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Los Más Valiosos que nunca serán MVP

Mientras entramos en la recta final de la temporada regular, comienzan los debates sobre los candidatos a los principales premios individuales.

Sin dudas el que más polémica genera es el galardón de Jugador Más Valioso, pues los analistas y el público en general no llegan a ponerse de acuerdo en qué cosa es ser realmente "valioso".

Algunos se van por las frías estadísticas que no siempre revelan el verdadero valor de un pelotero.

Otros se inclinan por aquellos cuyos equipos avancen a los playoffs, lo cual tiene cierta lógica, pero tampoco encierra una justicia absoluta, pues si usted pone números de lujo, pero el resto del equipo no funciona, la culpa no es suya.

Entonces, se mencionan varios nombres, de acuerdo con las diferentes circunstancias, como Paul Goldschmidt, de los Diamondbacks de Arizona, Nolan Arenado o Charlie Blackmon, de los Rockies de Colorado , o Giancarlo Stanton, de los Marlins de Miami, en la Liga Nacional, o el venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, y Mike Trout, de Angelinos de Los Ángeles, en la Americana.

Sin embargo, hay peloteros valiosísimos, imprescindibles, que ni siquiera estarán en la conversación, aunque sin sus aportes, posiblemente sus equipos no estarían hoy con un pie dentro de la postemporada.

Altuve posiblemente se lleve el MVP del joven circuito y nadie puede ponerlo en duda.

El pequeño gigante ha tenido una campaña extraordinaria y encabeza la Americana en average (.351), hits (183), bases robadas (31) y en el polémico e inexacto indicador sabermétrico WAR (7.3), además de haber sido el alma de la ofensiva de los Astros.

Pero probablemente Houston no estuviera en la cómoda posición en que se encuentra, de cara a los playoffs, sin el trabajo del también venezolano Marwin González, indiscutiblemente el mejor utility del 2017 en todo el béisbol.

González se ha desempeñado con excelencia e incansablemente en las cuatro posiciones del cuatro interior y en los jardines derecho e izquierdo, como un comodín invaluable para el manager A.J. Hinch.

Fue un sustituto más que decoroso del estelar campocorto puertorriqueño Carlos Correa durante el tiempo que estuvo lesionado y además, ofensivamente, ha puesto los mejores números de su carrera, con 21 cuadrangulares y 78 carreras impulsadas, con average de .296 en 116 partidos.

Y si versátil ha sido con el guante, también lo ha resultado con el madero, al pasar por todos los turnos de la alineación, excepto los puestos uno y tres de la tanda, a pesar de que cada espacio en el orden tiene funciones diferentes.

¿No es eso ser valioso?

¿Y qué tan valioso ha sido el cubanoamericano J.D. Martínez para los Diamondbacks?

Luego de perderse por lesión mes y medio al inicio de la contienda, cuando militaba con los Tigres de Detroit, Martínez fue transferido el 18 de julio a Arizona, que necesitaba un bateador de poder ante la lesión del cubano Yasmany Tomás.

Desde entonces, ha sido un abusador con el pitcheo rival y su impacto para su nuevo equipo puede ser comparable con el que tuvo el cubano Yoenis Céspedes a su llegada a los Mets de Nueva York a mitad del 2015.

Con Céspedes cambió la suerte de los Mets, que desbancaron a los Nacionales de Washington en la división Este de la Liga Nacional y llegaron hasta la Serie Mundial, aunque la perdieron ante los Reales de Kansas City.

En aquel momento, el cubano despachó 17 jonrones y remolcó 44 anotaciones para Nueva York.

Con el uniforme de los D'Backs, el cubanoamericano nacido en Miami ha disparado 18 jonrones e impulsado 40 carreras en 42 partidos.

El climax de su faena fue este lunes, cuando disparó cuatro cuadrangulares en un solo partido nada menos que ante Dodgers de Los Ángeles, el equipo que hace dos semanas atrás parecía invencible y que de pronto se ha desinflado, con 11 derrotas en sus últimos 12 partidos.
Entonces, vuelvo a preguntar: ¿No es eso ser valioso?