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¿Podrán manejar la presión los Mets?

El tema tabú entre los fans de los Mets de Nueva York a estas alturas de la temporada, donde están ensimismados en una candente batalla por el banderín del Este de la Liga Nacional, es cómo un equipo con tan poca experiencia mantendrá la entereza necesaria para conseguir el boleto que les permitirá jugar béisbol en la postemporada.

La falta de experiencia de lo que significa jugar béisbol en octubre se ve en su mayoría reflejada entre el cuerpo de lanzadores, ya que, sorpresivamente, un buen número de los jugadores de posición metropolitanos han disputado partidos de postemporada.

El jardinero Curtis Granderson ha jugado 36 partidos en ocho series de playoffs, incluida la Serie Mundial 2006 con los Tigres de Detroit, y el cubano Yoenis Céspedes también disputó 10 juegos de postemporada con los Atléticos de Oakland entre 2012 y 2013.

El veterano tercera base Juan Uribe ha jugado 44 partidos en 10 series de postemporada, y tiene un anillo de campeón de Serie Mundial con los Medias Blancas de Chicago en el 2005. Michael Cuddyer cuenta con 22 partidos de experiencia en playoffs en siete series con Minnesota, y aunque sólo ha acumulado siete turnos al plato, Kelly Johnson ha jugado cuatro series de postemporada entre Atlanta, Tampa Bay y Baltimore.

David Wright es el único jugador activo que estuvo en el plantel de 2006, la última vez que los Mets jugaron béisbol en playoffs, y el capitán continúa su proceso de rehabilitación en ligas menores por sufrir de estenosis espinal, aunque se anticipa que se reúna con el equipo la próxima semana en Filadelfia.

Cuando miramos hacia el cuerpo de lanzadores, lo cual es la clave para cualquier buena batalla en playoffs, sólo Bartolo Colón (10 partidos en siete series de postemporada) y Tyler Clippard, quien jugó con Washington el año pasado y en el 2012, han lanzado en octubre.

Los abridores Jacob deGrom, Matt Harvey, Noah Syndergaard y Jonathon Niese nunca han tenido la oportunidad de lanzar en un partido de vida o muerte para su equipo, al igual que tampoco lo han hecho los relevistas Carlos Torres, Sean Gilmartin, Hansel Robles o Logan Verrett, ni el taponero Jeurys Familia.

El dirigente Terry Collins admitió que su cuerpo de lanzadores se pondrá verdaderamente a prueba estas próximas semanas, donde cada partido cuenta, y que sería importante ver la manera en que manejan una situación en la que nunca habían estado en su carrera.

Quizás sea precisamente la experiencia de lo que lograron los Reales de Kansas City la temporada pasada, que llegaron a los playoffs por primera vez desde 1985, lo que les sirva de motivo de inspiración a los Mets, un equipo con falta de experiencia pero que logró llegar lejos.

No obstante, fue precisamente el temple de los ahora tres veces campeones de Serie Mundial en los últimos cinco años, los Gigantes de San Francisco, uno de los factores determinantes para alzarse de nuevo con el añorado anillo del Clásico de Otoño sobre Kansas City.

Los Cardenales de San Luis, que han sido el mejor equipo de la Liga Nacional y de todo el béisbol durante la temporada, se mantienen como favoritos de los expertos, y tienen la experiencia a su favor, al haber clasificado a playoffs siete veces en los últimos diez años. En la última década, los Cardenales han llegado a tres Series Mundiales, ganando dos, y se han coronado campeones divisionales en seis ocasiones, siendo una de ellas en el 2006 sobre los Mets.

Sin embargo, la ignorancia es atrevida, y nadie les puede decir a uno de los cuerpos de lanzadores más sólidos en Grandes Ligas que su falta de experiencia podría costarles un puesto en playoffs.

Cada pelotero de los Mets afirma que no está enfocado en qué sucederá más allá del próximo partido. Y esa es su mejor opción, porque un horizonte donde podrían toparse con los Cardenales no parece ser muy prometedor.

Apenas la noche anterior, Familia evitó por completo un colapso en la novena entrada en un partido que tenían ganado desde el principio ante los Orioles. Al final, el dominicano cumplió, pero no sin antes recordarles a los pesimistas fans de los Mets lo difícil que es ganar partidos de importancia en las últimas semanas de la temporada... y todavía estamos a mediados de agosto.