El árbitro Jorge Basile le realizó dos cuentas de protección, en el primero y sexto asalto, al oriundo de Río Segundo. Cómo indicaban todos los pronósticos sobre el combate estelar de la programación de velada de Castro Barros 75, el ex monarca mundial mediano de la AMB, el santacruceño Jorge "Locomotora" Castro fue el actor principal frente a un guapo y aguerrido "Martillo" Béaz, quien soportó estoicamente una inhumana golpiza, que después del tercer round ya no tenía razón de ser.

Con 35 años, diez kilos más de su época de monarca, y 130 batallas a cuestas, "Locomotora" o el "Roña" continúa siendo aquel instintivo batallador que les aguantó de pie a los temibles estadounidenses Terry Norris y Roy Jones, y que sorprendió al mundo en diciembre del '94 con un nocaut espectacular en Monterrey frente a John David Jackson.

Cuando parecía que aquella derrota ante el cubano Juan Carlos Gómez por la faja crucero del CMB marcaba el final del gladiador de Caleta Olivia, una dignísima actuación ante el kasajo Vassiliy Jirov, renovó las esperanzas de Castro en el último tramo de su campaña rentada. Justamente, a Esteban Livera, actual director general de la empresa Luna Park, se lo vio muy entusiasmado con el fenómeno que sigue provocando "El Roña" en la gente.

Además de Livera, el entrenador de fútbol Carlos Babington, el relator Alejandro Fantino, los ex campeones del mundo Julio César Vásquez, Sergio Víctor Palma y Marcelo Domínguez, y el gigante cordobés Fabio "La Mole" Moli, también engalanaron el ring side de la FAB, todos ellos convocados por una nueva presentación del noqueador patagónico.

Desde el minuto inicial, Béaz aguantó una terrible andanada por parte de Castro a lo flancos altos y bajos. El combate mantuvo esa calificación hasta la tercera vuelta, ya que de ahí en más el trámite se convirtió en un martirio para el rapado mediterráneo.

"Locomotora" pegó a discreción con izquierdas y derechas en cross, uppercuts y voleados. Cuando la campana marcó la iniciación del octavo capítulo, Béaz no salió a combatir y voló una toalla tardía y poco solidaria desde el rincón azul. Castro finalizó su show arrojándole toda su vestimenta al público. Quedó solo con el protector inguinal, el vendaje y un toallón azul.

"Era muy duro Béaz, pero sabía que a la larga no me iba a poder aguantar. Estoy contento porque brindé el espectáculo que la gente vino a ver. Mi sueño sería volver a medirme con Roy Jones, por eso estoy a la espera de una respuesta de la carta que le envié. Se está hablando muy fuerte de mi presentación en el Luna, ojalá que se dé", manifestó Castro en vestuarios.