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Yon de Luisa pone a Chicharito Hernández entre el podio y el patíbulo

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Matador: 'No veo a Funes Mori como una solución' (2:57)

Matador prefiere a Chicharito (2:57)

LOS ÁNGELES -- Partamos de un principio: la aparición de Javier Hernandez en la prelista de Mexico para la Copa Oro es una decisión estrictamente de Yon de Luisa, no de Gerardo Martino. Esto, corroborado con tres personas cercanas al entorno de la Selección Mexicana.

Chicharito estaba marginado del Tri, por decisión de Yon de Luisa, con el respiro de alivio del Tata Martino. Ni él ni Carlos Vela tienen cabida.

Es él, De Luisa, quien ha expuesto la maquiavélica posibilidad de colocar a Javier Hernández Balcázar entre el podio de la Copa Oro, o el patíbulo de su carrera como seleccionado nacional.

Los espectros de los pecados de Javier, y su altanería vigente, se yerguen cuando su nombre aparece en la FMF. Hay muertos que no descansan.

Es obvio que agregar un nombre y dos apellidos en una lista de 60 tipos, bastaba para apaciguar las aguas. Mientras la lista definitiva no aparezca, Javier Hernández Balcázar ha dejado de ser ropa sucia, pero tendida al sol, en el traspatio de las pomposas instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol.

Astuto, el presidente de la FMF calmó la marea. La burocracia en Zurich se encarga del tema Rogelio Funes Mori. Si hay un personaje en México que tiene derecho de picaporte en FIFA es precisamente Yon de Luisa.

Basta un mensaje por WhatsApp, para que el Mellizo quede habilitado para vestirse con la horrorosa camiseta guinda y negro, diseñada por algún tapicero daltónico con principios de cataratas.

Aquí habíamos defendido la idea de citar a Chicharito y Funes Mori para la Copa Oro. Y que se hicieran pedazos, entrenamiento a entrenamiento, concentración a concentración, día por día, para merecer la titularidad.

Es decir, que su calidad como delanteros, y como seres humanos, les allanara todos los obstáculos. Si Javier Hernández en verdad anhela regresar al Tri, deberá modificar sus comportamientos y su eficiencia.

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¿Si Chicharito aparece en prelista y no va... es falta de respeto?

Analizamos las decisiones del Tata para Copa Oro

Cierto, Funes Mori llega con la hoja en blanco, mientras Chicharito arrastra pesadamente sarcófagos incómodos. Cierto también: es el máximo goleador en la historia del Tri, pero la mayoría de ellos han sido de bisutería, es decir, en amistosos, o que aparecen sólo como hojas secas en derrotas sin epitafio de la selección.

¿Quién corre más riesgos con la incorporación de Chicharito a la Copa Oro? Él mismo. Será sometido a escrutinio día tras día, entrenamiento a entrenamiento, partido a partido, y, claro, brunch a brunch.

Además, Gerardo Martino quedará con absoluta autoridad para despacharlo a Los Ángeles, vapuleado, exhibido, sacrificado públicamente, en cuanto genere un problema de actitud dentro o fuera de la cancha. El cadalso, sin duda, lo esperaría ansiosamente.

Por el contrario, si el Javier Hernández contrito, arrepentido, regenerado, lo deja de manifiesto en las concentraciones, en el vestuario, y en la cancha, El Tata se llevará todos los créditos por la resurrección del que, en este momento, aparentemente, ha vuelto a ser el mejor atacante mexicano disponible.

Es cierto: Chicharito juega en la MLS, donde los defensas dan más libertades que una tía solterona, diría un colombiano. Pero, el mismo Alan Pulido, que da de cal y de arena en la misma liga, ha sido ridiculizado ante rivales del área.

Pero, los siete goles de Javier Hernández son de tan variada confección, que lo muestran en su mejor forma física y futbolística. Esos siete goles, el Chicharito de 2019 y 2020, no los habría consumado, porque habría aparecido lento, torpe, pesado, en el área.

Queda pues marcado el contraste: Funes Mori comparecería a la Copa Oro libre de asteriscos, mientras Javier Hernández cargará con una estela de ellos. El primero tiene todo que ganar y nada que perder. El segundo tiene todo que perder, pero también todo que ganar, en especial las indulgencias plenarias de la afición.

Por otro lado, Gerardo Martino se amparó hábilmente. Dijo que consultaría la convocatoria de Funes Mori con los líderes del equipo, y seguramente, de pasadita, como un flirteo intencionado, deslizaría el tema Chicharito.

La pregunta es si los supuestos líderes deben seguir siendo reconocidos como líderes. Todos deberán estar bajo observación.

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¿Si Chicharito aparece en prelista y no va... es falta de respeto?

Analizamos las decisiones del Tata para Copa Oro

1.- Andrés Guardado, víctima ya de su artrosis en las rodillas, se aterró al cobrar el penalti salvador ante Estados Unidos. Ha sido un ejemplar jugador del Tri. Pero, eso, cabe en el museo, no en competencias inmediatas.

2.- Héctor Herrera tiene facultades sobresalientes, pero debió ser el jugador al que más oportunidades dio en Champions y en la Liga de España, el Cholo Simeone, sin poder consolidarse como titular con el Atlético de Madrid. Además, sus extravíos en los primeros tiempos de todos los partidos son materia de diván.

3.- Héctor Moreno llega porque evidentemente no hay un recambio para él y Rafa Márquez. La defensa mexicana tiene más pasadizos que la frontera entre México y EEUU.

4.- ¿Guillermo Ochoa? Él estará en Juegos Olímpicos, y evidentemente, siendo el de más peso, entre los presuntos caudillos, se desentenderá rápidamente de ese problema.

Por otro lado, si esos líderes siguen con una jerarquía vigente dentro del Tri, qué mejores aliados, qué mejores socios podría tener el Tata Martino que ellos mismos, para mantener bajo control, supervisión y exigencias a Chicharito.

¿O será que los mismos líderes temen ser rebasados por una figura que pueda ser, si consigue demostrarlo en la cancha, con más ascendencia y poder que ellos mismos?

Por otro lado, Javier Hernández estará bajo la despiadada observación este fin de semana al enfrentar a Seattle Sounders, que ya impuso un cerco insalvable sobre el delantero mexicano y además le endilgó un 3-0 a LA Galaxy.

En caso de reencontrarse con el gol y romper el cerco ecológico de los Sounders, Chicharito estará arrimando más incienso y menos cuestionamientos a su llamado final a la Copa Oro. Es decir, saldrá a jugar bajo presión.

Y Funes Mori sigue de vacaciones, sin que se olvide que su gol más reciente lo marcó al desahuciado San Luis, y después se vinieron once partidos para Monterrey, en los que el Mellizo, su equipo y su afición, tuvieron más lamentos que festejos. Sí, es la maldición del Chupete Suazo.

Queda pues emplazado, con esa jugada de ajedrecista maquiavélico, por parte de Yon de Luisa, el desafío para Chicharito. Puntualmente, en la Copa Oro le espera el podio... o el patíbulo.