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Testigo inesperado

SAO PAULO (Enviado especial) -- Después de presenciar el primer partido de la Copa del Mundo y con la emoción todavía a cuestas, dejamos por unos días nuestra casa de Cotia, Sao Paulo, y viajamos a Belo Horizonte, donde la Selección Colombia enfrenta este sábado a Grecia en su debut mundialista.

El viaje en avión es corto y cómodo, pero como sucede en cada paso que uno da en la capital paulista, el aeropuerto está muy alejado. Me tocó viajar desde Guarulhos, distante a unas cuantas decenas de kilómetros de Cotia. Fue difícil dormir pero con paciencia y contando ovejas pude pegar los ojos un par de horas. Muy temprano en la mañana me embarqué rumbo al estado de Minas Gerais.

Ya en el aeropuerto me encontré con hinchas de Australia y Chile que iban a Cuiabá, de Suiza rumbo a Brasilia, de Francia hacia Porto Alegre, de Alemania hacia Salvador, de Argentina rumbo a Río de Janeiro y de Colombia. Muchos colombianos. Cientos diría. Todos iban con una gran ilusión y esperanza en lo que puede hacer su equipo en este campeonato. La Tricolor copó el aeropuerto de Sao Paulo al menos por un día.

El viaje transcurrió con normalidad, pero cuando el avión aterrizó comenzaron los gritos y los cantos. Fue como si haber tocado el suelo donde la Selección volverá a jugar por Copa del Mundo después de 16 años hubiera despertado de un largo letargo a los hinchas cafeteros.

Mientras esperábamos para bajar de la nave fui testigo de un diálogo maravilloso. Un hincha argentino había quedado rodeado de colombianos y esto fue lo que charlaban:

Argentino: "Pero Colombia tiene un grupo fácil, no se conocen ni los nombres de los equipos"

Colombiano: "Por favor, Costa de Marfil tiene a Yaya Touré y a Drogba y los japoneses pueden cambiar el equipo entero en el segundo tiempo y nadie se da cuenta".

A: "Van a salir primeros, no juegan contra nadie, viejo".

C: "Sí, porque ustedes tienen un grupo muy difícil. Bosnia, Irak (sic) y Nigeria, Deberían hacer diez goles por partido con Messi".

A: "Si Pekerman no se equivoca como cuando dirigió a Argentina en 2006, van a llegar lejos, van a ver".

C: "Ese Messi que dejó en el banco no es el Messi que fue después, así que no fue un error tan terrible el de Pekerman".

A: "Bueno, la cosa es que van a pasar y que pueden llegar a jugar con nosotros algún día, porque les enseñamos como jugar a esto, cuando fueron muchos argentinos a Colombia hace tiempo. Zubeldía, Bilardo y otros".

C: "No es cierto. Con decirte que la Brujita Verón es barranquillero alcanza".

A: "Eso es verdad, nació allá, pero se crió acá y es de acá

C: "Lo que yo sé es que a ustedes le van a hacer comer un churrasquito y lo van a mandar para casa.

Y la charla siguió, aunque yo ya no fui testigo del resto del intercambio de posiciones. Seguramente habrá continuidad entre las muletillas clásicas como "bol*do y mar*ca", el diálogo siguió y muy probablemente se habrán ido a tomar algo todos juntos. Así es el Mundial.