La victoria colocó a los Bravos con la ventaja de 2-0 al mejor de cinco partidos y la serie se traslada a Atlanta para disputar el tercero en el Estadio Ted Turner, el próximo viernes.

Glavine (1-0) volvió a estar magistral contra el bateo de los Astros, que desde 1991 no han podido todavía ganarle un sólo partido en las 12 salidas que ha tenido contra el equipo tejano.

El abridor zurdo, que completó 97 lanzamientos con 62 strikes, no permitió ningún hit de extra base, dio dos bases por bolas y sacó tres ponches para lograr la undécima victoria en la fase final del campeonato.

"Sabía que tenía que realizar mi mejor trabajo sobre el montículo y creo que me salieron bien las cosas y además tuve un gran apoyo con el trabajo perfecto que realizó la defensa en los momentos decisivos", destacó Glavine, de 35 años, que jugó su partido número 27 de postemporada.

El relevista John Smoltz logró su segundo salvado consecutivo de la serie al trabajar el noveno episodio y permitir sólo un imparable, el que le dio Jeff Bagwell, pero le salvó la defensa con la última doble matanza.

Pero si Glavine y Smoltz hicieron su trabajo, la defensa de los Bravos jugó excepcional con tres dobles matanzas, incluida la última en el noveno episodio, donde de nuevo la combinación del boricua Rey Sánchez con Marcus Giles en la segunda base y el veterano dominicano Julio Franco en primera fue perfecta.

La única carrera del partido la anotaron los Bravos en la parte alta de la segunda entrada cuando Sánchez fue golpeado en un intento de doble matanza y el jardinero izquierdo BJ Surhoff llegó hasta la registradora.

"Hemos logrado una victoria muy importante porque nos permite volver a nuestro campo no sólo con la ventaja sino con la tranquilidad que ahora sólo necesitamos un triunfo más para estar en la siguiente serie", declaró Bobby Cox, manager de los Bravos. "Hicimos un partido de libro y el resultado es perfecto".

El lanzador derecho Dave Mlicki (0-1), que hizo su primera salida al montículo como abridor en un partido de postemporada, cargó con la derrota después de trabajar cinco entradas para permitir cuatro imparables con la única carrera del partido que fue sucia, dio dos bases por bolas, sin ponches.

Pero ni Mlicki, ni los relevistas dominicanos Octavio Dotel y Nelson Cruz junto con el cerrador Willy Wagner tuvieron nada que ver con la derrota, que se dio porque el ataque no respondió ni pudo superar la barrera de los lanzamientos que les hizo Glavine.

"Hemos jugado un gran béisbol, pero de nuevo no tuvimos suerte en los momentos decisivos como el batazo de Brad Asmus en el quinto episodio que por centímetros no fue jonrón de dos carreras que hubiese cambiado la historia del partido", declaró Larry Dierker, manager de los Astros, que perdieron el partido número 13 de los 15 que han disputado en la postemporada.

El responsable de los Astros dijo que no se podía culpar al paracorto dominicano Julio Lugo de la derrota por el hecho que cometiese de nuevo dos errores y uno de ellos costase la carrera de la victoria de los Bravos.

"Lugo jugo un gran partido en la defensa y donde fallamos fue en el apartado del ataque porque no tuvimos la suerte ni supimos aprovechar las oportunidades para conseguir anotar", destaco Dierker.