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Miguel Herrera, víctima de sus piojosas mentiras

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LOS ÁNGELES -- #FueraPiojo. Y la afición tiene razón. Miguel Herrera, eres el principal culpable del fracasototototote del América. No habrá piedra, albañal o cueva debajo o dentro de la cual, puedas refugiarte.

“Las mentiras tienen las patas cortas, pero los charlatanes las piernas muy largas”. Una frase acuñada en el Siglo XVIII y que encaja perfectamente en El Nido de este escalofriante 2020.

#FueraPiojo, con todo y tus mentiras. ¿Cuáles mentiras? La lista es muy larga, tan larga como tus piernas y tan corta como tus mentiras. ¿Por qué mentiste, Miguel? Seguramente para ver si los primeros en creérselo eran tus propios remedos de futbolistas. Repasemos.

1.- PIOJOSO PLANTEL…

Miguel Herrera, aseguraste hasta el final que tenías un equipo competitivo, un plantel a la altura de la institución. Mentira, era evidente que el desafío de ser campeón rebasaba la pobreza futbolística de tu nómina. Pero como líder del grupo, no podías crucificarlos en el cadalso público del ridículo.

Sabes Miguel, hicimos varias veces el ensayo, pero pocos prestaron atención. Sí, ese ocioso afán de comparar planteles. De poner a contraluz nóminas. América tenía, tiene, una lista de jugadores que son encarecidos por la alcurnia, el prestigio, hoy ciertamente descarapelado, de El Nido, pero no por la calidad de su futbol.

¿Cuántos de los jugadores americanistas merecerían jugar en el León o en Cruz Azul? ¿Cuántos de tus futbolistas eran codiciables y codiciados por otros equipos? Al final resultó que todo era una falacia, una patraña de sus promotores. Ellos saben que si tiene el escudo del América pueden vender hasta desechos tóxicos.

América no tiene un jugador como Luis Montes; no tiene un hombre versátil como Fernando Navarro; ni un líder como Pablo Aguilar; ni un chacal del área como Gignac o como Cabecita Rodríguez; ni un jugador sólido como Jesús Molina; ni un lateral que compita, siquiera como el Chaka Rodríguez; Johan Vázquez o Luis Romo, dignificarían más la zaga central de las Águilas. Y hay muchos ejemplos más.

Mentiste Miguel Herrera. Le vendiste a tu afición un Ferrari pero impulsado con pedales, a pura fuerza bruta. Y, queda claro, “las mentiras tienen las patas cortas…”, tan cortitas, tan enanitas que esta vez te ahogaste en el pantano donde sólo se ahogan los mediocres: en Cuartos de Final de la Liguilla.

Y, ciertamente, Miguel, cuando quieres jugar ajedrez y el rival tiene fichas bien labradas, y tú sólo tapaderas de refrescos, vas a perder, a perder siempre, a perder por goliza, a perder vergonzosamente, a perder ante ese Chivas que juras que nunca dirigirás, y ante ese Ricardo Peláez que subliminalmente tachaste de sobrevalorado.

2.- LAS ETERNAS PROMESAS….

Y no hablo de tus promesas, Miguel Herrera. Sino de jugadores abusivos que astutamente siguen cabalgando a lomos de la estulticia ajena. ¿Giovani dos Santos como la gran solución? Es entendible. Llegó ahí por la amistad de su padre, Zizinho, con Emilio Azcárraga Jean.

Hoy, ya se sabe, en el Galaxy de Los Ángeles, sí, en la MLS, buscaban desesperadamente deshacerse de él. Entendieron de qué estaba hecho, de una pusilanimidad absoluta. Su talento no pudo sobrevivir a la gran conquista del Mundial Sub 17 en Perú. Hasta dónde hay que remitirse, hasta 15 años atrás para tratar de creer que alguna vez pudo, pero ninguna vez quiso.

Ha vivido, como rémora, como parásito de aquel inolvidable gol, apoteósico, a EEUU en la Final de la Copa Oro, y este año, de la impecable ejecución a Chivas en la fase regular. Tiene tanto, pero ha querido tan poco.

Y como él hay más, hay tantos. ¿Nico Benedetti? ¿De verdad? Cuánta tolerancia y paciencia con Roger Martínez burlándose de la institución, cuando las mejores ofertas por él llegaban del descenso en España, y el Inter de Miami aún se convulsiona de la risa, del salario que exigía.

