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¡América es mázzzzzz!

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Carrillo sobre el América: 'Este equipo juega como el Rayo Vallecano' (1:35)

Argumenta que Solari no les ha mentido y así es su manera de jugar (1:35)

LOS ÁNGELES -- No estremece. No alebresta. No apasiona. No enerva. Y un América que no desata frenesí no es el América. Un América que no te enfila al precipicio del paroxismo y el delirio no es el América.

De modo muy simplista y casi pueril debe decirse: juega feo, muuuuy feo. Juega aburrido, muuuuy aburrido. Entiéndase bien: por ser el América, por ser el Patrón de El Nido, y el paladín, el alférez, el abanderado del #ÓdiameMás, no debería jugar así, no debería ser así, pero es, lo es.

Y sin embargo...

El América de Santiago El Indiecito Solari es el equipo que -ojo- en este momento mejor juega al futbol en la Liga MX, cierto, a su futbol, bajo su entendimiento de lo que debe ser el futbol. La mezquindad a veces se viste de gala.

Y visto así, estrictamente así, nada hay que recriminarle ni a Solari ni al América, que este miércoles, aún con la cizaña arbitral propia de Concacaf, expulsó las ilusiones sacrílegas de la MLS de meterse a la Final de la Concachampions, al sentenciar 2-0 (4-0) al Philadelphia Union.

América juega con orden y como si fuera guiado por un ordenador. Una mezcla gélida del ajedrez y el FIFA. Más bostezos que alaridos, cierto, pero está en la Final de la región, y comanda la Liga con un desparpajo insultante, pero ni siquiera insulta de manera soez y perdularia. No, insulta de la manera más dolorosa, con una mirada altanera, desde el pent-house del torneo.

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3:19
¿América está obligado a ganar la Concacaf Liga Campeones?

Análisis Picante de lo que se espera de las Águilas en el torneo de campeones de la zona.

Así quiso Solari hacer jugar al Real Madrid, pero, obviamente, la pléyade merengue no estaba dispuesta a obedecer al Indiecito. ¿Por qué? Porque había que correr más, pensar más, concentrarse más, y sacrificarse más por la posesión de una maldita pelota. Los purasangre no permiten ni siquiera la cercanía del arado.

Ciertamente, la forma de jugar del América repele a la mayoría, incluso entre el americanismo más culterano. Pero, después de unos años de agruras y constipaciones con Miguel Herrera, prefiere el conformismo.

Porque, insisto, América juega muy bien, de acuerdo a su librito, cadencioso, somnífero, desesperante, cansino, agobiante, estrujante, enredado, pero altamente eficiente.

Es mérito absoluto de Solari. Le han dado rastrojos. Tal vez a excepción de Pedro Aquino, y quien ya había sido reclutado por Miguel Herrera, antes de su abrupta separación, el nivel de exigencia para afiliarse a El Nido, se redujo a la mediocridad en los currículos.

De la banca del Real Castellón, de la Segunda División de España, desempolvó y limpió de telarañas a Alvaro Fidalgo, quien, como ya conoció el hambre y las mazmorras de la desesperación, resurgió, contrito, en América.

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1:44
¿Toluca es la primera prueba de fuego para el América?

David Faitelson y José Ramón hablan del desempeño del cuadro escarlata de cara al encuentro ante el América, en la jornada 9 del Apertura 2021.

Solari recibió, en medio del camposanto futbolístico, en medio de tantos difuntos en calzoncillos, una columna vertebral saludable: Guillermo Ochoa, Richard Sánchez, Sebastián Córdova y Henry Martín.

Ha pedido refuerzos, pero el dueño, Emilio Azcárraga Jean, cerró el monedero. Se hartó del despilfarro de Santiago Baños. Le soltó la chequera y fue a comprar, como nuevo rico, a señoritos perfumados de vicios ocultos.

Tres colombianos y un ecuatoriano, todos de muchas mañas y poco futbol: Roger Martínez, Nico Benedetti, Andrés Ibargüen y Renato Ibarra terminaron por ser protagonistas de escándalos y de la nota roja, más que del marcador. Además, nunca investigó, médicamente, los antecedentes de Nico Castillo en Portugal.

Surcando entre indisciplinas, lesiones, Fechas FIFA, torneos antojadizos de la MLS y de la USSoccer, y revisando el listado de jugadores, que parecía más un obituario futbolístico, El Indiecito eligió la forma de sobrevivir ganando.

Un equipo compacto, de intensa marca, de agobio feroz, de acoso con superioridad numérica, de tránsito seguro con el balón, y mucha paciencia, además de un respetable índice de efectividad. Sin duda, Solari se metió en las molleras de sus jugadores.

Dicen, los cercanos al América, las cabecitas pizpiretas que se arremolinan en busca de información en El Nido, que en su discurso Solari tiene dos mensajes: cautiva al jugador, pero le entrega un ultimátum. Le dice a cada uno que es el mejor, pero que es totalmente prescindible.

En espera de que sea una realidad y no otra de sus farsas, hasta Benedetti parece dispuesto a desquitar los cuatro millones de dólares por año que recibe, más allá de su fallido y humillante intento por convertirse en estrella porno en diciembre pasado. Marcó en Mazatlán y en Filadelfia.

Queda claro que en esa habilidad pertinaz por manipular el cacumen limitadito del futbolista, esas entendederas colapsadas de los jugadores, Solari ha rebasado a otro experto, como suele o solía serlo Miguel Herrera.

Por supuesto, gente con autoridad futbolística habría increpado el proceder de Solari, ante la dimensión histórica del América. Johan Cruyff, arquitecto de los cimientos de un Barcelona en extinción, sostenía: “El futbol siempre debe jugarse de manera atractiva, debes jugar de manera ofensiva, debe ser un espectáculo”.

Y, guardando las distancias, las abismales diferencias, cabría en Solari la definición lapidaria que hizo Cruyff de uno de los imperturbables genios del futbol mundial: “(José) Mourinho es un entrenador de títulos, no de futbol. O mejor dicho, no es un técnico de futbol si entendemos este deporte como espectáculo o divertimento para los que lo ven”, escribió el holandés alguna vez en El Periódico de Cataluña.

Estrictamente, en términos de espectáculo, América no desquita el precio del boleto. Pero, entiéndase que todo aquel aficionado que ha hecho del plumaje de Coapa su vestimenta de fin de semana, tiene todo el derecho a regocijarse.

Hoy, las Águilas vuelan donde los zopilotes se marean, y otros animalejos de menor estirpe, como cabras, chivas invadidas de artritis reumatoide, ni siquiera se atreven.

Para El Indiecito y la Tribu de Coapa se vienen los días más exigentes de este 2021, al margen de los jugadores que deberá ceder a la Selección Mexicana para los dos Fechas FIFA restantes y el amistoso ante Ecuador.

Deberá jugar la Final de la Concachampions ante Cruz Azul o Monterrey, y la jaula de la Liga MX está atiborrada de fieras cebadas, que tratarán de alterar esa flema tan distante del Indiecito. Tome nota: Toluca, Chivas, Pachuca, Santos, Tigres, La Máquina campeona y Rayados, y por ahí aparece un remanso como es el Atlético San Luis, que, sin embargo, ya se sabe, este tipo de equipos menesterosos, buscan siempre un mendrugo de gloria ante las Águilas.

Y sí, juega feo, muy feo. Y aburre, vaya que aburre. Pero, está ahí, al mando de su Liga y de la región conkakafkiana. Y su afición, modorra y todo, genera envidia entre el resto. Sí, #ÓdiameMás, aunque sea entre bostezos.