Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 5y

Ficción o realidad: ¿Podrá Thurman noquear y retirar a Pacquiao?

En quince días regresa a la acción el legendario Manny Pacquiao para intentar subir un nuevo escalón de su carrera histórica e inigualable. Camino a sus 41 años, el PacMan parece mantener el entusiasmo y el boxeo suficiente para mantenerse competitivo en el primer nivel.

A su presentación no le faltará nada de lo que antaño levantaba la platea durante doce asaltos. Al igual que en su última salida al ring, frente a Adrien Broner, Manny pelea nuevamente en el MGM de Las Vegas ante otro campeón, Keith Thurman, que alguna vez sonó como el gran heredero de Floyd Mayweather. Pero no pasó de sonido. El nacido en Clearwater, Florida, ha prometido mucho más de lo que ha logrado en este deporte. Las lesiones le impidieron una carrera normal y, como consecuencia, hoy carga una deuda con los fanáticos. Ante el filipino tiene la gran oportunidad de comenzar a saldarla.

Ante ese escenario, la pregunta natural es si a uno (Pacquiao) le queda boxeo para llevarse la batalla con autoridad y el otro tiene efectivamente la suficiente capacidad destructiva como para liquidar el pleito en menos de cuatro episodios, como no ha dudado en vaticinar. En los dos casos reina la incertidumbre y es muy difícil creer en favoritismos absolutos en este combate.

Pacquiao: Un campeón con más pasado que futuro

Manny Pacquiao es diez años mayor que su rival, sobre el cual tiene una estadística, experiencia y peleas al más alto perfil de manera abrumadora. No importa la edad, no importa que sea el retador y no importa que este Manny de sus últimas peleas sea poco menos que una sombra del que disfrutamos en su época dorada, una vez más, el PacMan será el favorito. Por poco, pero favorito.

La experiencia debería ser la primera y necesaria clave para mantenerle esa condición, pero hay otro aspecto que dice mucho sobre lo que se pudiera ver el 20 de julio: la preparación del filipino. Pacquiao se ha sometido a un período intenso y riguroso de entrenamientos en el gimnasio de Freddie Roach, el Wild Card, en California y los detalles que han trascendido, realmente sorprenden. Sus recorridos matinales diarios son de tres a cinco millas, para luego acometer una rutina de más de mil abdominales, ejercicios variados, diez rondas de sparrings, otros doce de guantes, bolsa, ejercicios de velocidad y otro millar de abdominales.

Ese entusiasmo y disciplina son un mensaje claro de que Manny Pacquiao subirá dispuesto a ganarse el cheque sin regalar la victoria. Por el contrario, solamente un púgil que quiera ganar a los cuarenta, como lo hacía a los treinta, se prepara de esa manera.

Y por esos factores que se suman a la velocidad, indudablemente, pasan sus posibilidades de victoria. Manny es más veloz que Thurman, lo supera en explosividad y también en volumen de golpeo. El trabajo de velocidad busca eso y en el guanteo, el filipino no solo estará complementando la rapidez con la precisión, también parece decidido a fortalecer su zona media, imaginando que Thurman insistirá en esa zona para bajarle el ritmo.

Es verdad que el PacMan ha perdido poder y es difícil imaginarlo noqueando, pero una buena preparación que lo mantenga activo los 12 asaltos le alcanzará para llevarse la pelea en las tarjetas. A eso apostará y en la primera impresión, ese sería el vaticinio predominante para esa pelea: victoria en las tarjetas.

Thurman: Un campeón con más verbo que boxeo

Lo dicho, Keith Thurman alguna vez fue considerado el heredero de Floyd, el hombre a vencer y el verdadero futuro del boxeo de primer nivel. Tenía todo para consagrarse. Rapidez, inteligencia táctica, buena pegada y una atractiva sintonía con la fanaticada gracias a su habilidad comunicativa. Thurman ha sido un campeón del ring y un campeón del verbo. Sin embargo, una lesión en la mano y una operación en el codo lo alejaron por dos años del ring. Se fue su boxeo , pero quedó el verbo. Aunque no podía pelear, eso no significaba que no pudiera hablar y en eso es difícil superarlo.

Thurman, supercampeon welter AMB, los desafiaba a todos y en cada entrevista nunca dejó de seguir vendiendo su imagen como la del hombre a vencer. Volvió en enero de este año, en una pelea a modo, enfrentando a Josesito Lopez, en batalla donde afloró el óxido y solo pudo vencer en las tarjetas, por decisión mayoritaria.

Se suponía que en todo este 2019 se mantendría recuperando forma en dos o tres peleas a modo, antes de ir por las unificaciones. Sin embargo, no tardó en sorprendernos cuando se anunció su pelea contra el campeón regular AMB de los welters, Manny Pacquiao. Posiblemente, las ventajas que hoy otorga el PacMan, por edad y aburguesamiento de su boxeo, lo hayan motivado a buscar una pelea que, de ganar, además de una bolsa abultada le otorgaría esa gloria que alguna vez insinuó, pero nunca pudo alcanzar.

Thurman, fiel a su verborragia, no tardo en asegurar que retirará al filipino y su confianza en vencerlo, al parecer es tan alta que también informó haber apostado diez mil dólares a que lo noquea antes del cuarto asalto. Entre los dos equipos se han cruzado pronósticos de KO que no son más que la bravata habitual con que se suele ayudar la promoción de eventos de este tipo a ser comercializado por el sistema de PPV. Tampoco el actual Keith Thurman parece tener el poder necesario para conseguir una hazaña de ese tamaño: noquear en cuatro.

De todas maneras, las mayores incógnitas están del lado del estadounidense. Cuánto haya logrado evolucionar en su preparación y en la recuperación de su mejor boxeo, tendrá mucha influencia en lo que veamos el 20 de julio. El óxido que mostró en enero ante Josesito López es un muy claro barométro de su momento boxístico y envía un mensaje: el Thurman que venció a López por decisión mayoritaria es difícil imaginar que pueda vencer al peor Pacquiao.

Imaginando que habrá mejora, pero sin llegar a la exageración y observando la dedicación que Manny le ha puesto a su preparación, el primer pronóstico es de un combate que se va a la distancia y en ese escenario, las mejores posibilidades de sumar mayor cantidad de puntos serán para el filipino.

De cualquier manera y más allá de las especulaciones sobre el posible resultado, de lo que estamos muy seguros es que, como toda pelea de Manny Pacquiao o Keith Thurman, será un pleito de emociones, velocidad y confrontación táctica de alta calidad.

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