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Si se lo permiten, Inoue y Nery van hacia una 'tormenta perfecta'

Los caminos de Naoya Inoue y Luis Nery parecían destinados a cruzarse y se cumplió la predicción. WBSS & Atsushi Tomura/Getty Images

En la película basada en hechos reales que popularizó la frase, unos pescadores fueron sorprendidos por la conjunción de dos grandes borrascas, una de aire frío continental y otra de aire caliente. Para entender un poco más del asunto, basta un buen googleo por la web. Para entender de qué se trata la ‘tormenta perfecta’ en la división gallo del boxeo, se hace necesario explicarlo.

Si imaginamos a la división de las 118 libras como un gigantesco océano, las grandes borrascas que deben confrontarse tienen nombres y latitudes diferentes: Naoya Inoue desde el frío japonés y Luis Nery desde el calor mexicano. Imaginar ese choque es asumirlos como una tormenta perfecta y fascinante.

Pero, como en la incomprensible naturaleza, la tormenta ocurre por una suma de factores, no tiene momento para ocurrir y depende de otros actores que provienen del profundo misterio de la creación.

¡Vaya! Resulta que, en el universo más terrestre y conocido del boxeo de primer nivel, ocurre exactamente lo mismo. Lo perfecto, es una pura casualidad.

El origen de las borrascas

Los dos representan un fascinante contraste de matices. Son tan parecidos como diferentes y la sola posibilidad de verlos frente a frente alcanza para disparar las mejores y peores animosidades. Sin necesidad de esas teatralizadas escaramuzas en los pesajes, estos dos nacieron con la sangre en el ojo.

Naoya Inoue es un ídolo, el nuevo ídolo, en Japón. A Luis ‘Panterita’ Nery lo detestan en Japón. Inoue es el representante de la realeza nipona, un depredador del ring, con un récord inmaculado y al que difícilmente se le resista algún pronóstico: es imposible imaginarlo perdiendo. Su boxeo responde a coordinadas cuasi robóticas, como si su efectividad fuera elaborada mediante cálculos matemáticos en una computadora.

Nery es otro depredador, pero desprejuiciado en lo boxístico y poco amigo de seguir manuales preestablecidos. Es difícil imaginar su boxeo de antemano, lo que en la suma de recursos lo transforma en un jeroglífico para sus rivales. Panterita tiene sus propias reglas y nadie las conoce, quizás ni el mismo. O sea, las inventa al momento.

Las victorias del mexicano sobre una leyenda japonesa como Shinsuke Yamanaka, son un dolor inextinguible en la pasión del fanático japonés. Primero la existencia de una sustancia prohibida en la sangre del mexicano y luego el exceso en la balanza del segundo combate, fueron primero una afrenta, después un insulto y al mismo tiempo, aquella oportunidad para la venganza. Nery está impedido de pelear en Japón de por vida. Luego, el CMB, se sumó a la cacería de brujas y lo suspendió por seis meses.

Nery cumplió la suspensión y desde su regresó ganó tres peleas al hilo y por la vía rápida (Jason Canoy, Renson Robles y McJoe Arroyo). Se suponía que ya estaba listo para ir por el título del CMB contra el francés Nordine Oubaali, pero deberá disputar primero una eliminatoria con el dominicano Juan Carlos Payano, que ya fue noqueado por Inoue.

Naoya Inoue, que ostenta los cetros AMB-FIB de las 118 libras, tiene por delante la definición del título en las súper series de las 118 libras en un combate de alquilar balcones contra el filipino Nonito Donaire. A esa pelea el nipón va como gran favorito y de vencer, según su deseo de transformarse en el mejor gallo del planeta, irá por el monarca CMB.

De la tempestad imperfecta a la tormenta perfecta

El campeón CMB de los gallos es el francés de origen marroquí Nordine Oubaali, que el pasado fin de semana defendió su cinturón exitosamente ante el filipino Arthur Villanueva. Si se respetara la lógica de la promoción inteligente, Oubaali debería ir en su próxima defensa contra el vencedor de la eliminatoria Nery-Payano. Sin embargo, en una decisión aparentemente inexplicable, el CMB informó a través de su presidente, Mauricio Sulaimán, que la siguiente defensa del francés será contra el japonés Takuma Inoue. El vencedor de esa pelea, si irá contra Nery en caso haya vencido a Payano.

La movida del Consejo Mundial de Boxeo puede tener muchas lecturas y especulaciones, pero lo más importante de la misma es su contribución a la ‘tormenta perfecta del título: involucra a un hermano del ‘Monstruo Inoue’ en la ecuación.

En calidad, el nipón está lejos de su hermano, tiene apenas 13 peleas y solamente tres KOs, pero está invicto y todos sabemos que los japoneses para ser buenos no necesitan mucho recorrido. Algunos como el propio Naoya, llegó a su primer título mundial con apenas seis peleas. O sea, Takuma puede perfectamente amargarle la existencia a Oubaali y arrebatarle su diadema.

Si esa posibilidad ocurre, Panterita Nery tendrá por delante una doble ración de ‘odio japonés’. El primero, como abrebocas, ante Takuma, al que debería vencer y por KO, para luego enfrentarse a Naoya.

Esa será la conjunción de todos los factores: los dos mejores pesos gallos del momento, la mejor animosidad del momento, los peores antecedentes de mala sangre reunidos y las dos grandes venganzas de la afición.

Que Naoya acabe con Nery será la culminación del castigo por las dos ofensivas victorias sobre Yamanaka y de paso una segunda venganza por haber vencido a su hermano. Que, por el contrario, Nery le quite el invicto a Naoya, será la dulce e infinita venganza del ‘Panterita’ a quién, seguramente, le dura la sangre en el ojo por el excesivo castigo en tierras niponas.

¿Entienden ahora por cuál razón ver a esos dos frente a frente será la mejor y más perfecta de las tormentas del boxeo de primer nivel?

Y por cierto, ojalá que ocurra.