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La FMF... o amamanta o se muere

LOS ÁNGELES -- Tiempos hubo en el que la FMF pedía limosna a los clubes. Tiempos son en los que los clubes deben pedir limosna a la FMF. Sí, el CoronaVirus.

Este martes por la mañana, gente allegada a la Liga MX nos informaba que los clubes mexicanos han pedido a la Liga MX que interceda ante la FMF para que saque, de su caja de caudales, unos milloncitos como bálsamo para sus penas, por esta pandemia.

Elucubraba José Luis Alvite que “En los matrimonios pobres se pelean los cónyuges; en los matrimonios ricos se pelean sus abogados”.

Pero éste es un matrimonio disfuncional. Los clubes enriquecen a la FMF y la FMF empobrece a los clubes.

Alguna vez lo dijo Jorge Vergara: “No puede haber una madrastra rica con herederos pobres. No puede haber una FMF rica y que sus clubes sean pobres”.

Y alguna vez, el siempre insurrecto Jesús Martínez, advirtió que “la selección mexicana es nuestra, la FMF es nuestra administradora, no la dueña de nuestro futbol”, y lo defendía contra viento y marea, hasta que fue destapada la cloaca del #TuzoGate y ha elegido el silencio.

En 2014, previo a la Final de la Copa del Mundo de Brasil, entrevistado durante el anuncio de la nueva firma entre Adidas y la FMF, el entonces presidente Justino Compeán reconoció que, “pesos más, pesos menos”, el presupuesto mundialista había sido de 450 millones de dólares y calculaba en 625 mdd para Rusia 2018.

Años después, Decio de María aceptaría que la FMF está entre las 10 federaciones más ricas del mundo, prueba de ello, es que sus ingresos millonarios proceden de 13 patrocinadores en Estados Unidos y otros 13 diferentes en México, con Adidas imperando para ambos países.

La cifra no ha sido confirmada, pero, el estimado entre algunos directivos sondeados, es que el presupuesto de la FMF para el ciclo mundialista hacia Catar 2022, es de cerca de 800 mdd, gracias a la generosidad --por llamarle de alguna amable manera--, de los más de 130 millones de cautivos idólatras del Tri.

No hay duda: la FMF es multimillonaria y en este momento, sus clubes enfrentan penurias financieras, porque tal vez hasta julio puedan abrir las puertas de sus estadios y empezar a recibir ingresos agregados.

Algunos clubes, además, según informantes, reciben el dinero de las televisoras de manera bimensual, aunque hay algunos equipos que recibieron el pago por adelantado no sólo por el período, sino por toda la duración del contrato.

Aquellos clubes que reciben pagos en abonitos fáciles, según nos confirmaron, verán suprimidas sus remesas hasta que todo se normalice después de que México supere la amenaza de esta pandemia.

Jesús Martínez y Jorge Vergara tenían razón: no puede ser más rico y poderoso el capataz que el hacendado, pero en el futbol mexicano ocurre así.

Ahora, los equipos piden retribuciones a la FMF. Es el momento de que la ubre hinchada, inflamada de riqueza, amamante de nuevo a quienes la han enriquecido, si es necesario confrontar y solventar la crisis por este parón, aún por tiempo indefinido.

Más de la mitad de los clubes mexicanos han puesto a medio sueldo a sus jugadores mejor pagados. Y la crisis se extenderá a los equipos femeniles, y eventualmente a sus afiliados en la Liga de Ascenso.

Evidentemente, el presupuesto asignado a selecciones nacionales para concentraciones, partidos, viajes, seminarios, etc., queda suspendido. No hay clima para socializar en medio de la más espantosa amenaza moderna para la humanidad.

Ese dinero puede asignarse a situaciones de emergencia a clubes que en realidad confronten una agonía financiera. Evidentemente la madrastra no puede perder el subsidio de sus hijos adoptivos, por muy bastardos que sean.

Hasta en la FMF entienden eso: si los clubes mueren, ella se muere. La hambruna de ellos es la inanición, la depauperación, de ella. Así de simple: amamantar o morir.

Pasa, sin embargo, que en un mundo real, y no como en el surrealismo del futbol mexicano, los clubes deberían urgir y exigir ese tipo de respaldo. Deberían, con el balance anual de ingresos y egresos de la FMF, ordenar que se les brindara ese auxilio.

El problema es que los propietarios de equipos, #LaYuntaDeDueños, diría Sven-Goran Eriksson, ha perdido su capacidad de lucha, de confrontación, de liderazgo, de credibilidad, de autoridad. Los patos se quedaron con las escopetas.

Y hay detalles, sin embargo, que operan contra los clubes. El hecho de que existan doble contratos, debilita el reclamo ante la FMF.

Es decir, los equipos adeudan salarios muy por encima de los registrados ante la Liga MX, y la federación los podría subvencionar sólo conforme a los contratos que tiene en su archivo.

Además, la FMF sabe que los clubes, que son parte de corporaciones financieramente sólidas, a veces usan esos números rojos, como parte de la eventual moratoria fiscal de las empresas que sostienen económicamente a los clubes.

Dentro de su magnífico humor negro, José Luis Alvite aseguraba socarronamente que “en los países muy pobres a los niños moribundos los bautizan con su epitafio”.

Seguramente la FMF no querrá que le pase lo mismo.