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Protocolo de regreso a estadios, tan perfecto e imperfecto como el VAR

LOS ÁNGELES -- Es un panfleto de 37 páginas. Teóricamente impecable. “Protocolo de retorno de los aficionados a los estadios”, elaborado por la Liga MX.

Vamos, en la teoría, este protocolo es casi tan perfectamente imperfecto y tan imperfectamente perfecto como el VAR (Video de Asistencia al Réferi).

Es decir, nada puede fallar de acuerdo a este plan maestro de retorno a los estadios, excepto claro, como ocurre con el VAR, que estará presente, imprescindible e inevitable, la irrupción del factor humano.

Este viernes, supuestamente, Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX hará el anuncio oficial de este formulario, aprobado por el sector salud de México, para que los más osados y audaces aficionados se apersonen en los estadios del país.


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Este reglamento, prolijo, esmerado, requerirá de un esfuerzo descomunal de los equipos. Exige a los clubes un despliegue mayúsculo de vigilancia, de seguridad, de apoyo médico, de supervisión, y de un alto grado de precauciones sanitarias.

Insisto: el proyecto, en papel, es impecable, pero, lamentablemente, es tan sólido y tan frágil como el descuido, la indisciplina, la negligencia, el desdén, el error y la omisión humana. Y no hablo única y estrictamente de los organizadores.

La efectividad del protocolo está en manos de terceros. Es decir, por momentos estará fuera del control de los equipos y de sus escuadrones de limpieza, control de sanidad, seguridad y vigilancia. Ahí es donde entra el factor externo, el menos controlable y el más descontrolado: la afición.

Concediendo que cada equipo que sea autorizado a abrir sus puertas respete el procedimiento de manera impecable, y que el estadio entero haya sido pulcra y perfectamente saneado, buscando no convertir el escenario en un foco frenético de infección, todo dependerá del comportamiento de los aficionados, antes, durante y después de los partidos.

Los seguidores en la tribuna también deberán apegarse a procedimientos muy bien calculados para evitar contagiar y ser contagiados. Deberán usar mascarilla en todo momento, al intentar acceder al estadio, dentro del estadio y al abandonar paulatinamente el coliseo.

Parece complicado que, acudiendo al estadio, con la pasión acurrucada, prisionera durante tantos meses, consciente e inconsciente, el fanático mantenga el candor, el pudor, el recato y la prudencia durante el desarrollo del juego.

Imagínese el festejo de un gol. Imagíneselo en un partido determinante para llegar a Liguilla o en juegos del Repechaje, en juegos de la Liguilla y hasta en Semifinales y Final.

¿Puede Usted concebir una modosita, discreta y modesta celebración en la tribuna, aún con la improbable sana distancia de por medio? ¿Alguien apasionado por su club, entrará en razón, entenderá el momento y gritará sólo para sus adentros, en lugar de quitarse la mascarilla, desahogar sus pulmones de esa ansia contenida y vociferar de felicidad? Los goles se gritan, no se bufan.

Ojo: el dichoso 'Protocolo de retorno de los aficionados a los estadios', elaborado por la Liga MX, contempla ese milagro, contempla que así será, contempla que Usted o su vecino de fila o de asiento no van a compartir esa exhalación de euforia desde la bodega más recóndita de sus pulmones y gritarlo histéricamente.

¿Verdad? El panfleto es la Biblia perfecta para evitar contagios y contaminaciones. En el papel es impecable, pero, falta el actor principal, el ser humano sometido a la más intensa de sus pasiones, el futbol.

Ayúdeme, sígase imaginando. Imagínese, en estos tiempos de caos y desastres arbitrales, de errores casi sospechosos, de numerosas metidas de pata de los silbantes cada fin de semana que determinan a veces el destino de un juego, de un club, de una Liguilla. ¿Ya captó?

Imagínese a cualquiera de los jueces, imagíneselos porque va a ocurrir, que perpetran una de sus atrocidades, por miopía, por estulticia, por ignorancia, por ineptitud o por falta de criterio y el afectado es su equipo, sí, el equipo de Usted.

¿Dígame, cómo cree que reaccionaría Usted ahí, en la tribuna de su estadio querido de su querido equipo? ¿Murmullaría resignadamente con el cubrebocas puesto: “árbitro injusto” para respetar los lineamientos del protocolo, o se va a despojar de la mascarilla y de la forma más estentórea, rabiosa, irrespetuosa y grosera, le dedicara una soberana mentada de madre al árbitro, a los miembros del VAR y a todo el árbol genealógico de todos ellos?

De acuerdo con el boletín de 37 páginas, el aficionado estará obligado a evitar aglomeraciones; a comprar su boleto de manera electrónica; a usar cubrebocas todo el tiempo; a no formar grupos de más de cuatro personas dentro del estadio, preferentemente familiares; a guardar distancia en las filas, en los accesos, en la tribuna, en los sanitarios, y no caer en la reventa.

Los clubes seguramente harán su esfuerzo y vigilarlos será obligación de las dependencias de salud en cada ciudad. Incluso, el reglamento contempla que cada equipo deberá disponer de mascarillas para suministrarlas a los aficionados que no acudan con ellas al estadio.

1.- Esas cuadrillas de expertos en la salud, médicos, enfermeras, ambulancias, equipo, ¿no hacen más falta en sanatorios y hospitales o en rancherías que en los estadios?

2.- Y las brigadas que supervisarán que los aficionados se comporten correctamente dentro del estadio, ¿de dónde saldrán los elementos suficientes y capacitados para hacerlo? ¿Cuántos harán rondas en la tribuna para supervisar que los seguidores mantengan el uso correcto de la mascarilla?

3.- El diario El Norte de Monterrey asegura que Tigres quiere llegar a un 50 por ciento de ocupación de su estadio. ¿Queda así garantizada la distancia correcta de metro y medio en la tribuna?

4.- Sería más útil comenzar con grupos muy pequeños, a manera de ensayo, para detectar las eventuales falencias e imperfecciones de este protocolo. Hacerlo masivamente, como quiere Tigres, puede provocar que, en lugar de un avance, se dé un retroceso.

Reitero, los clubes harán su esfuerzo, pero, ¿alguien puede garantizar que todos los aficionados harán su esfuerzo?

Es ahí donde encaja el planteamiento de este artículo: el “Protocolo de retorno de los aficionados a los estadios”, elaborado por la Liga MX, es casi tan perfectamente imperfecto y tan imperfectamente perfecto como el VAR.

En blanco y negro, en el papel, todo es perfecto, lo vuelve imperfecto la irrupción del factor humano, y en este caso, el factor humano… es Usted.