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A-Rod demuestra su nueva humildad con el anuncio de su retiro

Como describió Andrew Marchand de ESPN en su conversación del miércoles en la mañana con Alex Rodríguez, muchos temas fueron discutidos, y en algún punto de la reunión Rodríguez mencionó que se retiraría luego de la temporada 2017.

Algo que hace sentido, porque because el contrato de Rodríguez con los Yankees expira luego de esa temporada, y para ese entonces va a tener 42 años. Como dijo luego el manager de los Yankees de Nueva York Joe Girardi a los reporteros, estaba diciendo algo casi obvio.

Pero era evidente por la forma en que hizo esto Rodríguez que no estaba tratando de crear un gran anuncio con esto, y que esto tampoco fue el caso de una confidencia cuidadosamente dada a conocer, algo que Rodríguez practicó repetidamente en el feo verano del 2013 antes de que fuese suspendido del béisbol por el uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

Él solo estaba siendo honesto con Marchand en ese momento, y luego que se reportara la noticia, Rodríguez estaba aparentemente sorprendido por la respuesta, y al final del día trató de minimizarlo un poco. Dejó abierta la posibilidad de que podría seguir jugando luego de la temporada 2017, según escribe Mark Feinsand.

Rodríguez nunca ha sido tan cuidadoso en sus conversaciones con los reporteros como lo fue el torpedero y miembro del Salón de la Fama Cal Ripken; en ocasiones el legendario miembro de los Orioles respondía la pregunta de un reportero con otra pregunta: "¿Cuál es tu ángulo?" Derek Jeter anunció su retiro en un mensaje en Facebook sin darle aviso previo a los Yankees, y mucho menos filtró previamente el anuncio, y luego comenzó un portal web para atletas para publicar historias escritas por ellos mismos y así controlar el mensaje.

Rodríguez, por otro lado, ha tenido problemas con sus palabras en muchísimas más ocasiones que Ripken o Jeter, cayendo en baches de relaciones públicas aparentemente en su esfuerzo por complacer a todos y generar atención. Pero lo que sucedió el miércoles no pareció haber sido por eso, porque hace un año más o menos - solo Rodríguez conoce el tiempo exacto, dado su exilio del béisbol del 2014 al 2015 - pareció haberse dejado de tratar de venderse a sí mismo.

Pareció darse cuenta de que han pasado tantas cosas que no va a poder cambiar nunca. He seemed to realize that so much has happened that he cannot ever change. Una y otra vez, Rodríguez en general ha reconocido haber cometido varios errores, y entonces se ha movido adelante, sin intentar exonerarse a sí mismo, o incluso tratar de argumentar su caso. Se ha quedado en el momento, alejándose de forma hábil de las preguntas que exigen introspección y reflexión sobre el pasado; En cambio, por lo general habla de lo mucho que está disfrutando ahora el juego, con un grupo de compañeros que aprecia ahora mismo. Desde que Rodríguez volvió a juego con los Yankees, todo ha sido sobre el próximo ejercicio, el próximo juego, la próxima conversación con un compañero, como le ocurrió con Didi Gregorius, a quien ayudó la pasada temporada luego que el torpedero curazoleño tuviera un mal inicio de temporada.

El legado de Rodríguez está casi consolidado, con la excepción de la adición de unos pocos números a los totales de su carrera que de todos modos no van a ser considerados jamás de la misma forma en que se miran las estadísticas de Hank Aaron o Willie Mays, sin importar donde terminen los mismos. Cuando se escriba el obituario de su carrera, el hecho de que se le impuso la suspensión más importante por el uso de drogas para mejorar el rendimiento de cualquier superestrella en la historia del béisbol estará en el primer párrafo, y no habrá forma de esconderlo o minimizarlo. Él pudo haber sido recordado entre los jugadores más grandes y más admirados en el deporte, y ahora eso jamás va a ocurrir, como le pasa a Pete Rose y Barry Bonds.

Pero a Rodríguez ya no le sirve de nada el preocuparse de eso ahora, y hace todo el sentido del mundo el enfocarse en cada ejercicio, en cada partido, en cada día. Estas incursiones de un solo carril ya lo han llevado a un lugar mejor: Para el momento en el que fue suspendido, habían muchas especulaciones (incluyendo de nuestra parte) de que los Yankees no le volverían a permitir usar su uniforme, que ningún otro equipo le volvería a contratar, y que su carrera había terminado.

Pero debido a la forma en que se ha comportado desde su regreso, ahora, en algún grado, Rodríguez puede terminar su carrera en sus propios términos. Él puede escoger la hora y el lugar, y quizás seguir jugando más allá del 2017, si cambia de parecer. Puede que no parezca mucho, y esto llega sin envases prefabricados; probablemente no sea candidato para alguna vistosa gira de despedida.

Pero eso es mucho más de lo que se pudo haber imaginado cuando fue expulsado temporeramente del deporte, y se lo ha ganado.