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Gio Urshela vive un sueño mágico con los Yankees

El caso del colombiano Gio Urshela y el dominicano Miguel Andújar recuerda, salvando las distancias, a Lou Gehrig y Wally Pipp.

Este último era primera base titular de los New York Yankees en 1925, hasta que un día, un malestar lo dejó fuera de la alineación y fue sustituido por el joven Gehrig, quien lo hizo tan bien que no volvió a sentarse hasta 2,130 juegos después.

Ni Urshela es Gehrig, ni Andújar es Pipp, pero ahora mismo, el colombiano le ha quitado por derecho propio la titularidad de la antesala de los Yankees al quisqueyano.

Urshela siempre fue un jugador de reemplazo en sus tres campañas anteriores con los Cleveland Indians y los Toronto Blue Jays, conocido sobre todo por su guante, pero lo que ha hecho en este 2019 es sencillamente mágico.

Era un bateador de .225, con apenas ocho cuadrangulares y 39 carreras impulsadas en 167 juegos anteriores con Cleveland y Toronto, pero las rayas de los Yankees, esas que le han pesado a más de un estelar, le ajustaron a la perfección al colombiano.

Según el entrenador de bateo del equipo, Marcus Thames, una mejor selección de lanzamientos y un cambio en su postura en el plato lo han ayudado a tener este sorprendente rendimiento.

No sólo está promediando para .354 en 29 encuentros, sino que muchos de sus batazos han sido claves, a la hora buena, convirtiéndose en un preferido de la exigente fanaticada de Nueva York.

"Estoy viviendo un sueño. Trato de no intentar hacer demasiado, sino simplemente mantenerme enfocado en el plato, buscar un pitcheo cómodo y pegarle bien a la pelota", dijo Urshela recientemente en una entrevista en la que explicó el secreto de sus éxitos recientes.

Y ni hablar de la defensa excelsa de la esquina caliente, aspecto en el que Andújar tiene serias dificultades, tantas, que el equipo valoró en el invierno adquirir a un alto precio a Manny Machado y su nombre sonó como moneda en un eventual canje.

Para rematar, el dominicano no ha andado bien con el madero, luego de haber sido el segundo en la votación por el Novato del Año en el 2018, cuando despachó 27 bambinazos y remolcó 92 carreras.

Andújar se lesionó el 31 de marzo, apenas tres juegos después de haber comenzado la temporada y regresó de la lista de inhabilitados el 4 de mayo, tiempo que aprovechó Urshela para mostrar sus credenciales.

Desde que volvió, el quisqueyano suma apenas dos imparables en 22 turnos (.091) y en total, sumando el antes y el después de la lesión, batea para .143, sin jonrones y una sola carrera empujada, como si la presión por recuperar su puesto lo estuviera matando.

No se sabe cuánto le durará a Urshela el buen momento, si es algo transitorio o los Yankees se ganaron la lotería con él, pero por ahora es una suerte de Gehrig moderno que ha relegado a la banca a su propio Wally Pipp.

Cuando las figuras estelares de los Yankees comenzaron a caer como moscas en la lista de lesionados, muchos se apresuraron a quitarle a este equipo su etiqueta de favorito.

Sin embargo, una camada de jóvenes desconocidos en su mayoría, aunque con mucha hambre y garra, han protagonizado una de las grandes historias del 2019 y mantenido a Nueva York en la pelea contra viento y marea, al punto de que si la temporada terminara hoy, nadie podría discutirle a Aaron Boone el premio de Manager del Año en la Liga Americana.

Y de la misma manera en que Urshela se ha ganado por derecho propio ser por ahora el antesalista de todos los días con los Yankees, a nadie en su sano juicio se le ocurriría devolverle el mascotín de primera a Greg Bird cuando regrese, en detrimento de Luke Voit o sacar al dominicano Domingo German de la rotación cuando regresen algunos de los abridores que están lesionados.