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Amaury Vergara indulta a 'La Chofis', Dieter, 'Gallito' y Peña

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Dirección de Promoción de la Salud pide a fanáticos no asistir al Estadio Akron (1:03)

El titular del organismo, Ricardo Cortés, afirmó que el nivel de riesgo en Guadalajara es sumamente peligroso. (1:03)

LOS ÁNGELES -- Una absoluta doble moral de Amaury Vergara. Quiere imponer orden en su equipo e impone el desorden a través de su equipo. Quiere disciplinar a sus jugadores y alienta la indisciplina entre sus seguidores.

Chivas abrirá las puertas de su estadio para 7 mil aficionados de cara al Clásico Nacional contra el América. Es una afrenta pública. Y es una declaración de absolución, de indulto, para todos aquellos que ha expulsado del equipo (aunque no de la organización), por actividades incorrectas o ilícitas.

¿Entenderá Amaury Vergara que esta decisión, atentatoria contra las normas de salud pública en Jalisco, es inconsciente o conscientemente la forma más torpe de condonar, de absolver a esos mismos que hace unas semanas condenó públicamente?

Entiendo la diferencia, pero ¿no acaso un presunto intento de violación debe tipificarse como delito al igual que organizar deliberadamente un posible acto masivo de contagio y consecuencias funestas para una población que está sumergida en el semáforo naranja, acaba de salir del botonazo rojo, y tiene una capacidad de raciocinio en negro?

Si Amaury Vergara censuró públicamente el avieso y abyecto accionar de Dieter Villalpando, ‘La Chofis’ López, ‘Gallito’ Vázquez y Alexis Peña, con este procedimiento de abrir las puertas del estadio, y generar un posible foco vertiginoso de contagio, ¿acaso no los está eximiendo, indirectamente?

Serán siete mil los bendecidos –o maldecidos, según se vea–, por Amaury Vergara, para acudir al estadio a presenciar el juego contra el América. Ya lo sabe usted, pero se lo puede informar a Vergara y al Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que el COVID-19 tiene una multiplicidad de contagio casi bíblica: setenta veces siete como índice inductivo de propagación.

De setenta veces siete, a setenta veces siete mil, en una población como la mexicana, que por malas consejerías de su propio gobierno, sigue sin creer que el COVID-19 existe, que todo es una neumonía atípica, o que se cura comiendo frutas y verduras, o rezándoles novenas a San Cucufato. ¿No debería, entonces, tipificarse como delito?

1.- ¿No se suponía que la Familia Vergara y OmniLife eran promotores de la salud?

2.- ¿No afirmaba Jorge Vergara que sus productos eran lo más cercano a la panacea orgánica?

3.- ¿O acaso debemos creer que sus famosos polvitos, como lo aseveró Amaury Vergara, lo curaron de coronavirus?

4.- ¿Cuándo traicionó la Familia Vergara ese lema de OmniLife de “Gente que cuida gente” para convertirse en “Gente que expone a Gente”?

5.- ¿Cuándo Chivas degeneró su imagen de ser el equipo más popular de México a ser el equipo más populachero de México?

6.- ¿Desde cuándo Vergara y Alfaro trabajaban en contubernio para tomar esta medida, que, evidentemente, traiciona toda la promulgación hipócrita hecha con anterioridad respecto a la salud de su entorno? Impostores.

7.- ¿Acaso en cuestión de horas son capaces de organizar un protocolo de salud perfecto para siete mil personas, y acordonar con seguridad propia y pública, para que la gente se comporte dentro del estadio?

8.- Y en el improbable caso de que Chivas venza al América, queda claro que esta iniciativa de Vergara y Alfaro, es un llamado a que la afición dé rienda suelta a los festejos en torno a La Minerva, y claro, hasta sin mascarilla. Y sería entendible, según ellos, “es que pobrecitos, hace tanto que no ganan nada” con Amaury Vergara al frente.

9.- La humanista y filantrópica Familia Vergara, ¿habrá consultado con sus jugadores y cuerpo técnico, e incluso, habrá tenido la decencia de consultar con el América, sobre este acto abierto de exposición a un riesgo de contagio? ¿Y a las familias de futbolistas y de los cuerpos técnicos?

Insisto, después de este dislate, de semejante desliz, este mismo martes deben presentarse, exonerados, reivindicados, fortalecidos, a los entrenamientos de Chivas, los cuatro expulsados: ‘La Chofis’, el ‘Gallito’, Peña y hasta Dieter Villalpando. Tan grave es su presunto delito, como tomar, por un acto fariseo, mercando con la salud pública, el derecho a poner en riesgo la vida de otras personas.

Que quede claro, en un hábitat propicio para el rebrote del coronavirus, como es el campo fértil de un semáforo naranja, Chivas le está entregando de manera escalofriante, el boleto de acceso a la pandemia.

Cierto, se tomarán medidas especiales. Pero, es de conocimiento público, que el uso de termómetros no es tan puntualmente perfecto para garantizar que una persona tenga o no tenga coronavirus. Es una herramienta valiosa, pero no concluyente, no definitiva. El virus puede estar en algún organismo y escabullirse a los rastreos a través de la temperatura.

1.- ¿Qué gana Chivas con esta intempestiva decisión? ¿Quedar bien con sus allegados, familiares, socios, vendedores, y claro, con el fanático número uno del Guadalajara en esferas gubernamentales, como es el gobernador de Jalisco?

2.- ¿Los pocos centavitos que fluyan, justifican un atentado a la salud pública? Con lo recaudado no podrá pagarle el salario a ninguno de sus oligarcas futbolistas.

3.- ¿Creerá el bisoño Amaury Vergara que sus jugadores se motivarán con gente en el estadio, cuando Chivas ha tenido entradas lamentables en los últimos años?

4.- ¿Creerá que los correosos hijastros del #ÓdiameMás se espantarán de ver aficionados rivales en la tribuna? Sí, seguramente los americanistas morirán de miedo, cuando viven desafiando semana a semana la animadversión y el desprecio.

5.- Si Chivas había superado al América en manejo público de imagen, al echar a los cuatro involucrados en un presunto caso de violación, con respecto al caso de Renato Ibarra, hoy, vuelve a quedarse rezagado ante El Nido, que ha asegurado que no abrirá el Estadio Azteca.

¿Dará marcha atrás? Difícilmente. Tal vez, en sus ansias frustradas de cácaro, tras estudiar cinematografía, Amaury Vergara prepara algún reality show dantesco para tratar de competir algún día con su ídolo máximo, el genial Guillermo del Toro.

¿Qué pensaría Jorge Vergara, a un año de su lamentable fallecimiento, si pudiera enterarse que su empresa ha abandonado el supuesto apostolado de “Gente que cuida gente”?