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Los Yankees cumplieron con las apariencias

Aunque el viernes pareció ser una victoria para la complicada relación entre los New York Yankees de Nueva York y Alex Rodriguez, la realidad es que el acuerdo por $3.5 millones de dólares en donativos al que llegaron con el bateador designado terminó principalmente beneficiando al equipo neoyorquino.

Y esto sin mencionar el arreglo adicional al que llegaron con Zack Hample, el fanático que atrapó la pelota del hit 3,000 de A-Rod que cayó en las gradas del jardín derecho del Yankee Stadium, y por la cual el equipo donaría otros $150,000 a la fundación Pitch In for Baseball.

Según fuentes de ESPNDeportes.com, los Yankees estaban confiados en que ganarían la batalla legal contra A-Rod porque, como fue confirmado por el gerente general Brian Cashman, el lenguaje del acuerdo de comercialización anexo al contrato lee en blanco y negro que el equipo "tiene el derecho pero no la obligación" de pagar dichos bonos.

Entonces, ¿por qué aparentemente dar el brazo a torcer?

La respuesta es simple: porque muchas veces es mejor perder la batalla para ganar la guerra.

Y la solución encontrada terminó siendo realmente magistral.

El acuerdo de comercialización entre A-Rod y los Yankees, separado de su contrato ya que no se permite ese tipo de acuerdo en un contrato básico, dictaba un pago de $6 millones por apariciones promocionales y el uso de su imagen para relaciones públicas, todo atado al logro de ciertos "hitos".

Los Yankees estaban preparados para un argumento legal sobre cómo estaban en su derecho de no reconocer dichos hitos porque el toletero manchó su imagen a través del uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Hubiese sido un proceso largo y agotador, sin ningún beneficio para ninguna de las partes, y encima de eso los Yankees seguirían teniendo a Rodríguez en sus filas por dos años más.

A-Rod también estaba completamente dispuesto a someter su querella a través de un proceso de arbitraje que podría haberse extendido hasta más allá de la temporada muerta.

En dicho procedimiento, se le habría pedido a Rodríguez servir como testigo, lo cual hubiera sido muy difícil para él por sus múltiples declaraciones contradictorias sobre su uso de sustancias para mejorar el rendimiento. El arbitraje hubiera terminado en el mismo circo que vivimos el año pasado en Park Avenue a las puertas de las oficinas de Major League Baseball.

Los Yankees tenían un buen caso, aunque no garantizado, y los abogados del sindicato de peloteros así se lo hicieron saber a Rodríguez.

Esos mismos abogados que están contractualmente obligados a defender a Rodríguez y que se vieron forzados a contestar preguntas a diario el año pasado sobre su uso de esteroides mientras apelaba su suspensión por violaciones al acuerdo antidopaje. Los mismos que A-Rod terminó demandando al concluir los procedimientos.

Las dos partes estaban destinadas a una batalla campal, con enormes repercusiones no sólo específicamente para el bono en cuestión, sino también para todos los hitos futuros de Rodríguez, ya que el acuerdo contempla otros $6 millones por igualar a Babe Ruth con 714 cuadrangulares, $6 millones si empata con Hank Aaron (755) y otros $6 millones más de superar a Barry Bonds (762).

La solución: Los Yankees no tuvieron que reconocer en ningún momento el igualar a Willie Mays con 660 cuadrangulares como un "hito", asegurándose en la misiva divulgada con el acuerdo de usar el término "logro estadístico", y Rodríguez no cobrará $6 millones. A cambio, los Yankees donarán $3.5 millones a obras caritativas (ahorrándose de inmediato $2.5), las cuales fueron en su mayoría seleccionadas por el mismo equipo y Major League Baseball.

A su vez, los Yankees se ahorrarán $3 millones adicionales correspondientes a impuestos de lujo.

Los Yankees ya sobrepasaron el límite para el impuesto de lujo, lo que significa que cualquier suma por encima de dicha cantidad sería elegible para ser gravada al 50 por ciento.

Si le pagaban los $6 millones a A-Rod, dicho bono hubiera sido considerado como parte de la nómina del equipo y hubiesen tenido que pagar otros $3 millones como parte del impuesto de equilibrio competitivo de Grandes Ligas.

Así que no sólo los Yankees hicieron un donativo a obras de caridad (que ya estaban siendo apoyadas por el equipo), y se ahorraron $2.5 millones al no tener que pagarle el dinero directamente a Rodríguez, y $3 millones más para un total de $5.5 millones de ahorros.

Al fin y al cabo, todo es un negocio.

Pero la realidad es que todas las partes ganaron. Los Yankees y Rodríguez pusieron fin (por ahora) a lo que pudo haber sido un feísimo conflicto, donde todos hubieran sido perdedores, y terminaron haciendo algo positivo para personas, y particularmente, niños necesitados.

Un final casi feliz... hasta que tengamos que ver qué se harán si es que llega el 714...