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¿Impedimentos o desinterés?

ORLANDO -- Mariano Rivera, Jorge Posada, Vladimir Guerrero y Johan Santana, entre muchos otros, casi seguro se perderán el próximo Clásico Mundial de Béisbol, un evento de poco o ningún significado para los norteamericanos, pero extremadamante importante para los latinoamericanos.

La versión oficial: Estas luminarias quedarán fuera del torneo por "impedimentos" de sus clubes en las Grandes Ligas, amparados en un derecho que les otorga potestad de bloquear a jugadores que se recuperan de lesiones u operaciones.

La versión extraoficial (y más real): Esos jugadores tienen poco o ningún interés en participar en el Clásico Mundial y escudarse detrás de sus clubes les cae como anillo al dedo, porque al tiempo que se liberan del compromiso, evitan el repudio de sus compatriotas.

En lugar de cuatro estrellas desinteresadas tenemos a tres gerentes generales (Brian Cashman, Yankees; Omar Minaya, Mets, y Tony Reagins, Anaheim) que corren el peligro de ser declarados "enemigos públicos número uno" de República Dominicana, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.

Es una situación bastante parecida a la que se presenta con la ausencia de algunos estelares latinoamericanos en los torneos invernales caribeños. En lugar de anunciar que no pueden jugar porque ya son muy ricos, porque no tienen nada que aprender en el Caribe, por cansancio o cualquier otra excusa, algunos peloteros llaman a sus clubes de Grandes Ligas para que públicamente les "impidan" jugar y los liberen del compromiso moral.

Situación ideal para ellos, tanto para los torneos caribeños como el Clásico Mundial ¿verdad? Claro, todo sería más perfecto si no existieran casos conocidos como los de los dominicanos Miguel Tejada y Albert Pujols, que tumban las teorias anteriores.

Mientras jugadores que aún no están establecidos como regulares en las Grandes Ligas se han dado el lujo de alejarse de las ligas caribeñas, Tejada jugó durante 13 temporadas seguidas en la liga dominicana hasta tomarse un descanso este invierno.

Tejada no dejó de jugar ni cuando lo hicieron torpedero regular de los Atléticos de Oakland en 1999, ni cuando ganó el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2002 ni tampoco cuando firmó un contrato de $72 millones con Baltimore en diciembre del 2003.

Entre mayo del 2000 y junio del 2007, Tejada jugó 1,152 partidos consecutivos en Grandes Ligas, la quinta mayor racha de todos los tiempos, y ni así dejó de jugar en la liga dominicana y la Serie del Caribe.

Y que se sepa, Oakland y Baltimore intentaron más de una vez obligar al tipo a descansar un poco, pero prevaleció la disposición del pelotero por hacer lo único que sabe: Jugar béisbol.

Ahora vamos al Clásico Mundial. El puertorriqueño Posada (hombro derecho), el panameño Rivera (hombro derecho), el dominicano Guerrero (rodilla izquierda) y el venezolano Santana (rodilla izquierda) ciertamente se recuperan de operaciones, que en el caso de los dos primeros son más delicadas tomando en cuenta que ya pasaron de los 35 años de edad.

Pero todos están declarados completamente rehabilitados y muestra de eso es que estarán trabajando desde el primer día en los entrenamientos primaverales de sus clubes a mediado de febrero.

Las operaciones de esos cuatro fueron importantes, pero no tienen nada de extraordinarias para hacerlas más relevantes que la cirugía del codo derecho a que se sometió el inicialista Pujols, de los Cardenales de San Luis, inmediatamente terminó la pasada temporada, cuando ganó su segundo premio de Jugador Más Valioso.

Desde antes de terminar la temporada, Pujols y los médicos de los Cardenales acordaron que el pelotero se sometería a un procedimiento para reubicar un nervio de su codo derecho en lugar de una "Tommy John" (reconstrucción completa de los ligamentos del codo) que le haría perder casi un año.

Con la mira puesta en el Clásico Mundial, pero al mismo tiempo en su futuro en las Grandes Ligas, Pujols fue al quirófano dos semanas después de concluida la temporada (exactamente e 13 de octubre) y estuvo inhabilitado por dos meses, hasta ser autorizado a comenzar una rutina ligera a finales de diciembre.

En todo ese proceso, Pujols nunca ha desistido de su idea de jugar en el Clásico Mundial, pero más interesante aún, los Cardenales nunca han dicho públicamente que les gustaría que el jugador se olvidara de ese torneo, aunque todos debemos deducir que sería ideal para la organización que Pujols trabaje tranquilo en Jupiter hasta el día inaugural.

La razón: Pujols se siente comprometido con su país y los Cardenales no quieren disputas con su estrella.

Pujols también puede agarrarse de sus responsabilidades en San Luis y la cercanía del final de su contrato de $100 millones (dos años más) antes de ir a la agencia libre o enfocarse en tener una gran temporada para forzar a los Cardenales a comenzar negociaciones por una extensión, pero no lo hizo. Al menos no lo ha hecho.

Ahora mismo, solamente una recaida inesperada evitaría que Pujols esté de tercero al bate y en la primera base de República Dominicana en el debut del equipo el 7 de marzo contra Holanda en el estadio Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico.

Mientras Rivera (39 años) y Posada (36) tienen la excusa de la recuperación, la edad y sobretodo, el afán de los Yankees de Nueva York por volver a ganar, Guerrero podría argumentar que aunque solo tiene 32 años se dirige a su último año de contrato y necesita enfocarse para tener buenos números y reclamar otro gran contrato.

Recuerden que Guerrero no jugó en el primer Clásico Mundial, en el 2006, debido al dolor que le embargaba por la muerte de tres primos en un lamentable accidente de autos en Dominicana.

Y aunque reconocemos que el golpe fue duro para Guerrero, aún no entendemos como la tragedia le impidió jugar con Dominicana en los partidos del Clásico, pero simultáneamente no afectaba para participara en los juegos de exhibición de los Angelinos de Anaheim.

No dudo de la seriedad y delicadeza del proceso de rehabilitación de Posada, Rivera, Guerrero y Santana, pero más que por lesiones, ellos dejarían de jugar en el Clásico Mundial por falta de interés y sus equipos sencillamente se ofrecerán para cargar con la responsabilidad.

Si Posada, Rivera, Guerrero y Santana estuvieran "plantados en dos pies" acerca de participar en el Clásico Mundial, es poco probable que Cashman, Reagins y Minaya se embarcaran en una guerra pública para hacerlos desistir de la idea.

En lugar de eso estarían imitando a John Mozeliak (San Luis), quien ha dejado marchar sin traumas la rehabilitación de Pujols.

Al dominicano Manny Ramírez podemos acusarlo de ser despreocupado, pero debemos reconocerle su sinceridad. Ramírez no ha puesto excusas baratas para faltar a los dos primeros Clásicos, simplemente los ha sacado de su agenda.

Muchos otros peloteros estelares (latinos y no latinos) dejarán de jugar por diferentes razones, desde falta de interés a temor por perder espacio en las Grandes Ligas. A todos debemos entenderlos y respetar sus decisiones, pero eso no significa que tengamos que tragarnos la trama de los impedimentos.