en donde cada año se celebra el torneo de béisbol invernal dominicano. Águilas Cibaeñas

República Dominicana volverá a albergar a la Serie del Caribe en el 2022, primera vez en seis años, necesitando realizar múltiples mejoras importantes a sus estadios para adecuarlos al nivel necesario para un evento de esa magnitud

Hace apenas unos días, la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC) ratificó que la República Dominicana sería la sede de la próxima edición de la Serie del Caribe, la cual será celebrada a partir del 28 de enero del 2022, según indicó el presidente de la entidad, Juan Francisco Puello Herrera. La decisión marca el regreso del clásico caribeño al país por primera vez en seis años.

La Asamblea Ordinaria de la CBPC estableció durante la asamblea que celebró a los fines de tomar la decisión que la ciudad de Santo Domingo albergaría al clásico caribeño, lo cual de forma inmediata inició reacciones por parte del público dominicano.

La reacción más llamativa sobre el anuncio vino de parte del alcalde de Santiago de los Caballeros, Abel Martínez, quien inmediatamente tomó sus redes sociales para anunciar que realizaría una solicitud a la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM) y a la CBPC para que la sede del evento fuese su ciudad (por segunda vez en la historia de la Serie del Caribe), hogar de las Águilas Cibaeñas.

Santiago de los Caballeros realizó el evento en el 2008 y luego de esta, el evento se ha realizado solo en dos ocasiones (2012 y 2016). La realidad es que las reacciones al evento celebrado en esa ocasión no fueron las mejores, tomando en cuenta diversos factores que Puello Herrera mencionó son obligatorios para seleccionar una sede, como la capacidad habitacional para recibir a todos los equipos que jugarán en el torneo, para citar un ejemplo, situación que hasta el momento no ha variado mucho desde aquel año.

El Estadio Cibao es el de mayor capacidad de todos los que componen la LIDOM y también tiene la particularidad de que uno de los aeropuertos más concurridos del país se encuentra muy cerca de la ciudad, lo cual hace atractivo el plan de Santiago como sede del evento.

Santo Domingo ofrece, a nivel habitacional y de infraestructura de hoteles, una mejor oferta que la encontrada en Santiago, tiene también uno de los Estadios más grandes del país, recientemente acondicionado para recibir un partido de Grandes Ligas; segundo en capacidad detrás del Estadio Cibao y también tiene un aeropuerto cercano a la ciudad, situación que lo hace idóneo para permanecer como sede del evento.

El problema de República Dominicana hasta el momento es que ha quedado a deber en las Series del Caribe que hasta el momento se han jugado en el país. Realizar el evento es un gran compromiso y aunque existen estadios con la capacidad para recibirlo, no es menos cierto que todos necesitan profundas mejoras.

El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona, se refirió a esto al recibir al equipo campeón de la Serie del Caribe hace unos días, indicando el compromiso que significa para el país organizar el evento y señalando que las instalaciones de los estadios necesitan ser mejoradas.

Cinco de los seis estadios utilizados por LIDOM pertenecen al estado dominicano y ciertamente, es mucho el trabajo necesario para convertirlos en instalaciones de calidad como merece un evento del calibre de la Serie del Caribe. Sin embargo, los equipos han relegado al estado dichas mejoras, a pesar de que son los más beneficiados del uso de cada uno de los estadios y esa es una mentalidad que debe cambiar. Las franquicias deben poner de su parte para la mejora de cada una de las instalaciones y no limitarse a que el estado dominicano sea el único encargado de arreglarlo todo.

Si República Dominicana desea continuar obteniendo la sede de eventos de nivel como la Serie del Caribe, ha llegado el momento de realizar las mejoras de lugar para que existan verdaderas condiciones en cada uno de los estadios que permitan celebrar dichos compromisos a la altura de la calidad de otros países y por supuesto, del béisbol dominicano.