¿Unión de boxeadores?

El pugilista profesional necesita un trato justo, razonable y equitativo

Hacen tres años un caballero llamado Paul Johnson vino desde Minnesotta donde mí en Nueva York, para hablarme sobre la "gran necesidad" de crear una unión para boxeadores profesionales en los EE.UU. Venía en representación de la Boxers Organizing Committee (BOC.)

"Ya es tiempo", me dijo, "para que el boxeador profesional tenga voz y voto para conseguir participación justa y razonable en la ecuación tan peligrosa de su profesión." Paul me hablaba molesto. "Yo no puedo explicarme porque nadie nunca se ha ocupado de eso".

"Me imagino", le contesté, "que no es fácil hacer una organización laboral de boxeadores profesionales en un mundo donde la gran mayoría de las comisiones estatales, medios de estaciones de televisión, promotores y escritores de boxeo no le tienen el mínimo respeto al boxeador, especialmente a nivel intelectual. Consideran su inteligencia floja porque se imaginan que el pugilista no posee suficiente educación académica. Al final, los tildan y tratan como si fueran jovenzuelos brutos e idiotas".

Paul me miró de arriba abajo y no tardó en ripostar. "Es la explicación más razonable que he escuchado desde que comencé a buscarle protección al púgil profesional".

La verdad es que mayoría de los "negociantes profesionales," involucrados en el boxeo pagado no se meten en un ring con un boxeador por temor a ser vencidos por la fuerza, potencia de golpes y ligereza del púgil. Pero se les hace muy dificil aceptar que tal o cual boxeador los puede aniquilar igualmente con inteligencia y sabiduría. En ese aspecto el pugilista es usualmente insultado con la ausencia de descripciones que tengan que ver con su faceta intelectual -cosa común en el ambiente. Al final, el boxeador queda (y es tratado) como un ser humano inepto, sin calificaciones para poder tener conversaciones prudentes con personas educadas.

Nuestra conversación no terminó ahí. Hablamos por más de dos horas, y llegamos a varias conclusiones. Coincidimos en más de un 90 por ciento de los puntos que traímos a la mesa.

Desde entonces estamos luchando juntos para crear un cuerpo entre los mismos pugilistas para que se auto ayuden entre ellos y terminar así el abuso que se ha venido cometiendo contra ellos como cuestión natural; algunos sin esconder la mala intención.

En medio de todo esto yo le comenté a varios de mis amigos en el mundo intelectual sobre este asunto hacen más de 25 años, y todos me dieron sus consejos y quedaron en ayudarme en caso de que surgiera algún problema. Prominentes escritores de la talla de: Norman Mailer, Budd Schulberg, Pete Hamill, Jimmy Breslin, Jack Newfield... todos me prometieron darme una mano, y yo tuve la esperanza de nunca tenerlos que molestar durante el esfuerzo de Paul Johnson en crear una ayuda verdadera a los boxeadores virtualmente huérfanos de asistencia y amparo en el presente mundo pugilista de nuestro planeta.

En conversación con Newfield, nos presento unos hermanos que estaban afiliados a los Teamsters en Nueva York. Yo había recordado que mi buen amigo Jack había escrito un artículo hacía unos años, de como estos dos hermanos habían ayudado a limpiar la prominente Union Laboral hacían varios años de una membresía ejecutiva que se sospechaba estar compuesta de pandilleros malhechores del bajo mundo. De hecho, yo catalogué la recomendación de Jack -uno de los periodistas investigadores más sobresaliente de la nación- como un gran regalo bajado del cielo.

En días, Paul Johnson y este servidor nos sentamos con líderes de la organización de los Teamsters y después de dos días de discusiones no se pudo llegar a un acuerdo común. Quedamos en tener otro encuentro. Paul retornó a Minnesotta y al día siguiente los miembros que no coincidieron con Paul querían que yo prosiguiera la discusión con ellos, mientras ellos comenzaban a dar los primeros pasos para poner en efecto la idea que Paul se tomó 13 años en crear. En un santiamén, la ayuda que Paul fue a buscar donde los Teamsters fue transformada en otra cosa.

Sin embargo, conversaciones lograron pacificar la cosa hasta el punto de que en sólo una semana los miembros de la poderosa Unión quieren llegar a un acuerdo común con la BOC.

Pero no sin antes declarar publicamente que los Teamsters se habían convertido en la unión organizadora de los pugilistas profesionales en los EE.UU. Augurando que el ex-contendor de los semipesados Eddie Mustafa Muhammad era su fundador, al frente de la recién formada Joint Association of Boxers (JAB).

No fue una gran sorpresa ni para mí, ni para Johnson. En las negociaciones con los Teamsters yo le informé a Paul sobre la aptitud muy agresiva de los negociantes de la renombrada unión. Sus referencias sobre Paul, -en su ausencia- me desconcertaron inmensamente. Después de todo, el tema que tanto interés y provecho le provocaron a los Teamsters fue obsequiado ni más, ni menos, por Paul. Yo pensé que mi amigo se merecía cierta consideración de parte de los Teamsters.

Por supuesto, nada de esto influye en mi pensamiento de que los Teamsters poseen una fuerza intensa y que una alianza con la BOC produciría una combinación que montaría al boxeador en la posición socio-económica que se merece.

El anuncio de que los Teamsters y los boxeadores profesionales han llegado a un acuerdo fue muy prematuro. La idea de BOC, o sea, los pugilistas profesionales de los EE.UU., de aliarse a los Teamsters, no se ha consumado. Las negociaciones prosiguen.

Esperamos que la expectativa de Paul Johnson y su trabajo de más de diez años haga realidad su sueño de ver al pugilista profesional recibir trato justo, razonable y equitativo en su complicada y peligrosa profesión de pegar y que no le peguen.

JOSÉ 'CHEGÜÍ' TORRES fue ganador de la medalla de plata del peso mediano-ligero por los EE.UU. en los Juegos Olímpicos de 1956, posteriormente fue campeón mundial de los pesos semi completos. A su retiro, se convirtió en autor y periodista del boxeo con una gran experencia.

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