Sosa dijo que el casco evitó que resultase gravemente herido el domingo cuando un lanzamiento del relevista Salomón Torres le dio en la cabeza. El impacto del pelotazo fue tan duro que le abrió un enorme hueco en el lado izquierdo del casco, junto a la sien.

"Si no hubiese tenido el casco, no sé si estaría aquí hoy", dijo Sosa el martes antes del juego de los Cachorros de Chicago contra los Padres de San Diego. "Tengo que decir que he sido muy afortunado. Tengo que darle gracias a Dios una vez más, pues estuvo difícil".

Sosa sufrió solamente dos cortadas leves, pero el pelotazo le dejó más aturdido que otra cosa. El pelotero se agarró la cabeza tras el golpe, viéndose furioso y asustado, pero nunca se desplomó.

El dominicano fue examinado en el Allegheny General Hospital, donde los exámenes neurológicos no arrojaron daño alguno.

"Tenemos que sentirnos realmente afortunados de que no resultó herido", dijo el manager de Chicago, Dusty Baker. "Esto pudo haber causado el fin de su carrera".

Sosa dijo que no ha tenido dolores de cabeza ni otros efectos tras el pelotazo, y estaba de regreso en la alineación el martes en la noche.

"Estoy bien, 100 por ciento", dijo. "Fui al médico y todo está bien".

Sosa dijo además que sabe que Torres no le golpeó a propósito. El derecho de los Piratas de Pittsburgh es del mismo pueblo que Sosa - San Pedro de Macorís - y Torres ha dicho que Sosa es "un ídolo" para él.