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Red Bull juega una ruleta en cada carrera; ahora le tocó a Checo Pérez el castigo en Gran Premio de Miami

La carta marcada con la mala fortuna ahora salió en la mano de Sergio Pérez, quien padeció, una vez más la falta de fiabilidad del RB18 que le ha costado puntos. Esa inestabilidad es una sombra que ataca en el momento menos pensado y que, a la larga, podría costar títulos.

Red Bull tiene un auto rápido, lo fue en las rectas de Miami, pero de la nada Checo Pérez comenzó a perder potencia en la vuelta 17 de las 57 pactadas y desde ahí la suerte fue que no abandonara o que perdiera el cuarto lugar, pero lo limitó para poder sumar tres o seis puntos más.

Max Verstappen ya abandonó en Bahréin y Australia; Checo Pérez, también en Bahréin y ahora esa falla en el motor. Ciertamente, cuando el Red Bull no tiene problemas es suficientemente fuerte para derrotar al Ferrari, pero esos retiros y problemas han costado ya puntos que los tendrían como líderes en el campeonato de Constructores.

Aunque cuando Verstappen ha ganado cada vez que ha terminado la historia dice que si un auto va a fallar, seguramente lo hará en el momento menos oportuno. Nada se compara con tener un monoplaza que sabes que sería rarísimo si no termina.

Del otro lado del ring, están los Ferrari que de no ser por accidentes, regresan completos y en forma a pits luego de cada carrera. Sainz abandonó dos veces por sendos choques y Leclerc pudo haber hecho lo mismo, pero tuvo la suerte de que lo debió ser un día en blanco en Imola, al final fue una cosecha de 8 puntos.

Motor y autos de Maranello son confiables, aunque sus pilotos encuentren maneras de golpearlos contra las paredes en cada Gran Premio.

Tal vez se podría pensar que la falta de confiabilidad de Red Bull se compense con los choques de los Ferrari, pero a la larga es más peligroso lo primero que lo segundo, sobre todo si el equipo de la bebida energizante no logra saber con exactitud qué provoca sus problemas o peor aún si surgen nuevos cuando todavía no logras resolver del todo los primeros.

Antes habían sido las bombas de gasolina, luego las líneas o tuberías que transportan el combustible a esas bombas. Hoy, para Checo fue una falla en el sistema híbrido del motor o al menos eso es el primer diagnóstico.

Pero no olvidemos que Max Verstappen tuvo problemas de sobrecalentamiento por una falla hidráulica el viernes en Miami, así que una buena variedad de jaquecas que no han encontrado la aspirina correcta para aliviarlas.

Esperemos que esos dolores de cabeza no se conviertan en migrañas para Red Bull, que eventualmente provoquen un aneurisma en la temporada.

Llamó mucho la atención cómo Checo Pérez discutía con Hugh Bird, su ingeniero cuando de repente perdió 5 segundos en una vuelta con una fuerte baja de potencia en las rectas. Desesperado le decía que la pérdida de fuerza era real y el cronómetro le daba la razón.

Dicen que los fierros no tienen palabra de honor, incluso en los mejores autos, pero un equipo de Fórmula 1 que pretenda ganar los campeonatos de Pilotos y Constructores no se puede dar el lujo de tener un auto poco confiable, menos si su rival directo y podría ser el único no sufre retiros por fallas mecánicas.

Faltan 18 carreras para que termine la temporada, es todavía muy pronto para declarar un ganador o favorito. El dominio ha sido un péndulo que se ha balanceado de un equipo al equipo, pero también si Carlos Sainz y Checo Pérez quieren estar en la conversación del título de pilotos necesitan estar más cerca de sus coequiperos estrellas.

Miami fue una pista, en general, mejor para Ferrari, pero el talento de Max hizo la diferencia, además de que Red Bull fue mejor con neumáticos medios, pero con el Safety Car las cosas estuvieron a punto de cambiar y estaríamos hablando de una tarde redonda y roja.