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Dice un viejo tango que “Los amigos/se cotizan/en las buenas y en las malas”. Alain Delon además de ser una fulgurante estrella del cine francés, fue también un fanático del boxeo, y esa pasión lo llevó a organizar algunas peleas de Carlos Monzón. Sin embargo, más allá de lo que fueron negocios, por cierto, también supieron ser amigos. Hace medio siglo, Delon fue el organizador de la pelea entre Carlos Monzón, por entonces campeón mundial indiscutido de los medianos, con el gran José “Mantequilla” Nápoles, titular mundial welter. Fue en noviembre de 1974, en París y bajo la lona de un circo. Monzón ganó fácilmente por nocaut técnico, se negó a hacer el antidoping y finalmente el Consejo Mundial de Boxeo lo desconoció como campeón, pero siguió reinando para la Asociación Mundial. Fue, aquella una época brillante para Monzón, un verdadero Rey de París, con festejos en los principales lugares de la vida nocturna de la Ciudad Luz, con los fotógrafos persiguiéndolo, con Delon de su brazo, acompañándolo en las conferencias de prensa, con Julio Cortázar en el ring side y con todo el esplendor de aquellos años 70. “El Macho” fue el apodo que le inventó Alain a Carlos. Lo admiraba profundamente: “Los dos venimos de muy abajo, él es un animal, un tremendo peleador, es un grande, es el arco y es la flecha”, dijo. Por esos años, ya Delon había filmado películas que hoy son de culto, como “Rocco y sus hermanos” (en donde personificaba a un boxeador), “A pleno sol”, “El Samurái” o “El Gatopardo”. La admiración de Alain por Carlos perduró en el tiempo, y cuando Monzón estuvo en la cárcel por la muerte de Alicia Muñiz, Delon fue a verlo. Sonrientes, posaron como lo que eran, amigos. “Es un tipo totalmente sencillo, es muy buen amigo” lo definió Monzón. Tras aquella pelea con Nápoles, Monzón filmó “La Mary”, película clave en su vida, pues también conoció a Susana Giménez. De hecho, realizó algunas películas en Italia junto a ella y una se llamó, curiosamente o no, “El Macho”, apodo que había creado Delon. El boxeo argentino lo recuerda a Alain. El también, sin darse cuenta, se metió en la historia grande de este deporte.
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