Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 7y

Alexis Argüello, las luces y las sombras de su legado

El triple campeón Alexis Argüello es la mayor figura del deporte nicaragüense de todos los tiempos. Su historia está repleta de gloria dentro del ring y errores fuera del mismo. Encontrar la parte oscura del legado, ese lugar poco glamoroso donde habitan los desaciertos de un gran campeón, fue el objetivo inicial de este trabajo. Y en el viaje hacia las nacientes de su historia, encontramos muchas preguntas que no tienen respuesta.

Sin embargo, constatamos algo que quizás pueda explicar toda la razón de la vida vivida por Alexis Argüello. Su carrera y el apogeo de la misma, transcurrieron en medio de dos episodios históricos cruciales en la historia reciente de Nicaragua: el fin de la dictadura somocista y el triunfo de la revolución sandinista. Argüello inicio su carrera apadrinada por unos y murió en enigmáticas circunstancias al amparo de los otros. En ese escenario convulso y divisivo, la epopeya del 'Flaco Explosivo" no pudo evitar ser una sub trama dramática en ambos episodios. Le cabe culpa dicen unos, pero le cabe disculpa lo defienden otros.

Fueron verdaderos laberintos a través de los cuales caminaron las dos etapas, como figura célebre, y en ambos casos el final fue apocalíptico. El gobierno somocista impulsó su carrera hacia la gloria boxística de la que salió adicto a las drogas y al alcohol. El sandinismo impulsó su carrera hacia la victoria política de la que salió rumbo a una muerte dudosa y prematura. Un suicidio que aún genera dolorosas y profundas divisiones. Como una cruz eterna que carga la memoria de toda una nación. La desconfianza que hace a muchos nicaragüenses insistir con mantener viva la teoría del crimen sin aceptar la versión oficial del suicidio, choca de frente con el testimonio de quienes convivieron de cerca con Argüello y no dudan en recordar las señales tempranas de una conducta proclive al suicidio. En la búsqueda de esas respuestas encontramos profundas discrepancias pero también encontramos unánimes coincidencias a la hora de justificar o rechazar cada acto de su historia. Una historia, como fuera dicho, marcada por preguntas de difícil respuesta.

¿Fue feliz Argüello al elegir la carrera que le deparó el destino y no su vocación? ¿Qué beneficios o que perjuicios trajo la política a su vida? ¿El no supo usar a la política en su propio beneficio o fue la política que supo usarlo a él, mientras le fue de utilidad? ¿Fue su muerte el fin del calvario interior? ¿Fue esa muerte la fatal consecuencia tardía de una decisión política equivocada? ¿Fue esa muerte la explosión de una carga insoportable de frustraciones o fue una consecuencia de la presión incontenible sobre un alma fragilizada por las adicciones? ¿Fue suicidio o fue crimen, a cual teoría le otorgamos el beneficio de la duda? ¿Qué nos enseña su vida, qué nos transmite su legado?

Llegó a noventa peleas como profesional, ganó tres títulos mundiales, fue el primer nicaragüense exaltado al Salón de la Fama, ha recibido numerosas condecoraciones, antes y después de su muerte; fue el abanderado de su país en los JJOO de Beijing, fue promotor e impulsor de nuevas figuras del boxeo nicaragüense, llegó a la política de la mano de los mismos que le confiscaron sus propiedades, fue alcalde de Managua y hasta su nombre sonó como posible candidato a la presidencia, tuvo cinco esposas y ocho hijos; debió internarse para enfrentar su adicción a las drogas, cayó en depresiones, fracasó como empresario y reconoció que muchas veces quiso suicidarse.

La epopeya humana de Alexis Argüello tuvo de todo y el final de su existencia se asemeja al de una obra confusa y mal contada, a la que, además, le dieron dos finales. Uno pudo ser consecuencia de sus propios errores y el otro pudo ser consecuencia de los errores ajenos.

Como si de una tragedia dramatizada se tratara, hemos dividido la búsqueda de ese arco existencial en varias fases: su despertar, su gloria, el exilio, la decadencia, la redención, la política y el dramático desenlace de su existencia. Con ello, trataremos de interpretar su legado eterno, de la única manera en que se comprenden los legados, con sus luces pero también con sus sombras.

