Stuart Hall había hecho lo necesario para bajar del ring en la O2 Arena de Londres como campeón del mundo, pero los jueces le negaron de manera terrible la victoria ante Lee Haskins, quien dejó la arena con el cinturón Gallo de la Federación Internacional de Boxeo aún en su poder tras llevarse la decisión unánime, pero en medio de abucheos.
Hall se había echado a la bolsa al menos ocho o nueve rounds de la pelea para reconquistar, a sus 36 años, la faja que había ganado en 2013 y perdido en 2014.
Haskins terminó la pelea prácticamente pidiendo la hora, pero de pie, lo cual le valió salir con una inmerecida victoria y la segunda defensa exitosa del fajín de las 118 libras.
Con un boxeo de mucha presión, la derecha por delante, Hall logró mitigar los intentos de contragolpeo por parte del campeón, que tuvo apenas algunos destellos en la pelea. Lee no pudo controlar a su retador ni ejercer la estrategia que esperaba al ver cómo se le metía en la guardia el retador.
Conforme se añejó la pelea, Haskins vino a menos y Stuart mantuvo el ritmo de combate, al grado de estar cerca de mandar a la lona al monarca Gallo de la FIB, quien pese a los intentos de celebración tras escuchar las tarjetas de 115-113, 116-112 y 117-111 a su favor, vio cómo la gente festejó la actuación de su retador, quien dejó la arena como auténtico campeón sin corona.
Haskins mejoró su récord a 34-3 y 14 nocauts, mientras que Hall se quedó con 20-5-2 y 7 nocauts.