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Una sopita de #MaruChiva

LOS ÁNGELES -- La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en México anunció que retirará algunas sopas instantáneas por no cumplir con reglamentos de su etiquetado. Algunas de ellas no especifican valor calórico; o no puntualizan ingredientes; o no aclaran –¡hágame Usted el favor!–, cómo deben prepararse, o, simplemente prometen traer zanahoria picada, y no es así, para decepción de los veganos y los conejos.

Otros estudios aseguran que estas sopas instantáneas son un producto chatarra, de paupérrimo valor nutricional, y que el glutamato de sodio que contienen hace más daño al hígado y al cerebro que la cirrosis de una jornada aciaga del VAR en la Liga MX. Con César R. Palazuelos como protagonista. Aquello de la constipación –de las sopas no de Palazuelos–, ha quedado como un mito –de las sopas, insisto, no de Palazuelos–.

¿Se imaginan una sopa gourmet de estas hecha en la Liga MX? ¡Delicatesen!

Tomemos un equipo al azar, cualquiera. Por ejemplo, Chivas. ¿Por qué? Porque es el club más popular en México y en Estados Unidos, y porque además está vinculado a una empresa que supuestamente pugna por ayudar a a vivir mejor al ser humano, como lo es OmniLife.

Además, si el emprendedor heredero Amaury Vergara prepara el lanzamiento de CBD (cannabidiol) para su mercado internacional, por qué no incursionar en este tipo de sopas, con una variante nutricional. Amaury aseguró a Milenio que en el tema del CBD “vamos a partirle la madre a los competidores”, en un lenguaje –aparentemente–, muy coloquial dentro del club, según el mensaje enviado por Alexis Vega, en un video de Raúl Gudiño, a todos los atlistas.

Podemos, entonces, llamarle #MaruChiva, o como sugirió el tuitero Neil Lucero, #ChivaRuchan.

Hoy, Chivas representa perfectamente a este tipo de productos. Lo consumen frenéticamente millones de mexicanos, aunque tiene menos triunfos que los camarones que hay en una de estas sopas instantáneas.

Es un equipo inodoro, incoloro e insaboro (insípido, pues), al que hay agregarle el sobrecito correspondiente con especias, y agua hervida. No se recomienda agregarle vodka con tamarindo.

Lamentablemente en su elaboración no se usan huevos, por lo que su valor proteínico es muy bajo, bajísimo de hecho, como quedó demostrado ante Querétaro y Atlas. No se recomienda agregarle este producto de manera externa, porque se desperdicia el sabor particular del huevo, hablando de las sopas, claro.

Y como puntualiza la tuitera y comunicadora @LaDiablaRon, con devoción rojiblanca: “Y la gente que prepara la sopa, no tiene idea de lo que está haciendo dañando a la gente que consume con su producto... cualquier parecido con la realidad...”.

Con un emporio heredado que tiene presencia en 19 países, cerca de 40 millones de #ChivaHermanos, y potenciales consumidores de una versión nutritiva en #MaruChiva o #ChivaRuchan, Amaury Vergara contaría con un catálogo interesante para presentar un variadísimo menú, en beneficio de los delicados paladares de sus antojadísimos consumidores gourmet:

1.- ¿Resaca? Sopita de Los Alegres Compadres. ¿Abusó del vodka con tamarindo? Con la receta secreta de Alexis Vega. Necesita mucho, mucho picante, pero no viene incluido. Se recomienda comerla con un café de Miguel Layún.

2.- ¿Mal de amores? Sopita Antuna. Un vigorizante por si acaso alguna actricilla de medio pelo lo bateó y lo ninguneó en sus coqueteos. Incluye un espejo y una beca a la escuela de actuación de Televisa.

3.- ¿Falta de energía? Sopita Pollo Briseño. Un energético que le hará sentir con un frenesí inusual, capaz de festejar hasta que le trague su tarjeta el cajero automático. La recomienda Giovani dos Santos.

4.- ¿Un golpe de suerte? Sopita el Chiripazo. Certificada ampliamente por Chicote Calderón: sus tres goles al América, y a vivir de sus rentas. Tinte rosado para el pelo, incluye cargo extra. Cuidado: Guillermo Ochoa reporta efectos tóxicos.

5.- ¿Eterna juventud? Sopa Oribe Peralta. Ya caducó, pero nadie lo sabe. Rancia, madurada, flácida, la más cara, y apenas con dos camarones en dos años de añejamiento, pero con certificado de oro en Londres. Receta especial de Coapa.

Lo cierto, más allá de esta analogía sopera que provocaría nauseas a Mafalda, es que Chivas vive una crisis más grave de la que quiere aceptar. Alguien sufre de ceguera en el equipo, y no necesariamente por un piquete de ojos con la marca registrada de Miguel Ponce.

Mantiene un técnico interino, que a través de su discurso (“la jugada de gol no se busca, aparece”), contraviene principios básicos del futbol. Marcelo Michel Leaño busca empatía en el ser humano, pero no alcanza liderazgo en el futbolista.

Cierto, generó un cambio radical ante América, pero pasada la euforia y la adrenalina de sobrevivir ante un equipo superior, el equipo se desplomó ante Querétaro, y ya era menos que el Atlas antes de las dos expulsiones.

Versiones aseguran que Chivas busca un remedio en España, siendo remedo de lo que hizo el América. Acudieron al mismo representante que trajo a Míchel a Pumas y a Santiago Solari al América. Diego Martínez, ex Granada, es el hombre que le recomiendan al Guadalajara.

Insisto: cuando Chivas busca un entrenador y se mencionan nombres, que eventualmente ha aceptado Ricardo Peláez que interesan, no hay un punto común de referencia, ni en el estilo de juego, ni en la forma de dirigir, ni en la personalidad misma de los candidatos.

Simple: Chivas no sabe qué director técnico necesita. Y bajo ese proceso de elección, sigue dando palos de ciego. No hay un lazarillo capaz de guiar a este invidente, ni Peláez, un tipo probado en armar clubes competitivos, como lo dejó en claro en América y Cruz Azul, e incluso en selecciones nacionales.

Los jugadores, frágiles, desvergonzados, cínicos, volubles, también sufren los efectos de esa incapacidad de mando y de liderazgo. Ante ellos, Ricardo Peláez ha sido degradado al quedar fuera de toma de decisiones importantes, como la salida del Ex Rey Midas, Víctor Manuel Vucetich, y la exaltación de Leaño, en conjura directa con Amaury Vergara.

La afición se siente traicionada, burlada, irrespetada, abandonada, ninguneada, a pesar de que, como Jorge Vergara sostuvo siempre, “es lo más valioso que tiene Chivas”.

Lo más grave de esta crisis del Guadalajara es que no parece tener un final, no al menos bajo el mando de la actual cumbre directiva. Este Chivas es una versión innegable de una sopa instantánea: inodora, incolora e insabora, o insípida, pues, que es la forma correcta.