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Política y fútbol, una vez más

Getty Images

BUENOS AIRES -- Este lunes decenas de miles de personas salieron a las calles de varias ciudades de Brasil para protestar por el aumento de la tarifa del transporte y también y por otros temas, entre ellos el gran gasto en obras para la Copa Confederaciones y el Mundial 2014, la inflación y la mala calidad de la sanidad y la educación pública.

Estas manifestaciones -las más grandes desde 1992, cuando se pidió por la renuncia del presidente Fernando Collor de Mello- provocaron debates incluso en el ambiente del fútbol, ya que se producen en medio de un campeonato importante como la Copa Confederaciones.

Por primera vez en décadas, los futbolistas de la Selección de Brasil expresaron políticamente. David Luiz opinó que las protestas son un medio legítimo para conseguir que el país "mejore" y se equipare con los países desarrollados en la calidad de los servicios públicos y la reducción de la violencia. Asimismo, agregó: "las personas tienen derecho de expresar sus opiniones y a manifestarse si no están felices, sólo de esta manera vamos a llegar a ver los errores y mejorar. Brasil tiene todo para crecer y ser un país mejor".

En tanto, Hulk aludió a sus orígenes pobres para explicar que le dan ganas de sumarse a las protestas que, en su opinión, "tienen total razón", por lo que pidió a los gobernantes que escuchen las reivindicaciones de los manifestantes.

El entrenador Luiz Felipe Scolari, vio con buenos ojos que los futbolistas vuelvan a expresar su opinión y que se acabe con la "alienación" que, durante mucho tiempo, les llevó a evitar hablar de cualquier tema que se salga de las cuatro líneas de cal.

"Los jugadores tienen total libertad para opinar sobre cualquier asunto, siempre que cada uno asuma su responsabilidad. Las manifestaciones de los futbolistas son interesantes porque me parece que esta alienación que se impone a nuestros profesionales está dejando de existir", afirmó Scolari.

El director técnico del Scratch describe con claridad una situación que no sólo se dio en el fútbol, sino en muchos otros ámbitos en América Latina. Durante los ochenta y los noventa, al término de las dictaduras que destruyeron a nuestras naciones, la política dejó de ser un instrumento de cambio y se convirtió en un sinónimo de corrupción. En la última década esto cambió y ese cambio se puede ver en las opiniones de los jugadores.

El diputado y ex futbolista Romario pidió a través de las redes sociales, que la selección se pronunciara a favor de las protestas populares: "La selección podría y debería también agigantarse y manifestarse positivamente de su mejor forma, contra todo lo malo y negativo que estamos viendo y pasando este momento. Los jugadores y comisión técnica, hagan un gesto de apoyo a nuestro pueblo. Vosotros tenéis ese poder. Usadlo por favor".

El campeón del mundo en 2002, Rivaldo fue un poco más allá y pidió que la Copa del Mundo "no se juegue en Brasil". El ex Barcelona declaró: "Es una vergüenza estar gastando tanto dinero para este Mundial y dejar los hospitales y escuelas en condiciones precarias. Brasil no está en condiciones de hacer este torneo".

Como informó la agencia EFE, el silencio político de la Selección de Brasil se prolonga desde los años 80, cuando jugadores como Sócrates y Walter Casagrande apoyaron el movimiento popular "Diretas Já", que demandaba la democratización del país y la celebración de elecciones presidenciales directas.

Claro que en realidad, Sócrates era mucho más que un futbolista, era un activista político, un idealista maravilloso que siempre se mostró cerca de las necesidades del pueblo. Desde su "democracia corinthiana" hasta sus manifestaciones públicas, el ídolo paulista ha marcado una época.

Es difícil que aparezca otro Sócrates, pero bienvenido el regreso de la discusión política a todos los ámbitos, incluso al fútbol.


Fuente: EFE.