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Pobre Abril, pobre Ríos, pobre boxeo

Richard Abril le dio una buena pelea a Brandon Ríos, pero no le alcanzó ante los ojos de los jueces Chris Farina/Top Rank

La historia de la pelea que protagonizaron este sábado en Las Vegas, Brandon Ríos y Richard Abril, por el título ligero vacante de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), finalizó como empezó, con otro escándalo.

El cubano ganó, pero dos jueces decidieron que perdiera. Fue la cereza sobre la torta de una secuencia de episodios absurdos, que comenzó el 2 de diciembre del 2011, cuando Ríos no dio el peso para su pelea de defensa del título contra John Murray y perdió el cinturón en la báscula, pese a que después ganó la pelea. Luego, aún consciente que dar las 135 libras es una misión casi imposible, decidió recuperar el título. El rival a enfrentar era el cubano Yuriorkis Gamboa, que en otra alocada decisión subía dos divisiones para intentar lo imposible.

Todos recordamos como fue esa historia. Primero un escándalo en un restaurante cubano de Miami, cuando Gamboa no se presentó a la conferencia de prensa para anunciar el combate. ¿Se acuerdan? De entre el público apareció Abril, un casi desconocido, aunque bien ranqueado púgil cubano exigiendo su oportunidad en medio de un desordenado momento frente a las cámaras.

Al día siguiente en Los Ángeles, Gamboa tampoco se presentó, la pelea se canceló y renuncio a la bolsa más grande de su carrera. Para salvar el espectáculo de PPV, le dieron la oportunidad al cubano Abril. ¡Y vaya novedad!. Otra vez Ríos no pasó la báscula y se quedó sin la oportunidad de recuperar el título antes de pelear por él.

El combate se cumplió pese a todo. Una pésima batalla donde solamente Abril mostró una estrategia y un buen trabajo de preparación. Aprovechó su mejor altura y por el simple expediente del jab, anuló a un timorato Ríos que lució agotado, sin un plan, sin potencia y ni siquiera con la rebeldía necesaria para torcer el curso de la batalla. Al hijo de mexicanos le contamos un solo golpe de potencia durante toda la pelea, mientras que el cubano llego como quiso con sus débiles combinaciones.

Al final nadie lo dudada, era triunfo de Abril, pero en otro fallo absurdo, por decisión dividida de los jueces le fue concedido el triunfo a Ríos. El resultado provoca indignación, es verdad. Pero por sobre todas las cosas, causa una enorme tristeza. ¿Hacia dónde vamos? ¿Ante tanta reiteración, deberemos asumir cada injusticia en las tarjetas como algo normal? Pobre futuro nos aguarda. Por eso lo del título.