<
>

¿Quién caerá mejor parado en los Alpes?

SAINT-JEAN DE-MAURIENNE -- No ha sido un Tour de France fácil para dos de los llamados 4 fantásticos antes de empezar la carrera.

Vincenzo Nibali y Alberto Contador han padecido caídas, cortes de tiempo y falta de forma que los desacomodaron quizás también sicológicamente durante las dos primeras semanas. Pero no cabe duda que por lo menos han seguido intentándolo en la tercera.

Contador (TCS) ya sido totalmente franco en el sentido de que el Giro le comió la mitad de las piernas y que espera no plantearse el doble Italia-Francia en un futuro. Es como si hubiera llegado maniatado a un encuentro de boxeo donde sólo ha podido esquivar golpes en lugar de darlos. Pero ante la falta de piernas está el orgullo deportivo y eso ha sido más que evidente con las salidas de Alberto, aunque luego se las controlaron casi de inmediato. Puede ser que a Chris Froome (SKY) ya no le preocupe lo que haga el líder del Tinkoff Saxo pero a otros sí.

El squalo Nibali (AST) ha tenido la más complicada de las defensas que hubiera podido imaginar con cortes y pérdidas de tiempo significativas en etapas que suponían normalidad o donde él podría haber terminado con el grupo de los candidatos. Nibali también parece haber sufrido más un bloqueo mental que físico, el cual no le permitió ser el hombre de ataque, algo que siempre ha sido su sello personal. Pero ahora, afuera de la perspectiva de podio en el cierre de la carrera, ha intentado igualmente atacar y poner a sus fichas en las fugas por si es necesario. Tan mala estuvo la situación en su equipo que hasta se habló de relevar el liderato dentro del Astana, aunque finalmente, la crisis interna fue superada para mantenerlo a él como el capitán sin discusiones. Y con todo que Vincenzo está a más de ocho minutos --y a cinco de las casillas de podio-- el italiano ha sido también acallado en sus intentos al arranque de esta semana alpina.

En la etapa 18, el Movistar Team parece haber cuidado más del podio y dejado el ataque para las etapas con llegada en alto.

“Alejandro tuvo una pequeña crisis y tuvimos que estar un poco más tranquilos para que se recuperara”, dijo Nairo Quintana al cierre de la jornada. “Mañana esperamos que sea un día bueno; la montaña que viene es diferente y hoy teníamos que estar un poco más tranquilos, ya que hoy no se podía hacer diferencia en meta. Para mí es muy importante tener cerca a Alejandro, siempre me ayuda tapando huecos de los rivales. Mañana jugaremos de otra manera”.

Aunque el objetivo del equipo siempre ha sido uno desde que arrancaron en Utrecht: buscar el titulo con Nairo, la situación de carrera ha quizás dado un giro en relación a lo planeado por el buen estado de forma de Valverde. Tener la posibilidad de ocupar dos casillas en el podio de París tiene a Eusebio Unzué más cauto y al equipo a la expectativa.

Está claro que el único terreno donde existe la posibilidad de buscarle una grieta a Froome puede ser subiendo. En el llano ha sido imposible tomarlo mal ubicado y en bajada se ha defendido bastante. Los puertos largos son la única plataforma que le queda a Nairo para intentar por lo menos sacudir un poco la confianza del británico, porque las piernas al del SKY no le han flaqueado. Está claro que es necesario sólo un ataque para hacer diferencia, pero ese ataque no puede mirar atrás ni detenerse a ver quién sigue su rueda. Ese ataque debe darlo con todo el rigor de escalador que es Quintana, una salida que deje sin respiro la alta rotación de Froome, una que no se puede sostener eternamente. Si Alejandro está dispuesto a sacrificar en algún momento su cajón en el podio, deberá contribuir atacando primero para que Nairo pueda salir a la espalda del actual maillot jaune. Eso evitaría que le quede respiro a Froome (quien declaró ya que Alejandro y Nairo son sus ruedas a seguir). Con una salida así, el maillot Jaune tendrá que regular por un tiempo. Sin embargo, sólo una crisis verdadera de energía puede hacer que Movistar pueda sacarle más dividendos que un minuto o dos a Froome en una sola etapa por cómo se ha visto el espigado corredor.

El británico sólo ha tenido que atacar una sola vez en la alta montaña (Etapa 10) para sacar 1:14” (con todo y bonificación) y distanciar a Nairo, quien además venía arrastrando el corte significativo de la primera semana. Ese único golpe contundente del líder del SKY ha sido suficiente para hacer de esta carrera una de táctica defensiva, muy difícil de enfrentar para sus rivales.

Las etapas que quedan son cortas y por lo tanto creemos que el ritmo de carrera será altísimo desde el principio. Todos los equipos que están con la hoja de deberes incompleta tratarán de formar la fuga que en estas dos etapas puede ser que tenga menos libertad para fructificar en una victoria por el interés en juego de la CG.

La jornada de este viernes es de sólo 138 kilómetros pero con cuatro premios. Arranca la etapa 19 de lleno en el Col du Chaussy (1ª Cat 15.4km a 6.3%) donde el pelotón quedará de inmediato fraccionado. Luego viene la bajada a un terreno de transición para el sprint intermedio hasta que al kilómetro 58 de carrera cuando comienza el ascenso al Col dela Croix de Fer (22.4km a 6.9%) una subida que prácticamente no ofrece respiro alguno. Ahí es donde esperamos que algunos gregarios importantes queden en el camino. Luego de bajar de ese premio de categoría especial viene el trampolín del Col du Mollard (2ªCat 5.7km a 6.8%) donde se puede generar alguna sorpresa de atacar de lejos, pues hay un largo descenso hasta la base del próximo y último premio de montaña: La Toussuire, con una elevación de 1,705 msnm y una subida de 18 kilómetros a 6.1%. Quien decida atacar desde abajo tiene que estar seguro de que tiene las piernas para terminar la obra, de que la salida no se le va a revertir. Es ahí donde se decide si hay diferencias o no en la general.