"Toda mi vida, nunca me gustó tener una cabeza grande", dijo el zurdo con una sonrisa. ""Ahora soy feliz de no tener una cabeza pequeña. Tal vez no hubiera tenido tanta suerte".

Reyes recibió un pelotazo en la coronilla cuando Aubrey Huff de los Devil Rays de Tampa Bay bateó una línea durante un partido de exhibición. Fue internado en el centro médico Bayfront de St. Petersburg, pero recibió el alta el mismo miércoles cuando los médicos comprobaron la ausencia de fractura y de conmoción.

"Me duele la cabeza, tengo un chichón, pero aparte de eso estoy bien", dijo Reyes. "Me asusté, pudo ser algo horrible. Me siento muy afortunado porque no sucedió nada".

Reyes por unos instantes quedó ciego y tuvo que esforzarse para no perder el sentido.

"Todo estaba muy brillante y no veía nada", dijo. "Mis ojos trataban de cerrarse, pero no lo permití. Sabía que debía permanecer despierto. Pasaron cuatro o cinco minutos hasta que volví a estar alerta y supe que todo estaría bien".