<
>

No se pierdan el Abierto en La Colorada

Cabrera disfrutará de su cancha preferida para jugar el Abierto Argentino Getty Images

BUENOS AIRES -- Todos quieren ganar el Open Championship, pero si es en St. Andrews mejor. Lo mismo me parece que ocurre con el Abierto Argentino. El título tiene un gran prestigio, pero me atrevería a decir que para muchos hay diferencias cuando el campeonato se juega en la cancha colorada del Jockey Club.

Si tuviera que explicarles qué tiene de especial este diseño de Alistair Mackenzie, tendría que decirles que los segundos 9 hoyos son de lo mejor que hay en Argentina. La cancha abre con todo y ya el par 4 del 1 pone a prueba los nervios de los jugadores, lo mismo que el corto par 4 del 2 y el casi perfecto par 3 del 3.

A partir del 4 y hasta terminada la ida no hay ningún hoyo que se destaque, pero cuando el jugador llega al tee del 10 los problemas empiezan a ser de difícil solución. El sabio Víctor Zemborain me dijo alguna vez que el hoyo 10 es el único hoyo del mundo sin par, y tiene razón. No importa si los organizadores lo ponen como par 5 o par 4, porque podrían ponerlo como par 6 y también tendría sentido. Un hoyo que quedó corto para los estándares de hoy, pero que tiene un green único, y aunque el jugador tenga un hierro corto para alcanzar la bandera, el riesgo de doble bogey está latente. La vista desde el fairway es como tirarle a la cima de un volcán, sabiendo que si falla el green y no encuentra el bunker, hacer tres tiros no será tarea sencilla.

Luego de pasar el 11 se llega a uno de los mejores par 3 de la Argentina, dueño de uno de los mejores greens de la cancha. El nuevo tee del hoyo 13 ha hecho de ese par 4 un hoyo en donde hacer 4 es más que un premio.

El 14, ahora sin el bunker de la derecha que había casi arruinado el hoyo, es mi green favorito y el segundo golpe requiere de una gran precisión. El par 5 del 15 no es demandante desde el tee, pero el segundo golpe tiene que ser perfecto si el jugador quiere tener la chance de birdie. Otro green único presenta el 16 y el 17 es otro gran par 3 con un green en donde hay poco espacio para picar la pelota y que esta quede sobre la superficie.

El hoyo final parece no presentar dificultades, pero el green otra vez es la clave: cuando la bandera está atrás de la loma de la izquierda el approach es sumamente delicado.

Todo esto es así si tenemos la suerte que el clima acompañe, que la cancha esté firme y que el viento que suele haber a comienzos de noviembre se haga presente. Esta es una nueva fecha para el abierto y todavía no ha hecho mucho calor en Buenos Aires, con lo cual habrá que ver en qué estado encuentran la cancha los jugadores. Seguramente será mejor que en 2010 en donde hubo muchas quejas.

Lo otro que es inigualable de la colorada es lo fácil que es para ver golf. Uno elije un grupo y camina el hoyo 1, de allí se va al green del 4 y los espera, al lado esta el green del 6 y muy cerca el 8. A pocos metros de allí el green del 10 es la cita obligada y cuando su grupo pasa por allí, se camina unos pasos y se llega al green del 13. Casi sin moverse se va ahora al 17 y de allí camina hasta el 18 con el grupo elegido. Esto es casi perfecto, y digo casi porque con este recorrido no tendrá chances de disfrutar los panchos de Omar y Abel en el green del 11, pero no me voy a meter en su dieta.

No puede perderse el abierto, y si le gusta el tema de diseño de canchas de golf, no puede perderse la oportunidad de ver muchos de los mejores greens del país. El abierto en la colorada es sin dudas diferente.

Entre los protagonistas, la figura de Ángel Cabrera sobresale por sobre el resto, en la cancha preferida por el cordobés para jugar el Abierto. Aquí ganó por primera vez el campeonato en 2001, año en que formó parte del European Tour.

La presencia de Fabián Gómez también le da un enorme valor agregado ya que el chaqueño ganó este año en el PGA Tour y el abierto es uno de los pocos títulos que no ha ganado en nuestro país.

Por suerte para él y por desgracia para el campeonato, Emiliano Grillo no defenderá el título obtenido en Martindale en 2015. Su posición en el ranking mundial lo clasificó para el torneo en China y allí estará jugando esta semana. El abierto es siempre atrapante, la cancha es una de las más cómodas para ver golf y la presencia de Ángel Cabrera es siempre un atractivo especial.