El día se cerró con los hinchas enloquecidos con el piloto argentino, quien firmó autógrafos y se sacó fotos.
San Pablo (Enviado Especial) El fenómeno Franco Colapinto tiene a la Fórmula 1 sorprendida. Cualquier posteo que el argentino hace en las redes sociales tiene un alcance inimaginable y sus hinchas hacen lo que sea para sacarse una foto o tener una firma de él. Todo eso que genera tiene un valor que la categoría, sin dudas, no quiere perder. Claro, también está lo deportivo y el argentino mostró su capacidad. En San Pablo, la explosión fue muy temprana, el jueves. Lógicamente, poco público en el autódromo de Interlagos, donde se disputa el GP de San Pablo, pero el bonaerense fue aclamado.
Franco estaba en el paddock y comenzaron los gritos desaforados. Claro, se había habilitado el ingreso del público a la calle de boxes. “¡Franco, vení!”. “¡Que de la mano, de Colapinto!”, bramaba un grupo de unos 150 argentinos. El piloto de Williams intentaba dar algunas notas acordadas, pero quedaron para otro momento. El piloto se puso la camiseta de la Argentina con el 43 (su número) y salió a saludar.
Locura total. Firmas, fotos, un policía de Brasil que pedía calma, la gente de Williams que empezaba a preocuparse. Hasta que la encargada de marketing del equipo de Grove cortó por lo sano: se llevó a Colapinto. Final del primer día a puro grito y aliento para Franco. Apenas pasó el jueves. Todavía falta la llegada del grueso de público que será este viernes. Y, como si fuera poco, hay un banderazo organizado para el sábado a las 20 en el centro de San Pablo. La Colapintomanía sigue sumando capítulos.
ENVIADO ESPECIAL