MOSCÚ -- Ya estamos en Moscú. Con mucho frío pero no tanta nieve. Si bien no es la primera vez que vengo a esta ciudad, sí es la primera oportunidad que tuve de salir a recorrerla. En nuestro paseo a la Plaza Roja nevó sólo un poco. No es una ciudad para caminar mucho porque el clima no compaña.
En mis anteriores visitas a Moscú hubo triunfos y derrotas. La que más recuerdo es la última antes de ir a jugar a la NBA. Fue en abril de 2004. Perdimos de dos en un partido increíble, con muchas polémicas, faltas dudosas y un cierre con un gesto de Papaloukas que generó mucha molestia. Ese partido no se olvida porque ahí nos quedamos afuera de la Final 4.
Puedo tener algo de sed de revancha. Pero esta es otra historia. Estamos entre los ocho mejores equipos de la Euroliga porque siempre creímos en nosotros. A pesar de la inestabilidad del equipo en la competencia supimos atravesar con éxito los momentos difíciles.
No era sencillo ganar cuatro de los últimos cinco partidos del Top 16 para llegar a estos playoffs. Tuvimos personalidad y compromiso para lograrlo. En los últimos dos partidos levantamos el nivel de juego con defensa dura y activa y con mucha carga sobre el rebote ofensivo. Fueron dos triunfos que muchos no esperaban y que dejaron eliminados a equipos fuertes como Khimki y Montepaschi Siena.
CSKA será un rival durísimo. Tiene un alto presupuesto, lo que le permite un plantel con muchos jugadores de gran nivel. Nuestra rotación es más corta y eso le da más mérito a que estemos en esta instancia.
CSKA es un equipo sólido, dinámico y balanceado en juego exterior e interior. Teodosic es desequilibrante y nos puede llegar a complicar en cualquier momento. Krstic es un pivote de mucha jerarquía para esta competencia. Esos dos son los jugadores más destacados de un plantel completo.
Para ganar tendremos que jugar al límite. Debemos mostrar nuestro mejor básquetbol. El objetivo es tratar de llevarnos un juego de Moscú. Dar el golpe en el primero sería ideal porque nos daría tranquilidad para el segundo y los haría jugar con mucha presión. Será una gran prueba para nosotros.
En este momento de la temporada el físico empieza a pasar factura. Estamos golpeados y cansados pero la motivación hace olvidar los dolores y el cansancio. Hay que enfocarse en la serie.
Mucha gente ha comenzado a opinar sobre mi renovación o no con el Baskonia. Aún es pronto para hablar sobre este tema. Yo pienso en CSKA y en la liga. Estos temas los maneja mi agente mientras yo me dedico a jugar. Mi deseo es, si puedo, quedarme. Si no se da, con el nivel que estoy mostrando me llegarán ofertas de Europa y tal vez de la NBA. Baskonia debe tomar la decisión sobre mi renovación. Yo entendería si quieren tomar otro rumbo para el equipo.
Antes de despedirme, quiero mandar mi apoyo a los argentinos que están sufriendo por las inundaciones. Hay que agradecerle a toda la gente que se solidarizó. En estas situaciones siempre se destaca la ayuda que nos damos entre nosotros. Deseo que puedan recuperarse pronto de este momento tan difícil.
Les mando un saludo a todos y gracias por seguir acompañándome. Hasta la próxima.