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Un soñador...

Eso era Jorge Vergara: un visionario, un adelantado a sus tiempos, un hombre que era capaz de ver lo que otros no veían. Fue él quien condujo a Chivas a los tiempos modernos que exige un club de ese tamaño. Le dio fuerza e independencia económica, incluyendo un estadio propio. Colocó a Chivas en el sitio que tenía que estar de acuerdo a la fuerza de su popularidad. Quizá le faltó más regularidad y resultados a nivel futbolístico, pero tuvo buenos parajes y decisiones históricas como contratar a Johan Cruyff. Se nos ha ido Jorge Vergara, un visionario, un soñador...

CIUDAD DE MÉXICO.- Lo conocí bajo la luna llena de una noche otoñal en Guadalajara. Tenía una sonrisa jovial, pero era directo, no se guardaba nada y mientras conducía su camioneta por la Calzada Independencia, en camino al Estadio Jalisco, hablaba y gesticulaba. Jorge Vergara era y será siempre recordado como un soñador.

“Yo de futbol no sé un pepino...”, presumía después de irrumpir en la Asamblea de Socios del club Deportivo Guadalajara. Había roto los paradigmas del viejo club que no tenía estructura ni infraestructura para adentrarse a los tiempos modernos. Él vio en Chivas algo más que un simple equipo de futbol. Jorge Vergara era algo más que un empresario del futbol. Era, ante todo, un soñador, capaz de ver lo que otros no percibían y capaz de convencer a través de sus sueños. Sustituirle es, prácticamente, imposible.

Vergara vendía ilusiones. Era capaz de transmitir esos sentimientos y convertirlos en realidad. Sus empleados, a los que llamaba 'socios' en la empresa de venta piramidal de suplementos alimenticios, creían en su palabra, en sus promesas, en sus objetivos. Empezó con un puesto de tacos de carnitas en una esquina en Guadalajara y terminó con una empresa que cotizaba en la bolsa. Lo mismo en Chivas. Él entendió que el crecimiento del club dependía de adaptarse a los nuevos tiempos. Puso a Chivas como uno de los clubes más poderosos del continente americano.

El principal legado de Jorge Vergara: hacer de Chivas un club independiente y sólido en materia económica. En cuestiones futbolísticas, le faltó continuidad, pero tuvo también sus buenos y memorables parajes. Es una gran pérdida. Chivas lo va extrañar. El de hoy ha sido un golpe muy difícil de digerir. Vergara fue uno de los hombres más trascendentes en la historia moderna del popular club. El futbol mexicano pierde también a un tipo visionario, emprendedor y soñador. Para Chivas, comienza la época más complicada: la era post-Vergara. Llenar las botas de Vergara será una misión ardua y sumamente complicada para su hijo, Amaury. Sacar adelante al equipo, sumido en su peor crisis deportiva, será todo un reto. Haga lo que haga, bien o mal, las decisiones y los resultados de Amaury serán comparados con los de su padre.

Se ha ido muy joven, apenas 64 años. Una pena, una tragedia, para un club como Chivas y para el futbol mexicano que siempre veía en Vergara a un personaje que alentaba los vientos de cambio y de renovación. Lo recordaremos a Jorge como era, abierto, claro, directo, sin calcetines para sentir las vibraciones de la tierra, con su botellita de un líquido anaranjado -Omnilife, claro- sonriente, atrevido, desafiante y soñador, un soñador adelantado a sus tiempos.

Chivas lo va a extrañar, el futbol mexicano lo va a extrañar y el aficionado al futbol también. Te vamos a extrañar, Jorge, imposible no extrañar a un hombre que nos inspiraba a soñar...