Boxeo
Carlos Irusta 8y

El adiós de un guerrero

BUENOS AIRES -- Los tiempos futuros dirán que hubo un santafecino callado, de gestos breves y de corazón de guerrero, que lo dio todo sobre el ring. Si esta frase se puede dedicar a Carlos Monzón, también va para otro grande, Marcos Maidana, el “Chino”.

No se trata de establecer paralelos ni de hacerle una cosquilla a la historia, pero no se puede dejar de mencionar a un grande cuando se habla de un grande.

En estos ajetreados años pasados, cuando nacía un nuevo siglo, el boxeo argentino volvió a renacer a nivel internacional. Desde Omar Narváez a Juan Carlos Reveco, pasando por Sergio “Maravilla” Martínez o Lucas Matthysse, se revivieron ilusiones de grandeza y prestigio, tradicionales en una actividad que dio a Carlos Monzón, Víctor Galíndez, “Látigo” Coggi, Julio César Vásquez o Pascual Pérez –sin olvidar a Nicolino Locche.

Hubo, sin embargo, un nombre distintivo: el de Marcos René Maidana, el “Chino”, el hombre de Margarita, el pequeño pueblo de Santa Fe en donde vive actualmente.

Tras una campaña europea que lo llevó a tener una oportunidad mundialista, que perdió, el 7 de febrero de 2009 (Andreas Kotelnik lo derrotó por puntos por el campeonato welter junior WBA) comenzó su roce con el mercado norteamericano, ligado a Golden Boy Promotions.

No es el momento de entrar en algunas de las razones de manejo que no fueron justamente acertadas, sino todo lo contrario. Es repasar, eso sí, que se encontró con el hombre justo en el momento justo. Sebastián Contursi se hizo cargo de la conducción de Marcos Maidana y lo llevó a una posición de privilegio.

A todo esto, ¿Qué ofrecía Maidana? Explosión, tremenda pegada, una mandíbula de acero, un corazón gigante y una tremenda tenacidad, propia de un guerrero de verdad.

De ahí en más, el resto lo fueron haciendo sus rivales. La mayoría de ellos, subiendo al ring como favoritos, porque generalmente, eran los “muchachos de la casa”.

Aquella tremenda pelea con Víctor Ortiz, título Interino welter junior WBA, considerada la Pelea del Año, fue un momento clave en la vida de Maidana, toda vez que Ortiz venía como la figura ascendente y favorita de Oscar De La Hoya y Golden Boy.

Ligado justamente a Golden Boy, Maidana llegó a esa pelea abajo en las apuestas invisibles de los expertos: Ortiz era el gran candidato.

El resultado fue una pelea explosiva, con caídas de ambos lados y finalmente, el abandono de Víctor Ortiz quien, severamente dañado, prácticamente dio la espalda a la pelea en el sexto round, aquel 27 de junio de 2009.

No vamos a historiar una por una sus peleas. Baste recordar aquella salvaje batalla con Amir Khan en diciembre de 2010; ese duelo de voluntades ante Erik Morales, por el título Interino welter WBA (9 de abril de 2011); aquella noche en la que prácticamente en una pierna quebró a Josesito López, o aquel nocaut frente a Jesús Soto Karass.

De la mano de Sebastián Contursi, Maidana aceptó cada pelea con la misma determinación de siempre. Con largos entrenamientos en California, alejado de su familia. Como alguna vez dijo Robert García, uno de sus principales técnicos: “Cuando un boxeador ya está hecho no suele aceptar consejos o novedades. Maidana, en cambio, acepta cada enseñanza con humildad y deseos de aprender”.

Dos rivales quedarán marcados a fuego en la carrera de Maidana y en el recuerdo y el corazón de sus seguidores: Adrien Broner y Floyd Mayweather.

Adrien Broner venía como el nuevo Floyd Mayweather, la gran figura del futuro, el boxeador esperado. Arrogante, talentoso, amigo del marketing y de la auto promoción, todo estaba listo y preparado para seguir viéndolo crecer, brillar y triunfar.

Hasta que se chocó con Maidana. O, mejor dicho: hasta que Maidana lo chocó a él.

Fue en San Antonio, Texas, en diciembre de 2013. El candidato de todos en el suelo. Arrollado, golpeado y hasta humillado por el “Chino” mientras el Alamodome se encendía, como una hoguera, y desde los cuatro costados del estadio el público gritaba por él, como si fuera local.

Pelea a sangre y fuego, definitoria para Maidana, que no podía perder, y que ganó con emoción, drama, euforia y claridad: la imagen de Broner, caminando lentamente y con la mirada perdida rumbo a una ambulancia, fue la síntesis de la pelea, considerada como La Sorpresa del Año, mientras que el santafecino fue distinguido como El Retorno del Año por “The Ring”.

Esa noche, Maidana no solamente ganó el campeonato mundial welter de la WBA. Fue muchísimo más que se eso. Se ganó a la gente, especialmente a los fanáticos latinos. Y se ganó una pelea con Floyd Mayweather.

Nadie olvidará lo que pasó en esa primera confrontación, el 3 de mayo de 2014, porque nadie nunca le pegó tanto a Floyd. Maidana lo acosó, le pegó, lo empujó, levantó al MGM, le puso una candela a la pelea que el propio Floyd, cuando todo terminó, fue el primero en felicitarlo.

Ligado ahora al poderoso Al Haymon, con quien Sebastián Contursi ha logrado una muy estrecha relación comercial, Maidana, como rostro visible del “Team Maidana” convirtió a ese nombre en una especie de marca registrada que, hoy, agrupa a una serie de boxeadores argentinos con el campeón mundial pluma WBA Jesús Cuellar a la cabeza.

Volvamos a esa primera pelea ante Mayweather. Como había ocurrido antes con “Maravilla” Martínez frente a Julio César Chávez Jr., paralizó a la Argentina. Desde aquella victoria ante Broner, Maidana se convirtió en el campeón del pueblo, el hombre que sin palabras extravagantes ni poses llamativas era capaz de desplegar en el ring una explosión de sensaciones. ¡Si hasta llegó a comer un alfajor Guaymallén –uno de sus principales sponsors- en cámara, en el reportaje posterior al encuentro, provocando un estallido en las redes sociales!

Hubo una segunda, a pedido por el propio público, el 13 de septiembre. Cuando le preguntaron a Maidana si le pediría una revancha a Floyd, dijo simplemente: “No, yo le voy a dar la revancha a él, porque esta noche gané yo”.

El desquite fue también para Floyd, ya que Maidana no pudo superar el esfuerzo de aquella primera confrontación. Fue también su último combate.

Maidana, a los 33 años, con una marca de 35 peleas ganadas (31 por nocaut) y 5 derrotas, ha anunciado su retiro del boxeo. Y con él se va toda una época, porque estamos viviendo la fresca nostalgia de aquellas peleas en las que frente al televisor, como en los tiempos de Monzón, o de Coggi, o de Castro, los argentinos se reunían para palpitar, sufrir, emocionarse, festejar y creer.

El día que se escriba la historia del boxeo argentino, Maidana tendrá seguramente un capítulo muy especial.

Un capitulo que podría titularse, simplemente: MAIDANA, EL GUERRERO DE TODOS.

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