¿Andrés Ibargüen? Su mayor mérito es ser un reloj descompuesto, que dos veces al día, inevitablemente, da la hora correcta. ¿Quién te engatusó a ti, Miguel, o a Santiago Baños, con Sergio Díaz o con los Cáseres y con los Cáceres?

Nadie puede culparte por la enfermedad de Nico Castillo o por la felonía de Renato Ibarra, pero sí por pretender construir un futuro contratando jóvenes, cuando al América se le reclama la inmediatez de resultados para sostener cínicamente el estandarte mediático del #ÓdiameMás, cuando ahora termina por cargar como estigma el #CompadécemeMás.

Sí, Miguel, mentiste a tu afición. Le hiciste creer que tenías un plantel de clase mundial, que los promotores europeos alquilaban balcones para presenciarlos.

Hoy, tienes chatarra, baratijas, por más que quisiste vestirlos de gala. Detrás de los Adonis que promoviste, terminaron siendo Quasimodos, pero sin la versión gallarda y digna de éste. ¿Por qué sobreproteger a un referente, pero ya en decadencia absoluta, como Paul Aguilar? Ya no puede, ya no quiere, ya no debe. El museo del americanismo lo espera, pero no la cancha.

Se salvan Henry Martín, Sebastián Córdova, Guillermo Ochoa y Richard Sánchez, mientras Federico Viñas tendrá una nueva oportunidad, pero el resto, ni en una oferta, ni de ganga los querrían en la MLS o en la naciente y tan tambaleante Liga del Balompié Mexicano.

3.- DE TESTOSTERONA, NI HABLAR...

Una mentira más: Miguel. Hablaste de un equipo comprometido, hablaste de la casta de tus hombres. Hiciste creer que tenías jugadores con unas gónadas a la altura de las que exige la grandeza del América, de la grandeza que exige la perfidia cínica del #ÓdiameMás.

Eso también fue mentira. En el momento importante te traicionaron, Miguel. Un solo hombre, un redimido, un estigmatizado, un resucitado, un solo kamikaze, bastó para poner de rodillas a tus emasculados jugadores: Cristian ‘Chicote’ Calderón.

¿Y la capacidad de respuesta de los petulantes fifís americanistas? Un hombre que se unta pomada para los dolores reumáticos, fue más intenso, comprometido y útil en la cancha que todos los americanistas: Oribe Peralta, quien dio, y con bajas calificaciones, el mejor partido desde su llegada a Chivas.

Mentiste, Miguel Herrera. Hiciste creer que tenías espartanos 24/7 a tu servicio. Quedó claro que tienes sólo a jugadores a los que, sólo a veces, y sólo si se les pega la gana, en verdad entienden la dimensión de jugar por el América. Ante Chivas, tus poderosísimas Águilas fueron ciencia ficción, sólo aparecieron aves de corral, con muy baja producción de huevos.

Queda claro que tu discurso fue tan estéril como sabio el viejo refrán: “cuando bañas a los cerdos, sólo desperdicias el agua, el jabón y el tiempo”. Insisto: “Las mentiras tienen las patas cortas pero los charlatanes, las piernas muy largas”.

#FueraPiojo, fue la única, monótona, cansina, vulgar, pedestre, reacción de los aficionados. #FueraPiojo. Es entendible, se les mintió con jugadores que en el momento clave resultaron ser una mentira.

¿Entenderá Emilio Azcárraga Jean su propia responsabilidad en este fracaso? ¿Entenderá que si inviertes cobre, no podrás comprar oro, sino más cobre y con vestigios de herrumbre, de oxidación?

O Emilio también habrá sido engatusado por la farsa de que había un plantel para aspirar a más. Seguramente, eso espero, en la intimidad, tú, Miguel y Baños, le hicieron saber que, como dicen los brasileños, “el que no tiene perro caza con gato”, y el que no tiene águilas, salió a cazar con gallinas.

Tienes contrato hasta 2024. Seguramente lo cumplirás. Pero no más cuentos largos y resultados cortos, porque, dicho está desde el Siglo XVIII: “Las mentiras tienen las patas cortas pero los charlatanes, las piernas muy largas”.