¿UN CAMPEON DE BOXEO SIN VOCACION PARA EL BOXEO?

La infancia de Alexis Argüello no es diferente a la de otros campeones. Nació en Managua, en el seno en una numerosa familia. Que en barriadas pobres de cualquier ciudad nazcan cada tanto grandes campeones, no es novedad. Pero si es novedad en el caso de Alexis porque el boxeo no figuraba en sus metas. "Nuestra vida adolescente tuvo como deporte al béisbol, el billar o competir por ver quién era más rápido montado en una motocicleta, pero nunca imaginamos el boxeo como una alternativa" recuerda Donald Rodríguez, tal vez, el más apegado de todos sus amigos.

"Era un muchacho muy activo, intrépido y ambicioso. Le gustaba todo lo bueno, quería superarse, salir de la pobreza, pero nunca imaginábamos que podría ser boxeador" confesó su hermano, Guillermo Argüello.

El boxeo en la vida de Argüello, en cierto modo, nació como una mezcla de obsesión por abandonar la pobreza, algo que, como en otras historias parecidas, se sumó la infaltable casualidad que modifica el rumbo de cualquier existencia. Guillermo Argüello recordó que el boxeo llegó a la vida de la familia por una hermana (Marina) que se casó con Eduardo "Ratón" Mojica, que luego fuera un reconocido campeón nicaragüense. Antes de ello, sin embargo, "ocurrió un episodio puntual en la vida de Alexis, fue la invitación de un tío para llevarlo a trabajar en Canadá en donde ganó músculos y fortaleza". Cuando regresó, Mojica ya era un boxeador reconocido y fue la influencia que necesitaba Alexis para probar fortuna en el boxeo.

El escritor y periodista deportivo Edgard Tijerino habló sobre Mojica. "El récord, el balance de victorias y derrotas de Mojica no fue impactante en los números, pero en Nicaragua era un boxeador invencible y se convirtió en un la figura cumbre, en el gran ídolo y el vio las condiciones de su cuñado (Alexis), se entusiasmó con él y muy temprano fue el primero en vaticinar que Alexis sería campeón" - recordó.

Lo sorprendente, a juicio de Donald Rodríguez, fue el hecho de que "Alexis fue profesional desde su debut y vea hasta donde llegó con su carrera. Nunca fue amateur". El mismo punto también es uno de los aspectos que, al recordarlo, más sorprende a Miguel Ángel Arcía (Michanguelo), ex pugilista, periodista y escritor que, precisamente, conoció a Argüello en el gimnasio, cuando este iniciaba su carrera hacia la gloria.

"Desde todo punto de vista, sus condiciones boxísticas eran increíbles, si tomamos en cuenta que no tuvo formación amateur y debutó como un profesional", afirmó.

No hay duda de que el boxeo fue una oportunidad para la que Alexis se descubrió preparado. Pero en su mente, tal vez, debió convivir el desafío de un deporte violento e impiedoso, al que debería asumir dispuesto a dar y recibir castigo, con los verdaderos sueños del jovencito inquieto e inteligente que emigró a Canadá.

En una entrevista a la histórica revista argentina El Grafico, cierta vez, Alexis reconoció que: "Quería ser abogado, pero la necesidad me empujó al boxeo." Pero, muchas veces, no alcanza la necesidad para alcanzar los grandes objetivos. A la necesidad es necesario protegerla y transformarla. Y por las propias palabras de Argüello, supimos que el primer apoyo le llegó de su propia familia: su madre. Y fue luego de su primera pelea, que fue también su primera derrota, aunque la misma quedó afuera del record oficial. El propio Alexis, en el año 2003, lo comentó durante una entrevista con el periodista nicaragüense Fernando Chamorro.

"Mi primera pelea fue contra Omar Amaya y perdí, al comienzo del 68' en León. Me pagaron 100 córdobas por una pelea a la que fui sin condición y cuando llegue mi madre, me dio una gran lección. Me recordó que el dinero no lo es todo en la vida, el orgullo es más importante. Y con ese mismo orgullo fui a mi próxima pelea, contra Israel Medina y la gané por KO en el primer round".

(Continúa)

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