En las afueras del autódromo se arma el comercio de gente brasileña: merchandising, cerveza, comida y hasta entradas.San Pablo (Enviado Especial) Son las 14.35 cuando este enviado de ESPN llega a la puerta 8 del autódromo de Interlagos para pasar por el rápido trámite de buscar la acreditación. Una pequeña fila de no más de 15 metros hacía presagiar un rápido paso por ahí. En la ventanilla, un japonés y alguien de un medio local. “Quiere localidades”, susurra un brasileño vestido con la camiseta de Corinthians. “¿Otra cosa?”, arremete antes de recibir respuesta. La charla futbolera arranca enseguida: “Corinthians viene mal”. Eso sí, algo queda claro: la Sudamericana le importa poco y nada. Ni noticias de Racing. “Ah, sí, juegan mañana, ¿no? ¿Allá? ¿Empataron el primero, no?”. Está claro que el amigo que quería vender entradas o lo que fuera solo tiene en mente al Brasileirao. “¡Cuidado el teléfono!”, grita. Un desprevenido enviado estaba con su reluciente Iphone mandando mensajes y un muchacho pasó rápido en bicicleta. El corinthiano explicó, con mímica, cómo trabajan para robar celulares.
El sol sale con mucha fuerza. Después de una mañana fresca y nublada, el cielo está despejado en San Pablo. Se hacen las 14.50, la fila no se movía y en una ventanilla estaba el japonés y en la otra el periodista local. Enfrente del autódromo comienzan a armarse los stands de merchandising, esos que no son muy oficiales que digamos. Esos que Franco Colapinto mandó a comprar un día y recibió un reto… Además, se puede comer una feijoada o comprar algo para tomar con el calor que ya es tórrido. Una cerveza neerlandesa, esa de la H, 12 reales (poquito más de dos dólares), una Skol vale la mitad, 6 reales, lo mismo que una lata de gaseaosa, el agua está 3 y un Red Bull, 15. El sol sigue pegando. El reloj marca 15.15, en las ventanillas de acreditación, el japonés y el periodista local. Sí, no se había movido nada. “Hay un problema con un sistema de la FIA. A las 15.30 sale el periodista local y es ovacionado por el resto de la fila. Ya ni el hincha de Corinthians estaba, no aguantó el calor, evidentemente. Bueno, ahora sí, la fila comenzará a moverse. Pero lo hace a cuentagotas. “Los que vengan de TV, por acá”, grita alguien de seguridad desde adentro del recinto. La cola, siempre en los 15 metros. En una ventanilla comienza el desfile de gente, en la otra, el japonés. Sigue la espera, mientras un vendedor se pasea con gorras de Mercedes, Red Bull y todas las que quisieran. El mercado recién está comenzando, porque el grueso será este jueves. Son las 15.50 y ahora sí, las dos ventanillas trabajan. El japonés sigue, pero corrido a un costadito, espera, tranquilo. A las 16.10, finalmente ESPN entró a la zona de acreditación. El trámite se hace largo, el sistema de la FIA. “Mudaron un sistema”, dice uno. Vaya uno a saber si se cambió de departamento o de país. Finalmente, a las 16.30, el trámite finaliza. En las ventanillas la atención se acelera. Eso sí, aun costadito, seguía el japonés. ENVIADO ESPECIAL
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