Freddy Peralta y Sandy Alcántara tuvieron dos de las salidas más sólidas para dominicanos en lo que va de temporada 2021 de las Grandes Ligas, aunque sus resultados fueron distintos
Los abridores dominicanos han iniciado la temporada 2021 de las Grandes Ligas con “el pie izquierdo”, hasta ayer, su récord era de una victoria con cinco derrotas y salvo escasas excepciones, la mayoría han sido duramente castigados en el inicio del año.
En la jornada del martes, Freddy Peralta de Milwaukee Brewers y Sandy Alcántara de Miami Marlins fueron los dominicanos que tomaron el montículo para abrir sus respectivos partidos y ambos tuvieron sólidas presentaciones, las cuales terminaron de forma distinta.
En el caso del derecho de los Marlins, Alcántara cayó derrotado frente a St. Louis Cardinals, al permitir tres carreras (dos de ellas limpias) en seis entradas de labor. Sin embargo, ponchó a diez contrincantes y solo otorgó una base por bolas y cuatro hits. El dominicano ha sido de los pocos lanzadores consistentes en sus primeras dos apariciones, tolerando solo dos vueltas limpias en doce entradas de labor, con 17 ponches y tres transferencias, mientras mantiene una efectividad de 1.50 en la joven campaña.
Del lado de Freddy Peralta, este alcanzó su primer triunfo del año gracias a cinco entradas en blanco de un solo hit, ocho ponches y cuatro transferencias. Hasta el momento, el mayor problema del serpentinero ha sido la gran cantidad de bases por bolas que ha otorgado en tan solo siete entradas de labor (siete). Sin embargo, se ha mantenido ponchando una alta cantidad de bateadores (14), lo que habla bien del control que viene demostrando hasta el momento.
Peralta y Alcántara son dos de los lanzadores dominicanos que más protagonismo podrían tener durante el 2021, dependiendo del destino de sus respectivos equipos. Los Marlins se encuentran en una complicada división este de la Liga Nacional, la cual es considerada como la más competitiva de la MLB en este momento, mientras que los Brewers están en una división central en la que no existe un claro favorito.