Boxeo
Michael Rothstein | ESPN 2y

La travesía de Amanda Serrano para poner su nombre junto a los mejores de la historia

SAN JUAN, Puerto Rico y BROOKLYN, New York -- Amanda Serrano y Jake Paul caminaron por el Hotel y Casino Sheraton Puerto Rico para salir por las puertas dobles. A estas alturas, la campeona de boxeo y la sensación de YouTube, que han trabajado juntos durante los últimos ocho meses, han pasado suficiente tiempo juntos como para entenderse mutuamente.

Y aquí, en esta isla tropical de 100 millas de longitud y 35 millas de ancho, su nexo antes impensable se estrecha, gracias a otra conexión. Puerto Rico es la tierra natal de Serrano y hogar adoptivo de Paul. Ambos sienten cercanía con este lugar y en este día, la boxeadora quiere mostrarle a su promotor algo importante.

Serrano y Paul cruzan la plaza hasta llegar al Distrito T-Mobile, una de las principales zonas de reunión de San Juan, intentando llegar a un muro que forma parte del exterior de Arena Medalla, un bar deportivo ubicado dentro del complejo.

Puede que no parezca gran cosa, pero Serrano se sorprendió la primera vez que lo vio. Allí estaba escrito el nombre "Amanda Serrano", en letras negras con fondo amarillo, entre las estrellas del béisbol Bernabé "Bernie" Williams, Iván "Pudge" Rodríguez y Jorge Posada. No lejos de allí, estaban presentes los nombres de las estrellas boxísticas puertorriqueñas Miguel Cotto y Félix "Tito" Trinidad, en grandes letras de molde.

Aunque estaba ansiosa por llegar al mural, este breve trayecto tenía varios retos. Al ser seguidos por un equipo de camarógrafos y el pequeño séquito que acompaña a Paul, ambos fueron detenidos a la entrada por guardias de seguridad. El enjambre de fanáticos llegó al instante que fueron detenidos. Los teléfonos móviles hicieron su aparición mientras la multitud intentaba acercarse a la pareja y tomar fotos.

Esto es cosa común para Paul, la ex estrella de Disney Channel convertida en superestrella de YouTube y que cuenta con millones de seguidores en Twitter, TikTok, Instagram y YouTube. Serrano no tiene el mismo nivel de celebridad, pero también es abordada por la multitud, incluyendo un guardia de seguridad que mencionó su nombre y pudo tomarse una foto con ella a escondidas.

Finalmente llegan al lugar y Serrano muestra a Paul el pequeño trozo del mural que significa tanto para ella, ubicado en la isla que siempre está en su mente y su corazón.

"Desde mi primerísima pelea, siempre subí al cuadrilátero con mi bandera puertorriqueña, porque soy una boricua orgullosa de verdad, orgullosamente latina", expresa Serrano. "Y simplemente, tener a Puerto Rico apoyándome lo significa todo".

Mientras se entretienen, los aficionados vuelven a abordarlos y Paul está en su elemento. Posa para las fotografías y comienza a bailar. La dicotomía entre ambos es muy marcada. Serrano se queda a un lado y se conforma con tomarse fotografías con quienes se lo piden. 10 minutos después, la dupla se separa y Paul es conducido por su equipo para abordar una camioneta que lo espera.

Serrano, su entrenador y cuñado Jordan Maldonado y un pequeño grupo de visitantes se dirigen al hotel. Serrano no se aleja mucho. En Brooklyn, donde reside, Serrano sería prácticamente anónima. Aquí... no pasa tan desapercibida.

Un hombre mayor camina con su familia cuando ve a Serrano cruzando la calle. No quiere molestarla, pero su hija detiene a Serrano y le pide tomarse fotos con ella. No es la avalancha de seguidores sufrida por Paul, pero es precisamente la gente que ha seguido su carrera por varios años. Son los mismos con quienes siente afinidad, porque la vieron boxear antes de la llegada de Paul a su vida.

Por esta misma razón, Serrano y su equipo mudaron su campamento de entrenamiento por dos semanas, desde las cercanías de su residencia en el sector Bushwick de Brooklyn a Puerto Rico: su pasión por la isla (y la comodidad que siente dentro de ella).

"Solo para sentir el amor", dijo Serrano. "Sentir ese sol puertorriqueño".

