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Los pesos medianos, su presente y su historia dorada en el boxeo

MÉXICO - Desde hace más de 70 años, la categoría de los pesos medianos le ha dado al boxeo algunas de sus jornadas más memorables, y hasta la fecha sigue siendo una de las categorías más importantes en el boxeo. Basta señalar que para definir la importancia de la división en este deporte, el más grande peleador en toda la historia fue un peso mediano, Sugar Ray Robinson.

Con ello en mente, han pasado peleadores como Rocky Graziano, Marcel Cerdan, Jake LaMotta, Carmen Basilio, Nino Benvenuti, Dick Tiger, Emile Grifith, Carlos Monzón, Rodrigo Valdés, Marvin Hagler, Roberto Durán, Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns, James Toney, Bernard Hopkins, Roy Jones Jr., Félix Trinidad, Óscar de la Hoya, Kelly Pavlik, Sergio Martínez, Gennady Golovkin y Canelo Álvarez.

Algunos de estas leyendas de las 160 libras protagonizaron duelos enormes y mcuhos valieron para ser considerados como las mejores peleas del año desde 1925 cuando Harry Greb derrotó por puntos a Mickey Walker en una trepidante combate, aunque fue hasta la década de los 50 con LaMotta, Basilio y Robinson cuando la categoría vivió su primera época dorada.

En esa década, con LaMotta, Basilio y Robinson, se llevaron seis veces el honor a la pelea del año, destacando la serie que sostuvieron Carmen y Sugar Ray, que en 1957, con victoria de Basilio, y en 1958, con venganza de Robinson, se llevaron la reconocida distinción. Jake LaMotta y Sugar Ray Robinson se enfrentaron en seis ocasiones, de las que Sugar Ray salió victorioso en cinco de ellas, incluyendo un nocaut en su ultimo combate en 13 rounds luego de cinco decisiones consecutivas.

En los años 60 y 70, llegaron Nino Benvenuti, Dick Tiger, Emile Griffith y Carlos Monzón, considerados por algunos expertos entre los 10 mejores de la división. En una época dominada por Muhammad Ali y su generación, Benvenuti y Griffith se enviaron a la lona para ganar la pelea del año en 1967, misma que ganó Benvenuti. Al año siguiente Tiger se levantó de la lona para derribar y vencer a Frank DePaula en otra pelea memorable y la mejor del 1968. Esa serie de grandes batallas la cerró el gran Monzón con el nocaut sobre Benvenuti en 1971.

Para los años 80 fue Marvin Hagler el mandón, pero se le unieron los otros tres fantásticos, Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns y Roberto Durán. En 1985 Hagler noqueó a Hearns en la mejor batalla de ese año, en 1987 Leonard venció y retiró a Hagler en otra gran batalla que fue la mejor del año, y la cuenta la cerró Durán la cuenta en 1989 con otra pelea del año ante Iran Barkley, logrando además ahí su histórico tetracampeonato, aunque hubo también encontronazos entre todos en peso mediano que atrajeron la atención total a las 160 libras.

En los años 90, Roy Jones apareció fugazmente y también lo hizo Bernard Hopkins para comenzar una marca de 20 defensas exitosas del título mundial de peso mediano.

‘The Executioner’ se convirtió además con el paso del tiempo en el primer peleador en la historia en unificar los títulos de la Asociación Mundial de Boxeo, Consejo Mundial de Boxeo, Federación Internacional de Boxeo y Organización Mundial de Boxeo.

En ese lapso hay que destacar la gran batalla que ganó dramáticamente por nocaut en nueve rounds el argentino Jorge Castro sobre John David Jackson en 1994, en México.

Abandonó Hopkins la categoría tras perder las cuatro fajas con Jermain Taylor, y luego Taylor en 2007 cayó en una pelea electrizante ante Kelly Pavlik.

Llegó más tarde Sergio Martínez con el espectacular nocaut sobre Paul Williams en 2010, más tarde la conquista de Miguel Cotto sobre el argentino Martínez y recientemente la llegada de Canelo Álvarez con su victoria sobre el boricua, mientras de manera silenciosa y luego muy estruendosa, el kazajo Gennady Golovkin hilaba una historia dorada que podrá coronar este 15 de septiembre con el encontronazo ante Canelo en Las Vegas.

¿QUÉ LUGAR OCUPA LA ACTUÁL GENERACIÓN DE LOS MEDIANOS?

La división mediana le ha dado al boxeo alguna de sus noches más memorables. Algunas de las figuras nombradas aquí, integran la sagrada lista de los mejores de todos los tiempos. Sin duda, es una categoría con un pasado de oro. Pero, ¿las expectativas de la presente generación hacen honor a ese pasado? La respuesta es negativa y empezar a cambiar esa percepción, en gran medida, dependerá de Gennady Golovkin y Saúl “Canelo” Álvarez.

Si ellos responden a la promesa de una gran pelea este 15 de septiembre, si en el ring demuestran compromiso con el espectáculo y la emoción que anhela el fanático, se estarán aproximando al ideal que exige una división tan gloriosa como las 160 libras. Pero no alcanza solo con ello. Que conste.

El boxeo en general, en los últimos años, nos ha acostumbrado a postergar hasta el hartazgo aquellas peleas que todos los fanáticos merecen ver y que el boxeo competitivo reclama. Muchas veces por causa de las promotoras enfrentadas entre sí y otras veces por causa de esa falta de entendimiento entre los grandes organismos.

También las fastidiosas postergaciones, han ocurrido por causa de los empresarios que guían la carrera de algunos pugilistas exitosos abonando el terreno de peleas ganables y rivales de menor nivel o de mucho pasado, pero, por una cuestión de edad, sin nada de presente.

Para que la actual división mediana brille a la altura de las anteriores, deberán los mejores enfrentar a los mejores y tendrán que empezar ahora mismo. El vencedor de GGG vs. Canelo no tendrá que especular, tendrá que aceptar el reto de la historia y probarse con las otras figuras de su categoría.

La buena noticia es que figuras abundan en esta generacióny todas, sin distinción, están esperando su oportunidad ¿Estará dispuesto Golovkin? ¿Se animará Canelo? De ellos depende y tan temprano como este mismo sábado, después de la pelea, tendrán la posibilidad de ofrecer ese anuncio histórico.

Hasta entonces, los Roberto Durán, Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns, James Toney, Bernard Hopkins, Roy Jones Jr., Félix Trinidad, Óscar de la Hoya o Marvin Hagler, entre otras grandes leyendas, seguirán ocupando un lugar aún inaccesible para los actuales campeones, en la consideración de sus merecimientos.