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Ése, Chivas, al que no le vendían, reventó el mercado invernal

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LOS ÁNGELES -- “A Chivas no le venden”. “A Chivas le doblan el precio”. “No le venden a Chivas porque no les conviene”. “Quieren hundir a Chivas, por eso no le venden”. “A Chivas... bla, bla, bla”.

Y ése, al que no le venden, o no le vendían, ése mismo Chivas, ya reclutó a siete de los futbolistas mexicanos con mayor proyección, y a un veterano que salió mediante engaños: Gallito Vázquez.

La diferencia es el hombre detrás del mostrador: Ricardo Peláez. Acalló el mito. Demostró que sólo es caro lo que no existe, porque todo lo demás es cuestión de dinero y negociaciones.

Esa lista que encabeza Gallito Vázquez la complementan Uriel Antuna, José Madueña, Christian Calderón, Jesús Angulo, Alexis Peña, Víctor Guzmán, más el regreso de J. J. Macías.

Ése, Chivas, ése al que no le vendían, revienta el mercado invernal cuando el torneo aún no concluye, con la Final entre América y Monterrey a jugarse el 26 y 29 de diciembre.

Además, con semejantes huestes, Chivas se puede sentar con toda propiedad a negociar sus derechos de transmisión ante cualquier televisora.

Chivas ofrecerá el producto de mayor consumo en el torneo Clausura 2020. Lo será sin duda, ya sea para que algunos festejen un paso arrollador y triunfal, o para que otros festinen un paso desolador y decepcionante.

¿Queda claro entonces que para drama victorioso o comedia fatalista Chivas será el protagonista de 2020?

Y las musas de la euforia, la ilusión y el triunfalismo, desfilan por las redes sociales con la algarabía de la afición rojiblanca. Hasta las llaman las Chivas Galácticas del Guadalajara.

Y el alboroto crece cuando salta el buscapiés desbocado de un “y lo que falta todavía”, como si el Guadalajara de repente encontrara dinero y habilidades para contratar todo lo que no pudo durante años.

Mientras se libra de Alan Pulido, quien se arrimó de regreso al Rebaño, porque ni a medio sueldo tiene ofertas, Chivas le entrega a Luis Fernando Tena un plantel, en apariencia, competitivo, mientras los detractores rojiblancos sellan pactos con los promotores extranjeros para contratar a balas perdidas.

Como se apostó aquí cuando llegó a Cruz Azul, la aseveración es inevitable: el mejor refuerzo de Chivas ha sido Ricardo Peláez. En su primer año en La Noria, ayudó a que La Máquina fuera finalista, y en el siguiente torneo, ni él pudo enderezar a Pedro Caixinha.

Por lo pronto, cuando aún no suena el último silbatazo del Apertura 2019, las apuestas serpentean en torno a la osadía de la Nación Chiva, que urge ya a que le pongan en fila india a sus grandes enemigos, en especial al América.

Ciertamente es una apuesta arriesgada. Pero Luis Fernando Tena tiene tiempo. Un mes para ajustar una máquina de la que ya tenía una base y que le permitió cerrar de manera digna el torneo anterior, a pesar de los indignos que sólo desquitaron la paga en sus últimos encuentros.

Pero, por lo pronto, Ricardo Peláez en la mejor posición posible para negociar el futuro financiero de Chivas con absoluta personalidad ante las televisoras.