Este fin de semana, volverá a Nueva York para disputar el combate más importante de su carrera, contra la campeona indiscutida del peso ligero y boxeadora número 1 del mundo, Katie Taylor. Son las primeras damas en encabezar un programa pugilístico en el Madison Square Garden. Ganará una cantidad monetaria de siete cifras por la pelea, exigida por Paul y su socio de negocios Nakisa Bidarian desde el inicio de las negociaciones.

La atención (económica y en otros aspectos) es algo que Serrano siempre ha deseado tener. ¿Su lugar en el muro? Se lo ha ganado con títulos obtenidos en siete categorías distintas, a pesar de haber peleado durante la mayor parte de su carrera como una desconocida para quienes no siguen de cerca el boxeo.


NADA DE ELLO HA SIDO producto de la suerte para Serrano, cuya carrera boxística empezó cuando respondió un aviso publicado en el diario New York Daily News, inscribiéndose en un torneo amateur de Golden Gloves cuando tenía 18 años. Su hermana, la boxeadora profesional Cindy Serrano, intentó disuadirla. Al igual que Maldonado, entrenador y esposo de Cindy.

Maldonado puso a Cindy en el cuadrilátero con ella, diciéndole que intentara caerle a golpes.

"No quería hacerlo", recuerda Cindy. "Yo era como su mamá; era su protectora".

Las palabras disuasorias funcionaron en años anteriores. No fue el caso esta vez.

Serrano estaba decidida. Después de la primera sesión de sparring, Serrano volvió al día siguiente. Y el día después. Y el día después. Después de la tercera sesión, Cindy y Maldonado quedaron convencidos. Serrano se dedicaría a esto, siguiendo otra vez los pasos de su hermana mayor.

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Decir que ambas hermanas mantienen una estrecha relación es un eufemismo. Serrano y su hermana siguen viviendo en la misma casa de dos plantas, de color gris y laterales de aluminio en la que se criaron con sus padres. La habitación principal de la primera planta es un santuario dedicado a los logros de ambas.

En la pared, se encuentra colgada una portada enmarcada de la revista Latin Trends, con el respectivo artículo que destaca la trayectoria de ambas hermanas. También se puede ver un cinturón rosa de campeonato de la OMB y una chamarra del campeonato del torneo Daily News Golden Gloves obtenido por Amanda en 2008. Varios cinturones de coronas de la FIB, OMB y CMB reposan sobre una vitrina multinivel puesta en una esquina, al lado de un afiche enmarcado de la película "Titanic" y una guitarra Firefly azul. En otra pared, se encuentra una ampliación de la portada de la revista Body & Style con la imagen de ambas hermanas.

Las hermanas Serrano se sientan en el sofá, para explicar cómo gran parte de sus vivencias empezaron en esta casa y la habitación que compartían de niñas. Cuando Cindy se despertaba en las mañanas para ir al colegio, Serrano también se despertaba en secreto.

"Simplemente la veía", recuerda Serrano. "Y creo que eso me hizo lo que soy hoy en día, porque quería ser como ella. Quería..."

"Oh, yo no sabía eso", interrumpe Cindy.

"Así fue. Yo pensaba: 'Ella es mi modelo para seguir'. Y lo sigue siendo, creo que eso fue lo que retuve en mi mente. Así que, cuando la veía boxear, creo que quería intentarlo. Quería hacerlo".

Cindy se convirtió en su inspiración. Serrano aprendió cómo cepillar su cabellera viendo a Cindy, quien también le enseñó cómo no planchar, porque una vez quemó la ropa de Cindy intentando aprender.

"Siempre seguía a Cindy por todas partes", afirma su hermano Danny Serrano. "Y era grandioso".

Más que Puerto Rico, incluso más que un cuadrilátero de boxeo o gimnasio de entrenamiento, este es el sitio donde Serrano se siente más cómoda. En esta casa, donde ha pasado la mayoría de sus 33 años. Cuando pelea en Nueva York, prefiere quedarse en casa durante la semana previa a un combate, en vez de pernoctar en un hotel.


TODA ESTA EXPERIENCIA es distinta para Serrano. Así ha sido la mayor parte del último año. Ha recibido más atención y concedido más entrevistas en la previa de su pelea contra Taylor, pautada para el 30 de abril, que en cualquier instancia de su carrera.

