Domínguez se impuso 117-112 en la tarjeta de DYN (con el punto de descuento incluido) y en la de los jurados 115,5-112,5; 119-110,5 y 117-112,5.

Los dos primeros capítulos de la pelea fueron bastante parejos porque Domínguez trató de prevalecer por movilidad y velocidad y recurrió a su cintura para evitar los temibles golpes que le arrojó La Mole.

El porteño para atacar se valió especialmente de su voleado de derecha. Moli pretendió llevarse por delante a su adversario y en alguna medida lo complicó.

En el tercer, cuarto y quinto asalto predominó la potencia del boxeador cordobés. Domínguez sintió los impactos de Moli, una topadora que va para adelante y tira.

El porteño se vio obligado a moverse en forma constante para evitar convertirse en un blanco fijo.

El sexto episodio sí lo ganó el ex campeón del mundo porque con sus desplazamientos provocó el error del rival y además aplicó sus manos más rápidas.

La Mole volvió a intensificar su ataque en el séptimo round y de nuevo superó a su oponente.

Un problema serio tuvo Moli en el octavo ya que el árbitro internacional Luis Guzmán acertó al descontarle un punto debido a que pegó por tercera vez en la noche con el revés del guante.

Desde la novena etapa al cordobés se lo observó agotado física y anímicamente y Domínguez empezó a aprovechar las oportunidades. El gigante de Córdoba se desinfló y Domínguez hizo valer su mayor experiencia y roce internacional.

En el penúltimo round La Mole logró conectar algunos de sus temibles envíos y le causó un corte a Domínguez en el arco superciliar izquierdo.

En la última vuelta Domínguez casi noqueó al cordobés porque lo dejó avanzar y lo sorprendió con un directo de derecha que lo dejó prácticamente colgado.