BUENOS AIRES -- A menos de seis meses de la Copa del Mundo, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, criticó con más dureza que nunca a la organización de Brasil: "Acaban de darse cuenta, comenzaron demasiado tarde. Es el país con más retraso (en los preparativos del Mundial) desde que estoy en la FIFA y era el único que tenía tanto tiempo para prepararse".
La relación entre la casa mayor del fútbol internacional y el país sede del máximo torneo tuvo decenas de idas y vueltas. Primero hubo elogios, luego impaciencia, más tarde preocupación, después elogios de nuevo y ahora, que el tiempo apremia, apareció el enojo. Lo que expresó Blatter es sólo una muestra de algo que sienten varios dirigentes de la FIFA.
Nunca en la historia una nación contó con siete años para organizar una Copa del Mundo, lo que actúa como un agravante según la óptica de Zurich. Aunque hay optimismo en que se pueda llevar a cabo un gran torneo, la intolerancia es cada vez mayor.
El gran problema son los retrasos en las obras de los estadios, ya que seis no cumplieron con el plazo establecido para estar en condiciones: el 31 de diciembre de 2013. Los escenarios de Sao Paulo, Curitiba, Porto Alegre, Cuiaba, Natal y Manaus aún están en construcción y han tenido que soportar huelgas, problemas de todo tipo y hasta la muerte de trabajadores.
Otro de los puntos que generan controversia es el de las protestas sociales, que afectaron a la Copa Confederaciones. Sobre esto, Blatter se mostró más optimista: "Sabemos que habrá manifestaciones, pero el fútbol estará protegido, creo que los brasileños no atacarán al fútbol directamente. Para ellos, es una religión".
Estas críticas se suman a las expresadas en febrero de 2012 por el presidente de FIFA, quien había afirmado: "La organización del torneo en Brasil no es tan buena como la de Rusia, aunque sólo quedan poco más de dos años para el Mundial en Brasil y más de seis para el de Rusia en 2018". Es decir, que su preocupación no es algo novedoso.
La presidenta de la nación, Dilma Rousseff, le respondió al dirigente suizo desde su cuenta de Twitter: "La demanda de entradas -la mayor en todas las Copas- demuestra que los hinchas del mundo entero confían en Brasil" y cerró con un esperanzador: "Brasil organizará la Copa de las Copas".