La sociedad con Paul ha rendido dividendos. Serrano indica que las tres mejores remuneraciones de su carrera han sido fruto; bien sea de su trabajo con Paul, o peleando en sus programas boxísticos. Eso incluye la pelea de este sábado, que le hará ganar más del doble de lo percibido gracias a cualquier otro combate durante su carrera. Ha ganado mayor notoriedad dentro de un segmento distinto de aficionados: los seguidores de Paul y el público asiduo a las redes sociales. En menos de un año, según estima la web Speakrj.com, su grupo de seguidores en Instagram saltó de 80.000 seguidores a casi 350.000, aparte de sumar más de 10.000 seguidores en Twitter. La semana pasada, Serrano se convirtió en la primera boxeadora en pactar un acuerdo de patrocinio de apuestas deportivas con la casa FanDuel.

Sabe que está más cerca del final que de cuando empezó siendo una desconocida. Afirma pensar que podría pelear 18 meses más a lo sumo, y ya ha iniciado su segunda carrera como mánager. Incluso en este caso, su plan no se aleja demasiado de sus raíces. Su primera clienta es la boxeadora boricua Nicole Ocasio. Planea tener una casa en Puerto Rico tras su retiro y aspira a convertirse en una influencia en la isla que siempre ha formado parte importante de su ser.

"Siendo puertorriqueña, no sé si tener un corazón generoso está en la sangre", expresa Serrano. "Tenemos una isla tan pequeña, pero tenemos grandes, grandes campeones saliendo de allí. Es increíble".


VIENDO A SERRANO CAMINAR por Brooklyn y Puerto Rico, cuesta imaginar que esta mujer delgada, musculosa, de 5 pies y 5 pulgadas de estatura, cuente con uno de los golpes más letales de todo el boxeo, el mismo que desfiguró el rostro de su rival más reciente, la española Miriam Gutiérrez.

Su poder es uno de sus mejores atributos, al igual que su habilidad para seguir atacando a sus oponentes. Quizás sea parte de ese corazón de boxeador puertorriqueño del que habla. Fuera del cuadrilátero, no aparenta tanta ferocidad.

Sin embargo, algo cambia cuando ella sube al ring. Cindy lo puede ver en sus ojos.

"Pienso: 'Oh, está lista. Está lista", afirma Cindy. "Y eso florece en ella. Se apodera del escenario. Asume el control".

Cuando era boxeadora amateur, Serrano afirma que Maldonado solía decirle que "hiciera como el Aguador" cuando hacía sparring con ellos. Esta referencia a la película protagonizada por Adam Sandler se debía a la forma como ella pasaba de ser una joven dócil a mostrar una furia incontrolable: golpeando con poder, aunque carente de elegancia.

Su carrera es digna del Salón de la Fama. Títulos en siete divisiones, solo superada por Manny Pacquiao, el único pugilista (hombre o mujer) que cuenta con ocho cinturones. Suma 30 nocauts en su carrera, más que cualquiera de sus contemporáneas. Según las investigaciones de ESPN Stats & Information, apenas es superada por los 32 nocauts de Christy Martin en el registro histórico del boxeo femenino. No ha perdido un combate en 10 años.

Desde que era adolescente, ha estado centrada en llegar al punto en el que se encuentra hoy en día, siendo considerada una de las mejores boxeadoras del mundo, aprestándose a pelear el combate más importante de la historia del boxeo femenino. El Madison Square Garden se encuentra a pocos kilómetros de su casa; sin embargo, afirma que nunca en su vida había visitado la arena principal (hogar de los New York Knicks, equipo de los amores de su hermano Danny) antes de los preparativos para este combate.

Cuando Amanda ingresó por primera vez, no podía dar crédito a lo que está a punto de suceder. La chica de raíces puertorriqueñas, oriunda de Brooklyn, está a poco de hacer algo grande, de encabezar un programa boxístico en la casa de Willis Reed y Patrick Ewing. La casa de Muhammad Ali, Joe Frazier y sus paisanos Miguel Cotto y Félix Trinidad.

El legado de Serrano como una de las mejores pugilistas femeninas de la historia ha quedado firmemente sentado. Vencer a Taylor, y hacerlo en el Madison Square Garden, le daría un triunfo del que se hablaría por siempre, al igual que aquellos boxeadores boricuas que creció admirando en su casa de Brooklyn, cuando el boxeo era sólo un sueño desconocido e inesperado.

"La gente decía: 'Vaya, ellos lo lograron, pelearon en el Garden'", dice Maldonado. "Es algo importante, y parece haberse perdido cuando se retiraron. Buscan al próximo Miguel Cotto. Buscan al próximo Félix Trinidad".

"Entonces, podremos dárselo a través de una mujer: Amanda Serrano".

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