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Injusto el ataque a peloteros cubanos

ISLA MARGARITA, Venezuela -- Villa Clara perdió los primeros dos partidos del esperado regreso de Cuba a la Serie del Caribe de béisbol, pero ya quisieran los peloteros antillanos que esa fuera la única preocupación que tuvieran que manejar durante su estadía en Isla Margarita, Venezuela.

El veterano receptor Ramón Hernández impulsó tres carreras y el antesalista cubano Adonis García empujó una vuelta y realizó varias jugadas espectaculares para que los Navegantes de Magallanes venezolanos derrotaran 8-5 a Villa Clara ante un lleno total en el Stadium Nueva Esparta en el cierre de la segunda jornada del clásico caribeño.

El pitcheo de la novena cubana ha permitido 17 carreras y 27 hits en 18 innings. Sus abridores no alcanzaron a llegar a la quinta entrada y se combinaron para permitir 13 imparables y ocho rayas en seis episodios. El bullpen ha concedido nueve carreras en dos juegos.

Sin embargo, en el actual formato de competición de la Serie del Caribe, donde cuatro de los cinco participantes avanzan a semifinales, Cuba aún mantiene vivas sus posibilidades de rescatar el torneo, ganando el lunes a República Dominicana y el martes a Puerto Rico e incluso solamente uno de los dos choques.

Pero mucho antes de montarse en un autobús para llegar al estadio, Villa Clara enfrentó una situación más importante que un resultado adverso en el terreno de juego. En una actitud molestosa y reprochable, un grupo de personas --supuestamente convocadas por la oposición venezolana-- realizó una ruidosa protesta contra la presencia de la delegación cubana en la Serie del Caribe.

Los manifestantes gritaron consignas, arrastraron objetos y exhibieron algunos carteles ofensivos frente al lugar donde se hospeda el equipo cubano. El acto fue condenado energicamente por las autoridades venezolanas y el presidente Nicolás Maduro pidió castigos para los culpables de lo que llamó "agresión contra Villa Clara", de acuerdo al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).

Miles de ciudadanos, de ambos bandos en que ha sido dividida Venezuela en las últimas dos décadas, repudiaron el acontecimiento en las redes sociales. La reacción natural de un pueblo famoso por su hospitalidad y solidaridad como es el venezolano.

Los miembros de Villa Clara no emitieron opiniones públicas sobre el acontecimiento y el manager Ramón Moré apenas respondió un par de preguntas de béisbol en la conferencia posterior al partido contra Magallanes.

Además de la presión natural que conlleva para cualquier atleta el participar en un evento de alta competición, como es la Serie del Caribe --para el caso que nos compete--, los cubanos tienen que lidiar con otros elementos mortificadores que no afectan a sus rivales.

Al igual que los cubanos, los integrantes de los representativos de México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, sienten la obligación de ganar para los aficionados de sus clubes y sus países, pero el resultado final de sus participaciones en un torneo regional no es tema de estado como lo es en Cuba. Hay una presión natural por hacerlo bien en el extranjero para los equipos cubanos.

Y para rematar, se agrega el elemento político que inevitablemente camina como nuble negra sobre los muchachos de cualquier combinado de béisbol que sale de Cuba y que provoca desagradables y bochornosos actos como el del domingo en el hotel Venetur Margarita.

En el más simple lenguaje campesino de República Dominicana, los peloteros cubanos están como la arepa ("candela por arriba, candela por abajo") y aunque en cierta forma ya deberían estar acostumbrados a esa situación, la misma está lejos de ser justa.

No es justo para los peloteros cubanos, que no tienen nada que ver con la situación política de su pais, las ejecutorias de sus gobernantes, las relaciones diplomáticas y comerciales entre Cuba y otras naciones o el accionar de los que dirigen a Venezuela o cualquier otro país del planeta tierra.

Tampoco es justo para el pueblo venezolano, especialmente el de Isla Margarita, que tanto empeño y esfuerzo ha hecho para hacer sentir bien a todos los visitantes que llegaron aquí desde diferentes rincones del mundo para compartir en armonía y hermandad un evento tan bonito como la Serie del Caribe.

Los que se ensañaron contra los miembros de Villa Clara para mostrar su repudio a una situación, un gobierno o una situación, deberían sentirse avergonzados. Los peloteros cubanos no tienen ninguna responsabilidad en las supuestas razones, justas o injustas, que provocaron el odioso e indeseable piquete del domingo.

Sencillamente, no es justo.